UE Sant Andreu 3-1 Hércules CF
El Hércules se topa con la triste verdad de la derrota
La transparencia defensiva de los blanquiazules prolonga la mala racha de resultados de los alicantinos en el Narcís Serra
El equipo de Torrecilla malgasta una buena puesta en escena y recibe su primer revés de la temporada
Primer viaje con verdadero vértigo y primer aterrizaje forzoso sobre las rocas, sin amortiguar, tocando el suelo con la cabeza, recordando por momentos lo que nadie quiere recordar. La transparencia defensiva del Hércules, la que se atisbó someramente en la primera jornada, se exhibió ayer con total rotundidad: tres goles idénticos, tres puñaladas traperas sin contestar. La instantánea es fea, pero es la primera que sale mal, desenfocada, llena de grano, así que mejor no flagelarse con puntas de alcayata, no todavía.
Sexta derrota en ocho visitas al Narcís Sala, quinto gol que le hace Ernest Forgás a los blanquiazules en su carrera [hay que gente que tiene el mal gusto de «odiarte» toda la vida] y primer revés del proyecto de Rubén Torrecilla después de un comienzo idílico con 9 puntos en las tres jornadas iniciales. Caer siempre duele, incluso cayendo en blando, sobre moqueta, pero hacerlo con evidentes signos de debilidad, además preocupa. La incapacidad de reacción es una cara que aún no se le había visto al equipo alicantino, pero para todo existe una primera vez.
El sol de otoño picaba en la barriada de Sant Andreu. De los edificios de alrededor llegaban trazas de olor a guiso y a suavizante de las sábanas tendidas en algún balcón. La agitación en la grada de las más de 3.000 personas advertía de la llegada de un visitante ilustre, probablemente el que más en todo el curso. A pesar de las dos derrotas consecutivas y los siete goles encajados en ellas, el entrenador del Hércules confiaba en que Xavi Molist no cambiara nada, que siguiera apostando por la posesión, por la presión alta, por la opulencia ofensiva...
Se equivocó. El preparador catalán reunió a sus hombres cerca del portero y se limitó a esperar temeroso, a no fallar, a ir recobrando la fe poco a poco. Si el Hércules hubiera sido capaz de sacar provecho a ese renunciar al balón de su oponente, habría cambiado el guion. La inseguridad local permitió a los blanquiazules ocupar mejor los espacios, generar superioridad, pisar área con comodidad.
Ketu y De la Nava se buscaron, se encontraron y entre los dos armaron la primera acción de peligro real. El mediocentro, en la frontal, sin oposición, dio un paso adelante, armó la pierna y envió la pelota al poste. El silencio el Narcís Sala entonces no presagiaba el delirio vivido en el segundo tiempo. Alvarito probó fortuna con otro disparo que se marchó muy cerca del marco. La única circulación la proponían los visitantes, aunque sin demasiada acción, a una velocidad poco favorable para el desequilibrio, para el desbarajuste.
El conjunto de Torrecilla resolvía por fuera lo que se le complicaba por dentro sin la finura de Mangada, más pesado, menos lúcido. A pesar de esa esterilidad atacante, el peso del juego era blanquiazul. Ninguna acción reseñable del Sant Andreu en los primeros 45 minutos gracias, en buena medida, a la asistente Xiomara García, valiente en la sentencia de los fueras de juego. Invalidó tres llegadas con sello prometedor de los barceloneses.
Fracasaron en sus primeras tentativas, pero lo hicieron teniendo muy claro donde estaba la debilidad alicantina, a la espalda de Candelas, en el punto ciego que se sitúa entre el lateral y el central en una esquina del área, insistiendo con especial inquina por el flanco zurdo de la contención herculana.
Con un discurrir tedioso, abusando de la individualidad de Ketu contra el mundo, sin Alvarito, sin delantero centro, el partido quemó los primeros 45 minutos. Torrecilla no varió nada, pero Molist dio entrada a Josu por Juanan.
La variable amplió el lunar defensivo del Hércules a su banda derecha y al final el gol local acabó llegando. Balón largo para la carrera de Alexis. Josema, que le hacía la cobertura a Candelas en la acción ofensiva, no llega ni al cruce ni, después, a coger al hombre libre en el área. El balón fue de lado a lado antes de caerle a Forgás, que solo la tuvo que empujar porque ni Carlos Abad emergió esta vez para tapar el agujero: 1-0.
Por primer vez en el curso, al Hércules le tocaba reaccionar, remontar un partido. Tenía por delante toda la segunda parte. No pudo. Siguió caminando, mostrando un pesar de piernas impropio en una semana con dos días de descanso, sin centro del campo agresivo, sin la intensidad de los encuentros previos. Un cabezazo del debutante Lorenzo fue el único acercamiento visitante. Rozó el empate, pero su excelente remate se alejó del poste por centímetros.
En ese deambular, el Sant Andreu volvió a golpear calcando el patrón. Balón largo desde la defensa para el desmarque hacia dentro de Josu por el hueco libre entre el central y el lateral, este por el perfil diestro, y mano a mano resuelto con un disparo cruzado al que no puede contestar el guardameta insular.
Carlos de la Nava estrelló un balón en el poste a los tres minutos y Diego Lorenzo pudo empatar de cabeza
La entrada de Jean Paul y Artiles mejoró la búsqueda alicantina de la portería, que encontró premio en una media volea de Ketu para limar la diferencia: 2-1. «Si no puedes ganar, no pierdas, eso es fundamental», dijo Torrecilla en la víspera. Nadie le hizo caso... o no le escuchó. Atacando sin orden, con César Moreno entrando desde el banquillo sin saber bien si sentirse centrocampista con llegada o mediocentro defensivo, el Hércules volvió a dejar descubierta su retaguardia, partido.
Centro largo, podría jurarse que el mismo de cinco minutos antes, y segunda carrera de Josu Rodríguez y su flequillo envuelto en canas. Llegó con ventaja al mano a mano colándose entre Samu y Juanmi, y con un toque sutil de puntera eliminó la aposición del arquero grancanario, que vio cerrarse la goleada con ese chut a su palo más lejano. La condición de invicto se acaba a la cuarta semana, el récord de Planagumà sigue vigente y el Hércules despierta a la cruda realidad de que para ser campeón «hay que sudar sangre», pero no en la sala de prensa.
LA FICHA TÉCNICA
► SANT ANDREU: Jaime González , Benítez (Pelegrín, 74’), Castillo, Vives, Guzmán, Albertito (Iker García, 74’), Ernest Forgàs (Paredes, 80’), Juanan (Josu Rodríguez, 46’) Méndez, Alexis (’Pochito’, 65’) y Genís.
► HÉRCULES: Carlos Abad, Josema, Candelas, Roger Colomina (Míchel, 88’), Alvarito (Jean Paul, 59’), Ketu, Juami, Carlos Mangada (Artiles, 76’), Samu Vázquez, Carlos de la Nava (César Moreno, 76’) y Diego Lorenzo (Jorge Galvañ, 88’).
► GOLES: 1-0, Min. 48: Ernest Forgàs; 2-0, Min. 78: Josu Rodríguez; 2-1, Min. 81: Ketu; 3-1, Min. 84: Josu Rodríguez.
► ÁRBITRO: Johan González Rodríguez (Tenerife) T. Amarillas: para Albertito y Carlos Guzmán, del Sant Andreum para Candelas y Josema, del Hércules. T. Rojas: Sin expulsados.
► ESTADIO: Narcís Sala (Barcelona). 3.027 espectadores en la grada, un centenar de ellos hinchas del Hércules. Superficie: césped artificial.
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