Propósitos de Año Nuevo del Hércules

Controlar los partidos desde el principio. De todos los propósitos de Año Nuevo, este es el que el Hércules está obligado a cumplir si quiere terminar el curso festejando el ascenso directo. Diez de los 17 partidos que lleva disputados esta temporada los ha empezado perdiendo, más de la mitad, siete fuera de casa y tres en el Rico Pérez, incluido el de Copa del Rey frente el Burgos. Curiosamente, siempre que ha encajado primero en su estadio ha sido incapaz de ganar, lo que da una idea de lo importante que es no verse por detrás en el marcador de buenas a primeras.

La infalibilidad como local está marcando el devenir de una Liga que se está mostrando muy disputada en la parte alta con los tres primeros separados por apenas cuatro puntos a falta de una jornada para el final de la primera vuelta. El Hércules tiene la oportunidad de adelantar al líder el domingo, y para ello será capital no comenzar por debajo en el marcador porque el Lleida ha ganado sus ocho compromisos ligueros en el Camp d’Esports, estadio al que los blanquiazules regresan este fin de semana.

Al Hércules se le han escapado el 60% de los puntos en los encuentros en los que su rival ha golpeado primero. En las 17 fechas disputadas, incluida una de Copa del Rey, únicamente ha sido capaz de adelantarse en siete, es decir, que en una decena de ocasiones se ha visto obligado a tratar de remontar para llevarse el triunfo.

Análisis | Las grietas de un Hércules campeón

En esos 10 partidos que ha comenzado por detrás en el marcador, únicamente ha podido voltear el resultado en tres ocasiones, todas a domicilio: en Santa Eulalia, frente a la Peña Deportiva; en Paterna, contra el filial del Valencia; en Sant Miquel de Balansat, delante de la Penya Independent. El resto del balance: tres empates y cuatro derrotas.

Números desfavorables

De los 30 puntos que ha disputado yendo a remolque este curso, ha sumado 12 y se le han escapado 18, es decir, ha volado el 60% del puntaje cuando se ha visto obligado a recuperar el terreno perdido. Tanto Lleida como Europa no están dando tregua a sus contrincantes ejerciendo como locales. El equipo de Rubén Torrecilla ha cedido dos empates en Liga, frente al Alzira y, justo antes del parón navideño, el Badalona Futur.

Además, cayó con el Burgos en Alicante y se quedó sin Copa. Los tres supuestos tienen un denominador común: los oponentes se pusieron en ventaja cuando el tanteador era de 0-0. El gobierno de las contiendas es capital para no verse obligado a protagonizar sobreesfuerzos ahora que la competición llega a su ecuador y el gasto de energía empieza a requerir de racionamiento para llegar en plenitud al tramo final, el definitivo.