Guerra en Ucrania

Biden impone una batería de casi 600 sanciones a Rusia en el segundo aniversario de la guerra de Ucrania y tras la muerte de Navalni

A la par que medidas aprobadas por la UE, el grueso afecta a los sectores financieros y de defensa

Fuentes de la Administración admiten que la última ronda de castigos puede tener "efecto limitado"

Joe Biden, presidente de Estados Unidos

Joe Biden, presidente de Estados Unidos / Europa Press - Pool via CNP / Zuma Press / Contacto

Idoya Noain

“Si (Vladimir) Putin no paga el precio por la muerte y destrucción, seguirá adelante y se elevará el coste para Estados Unidos, nuestros aliados de la OTAN y socios en Europa y en el mundo”. Con esas palabras el presidente Joe Biden ha anunciado este viernes la imposición de una batería de casi 600 sanciones a individuos y entidades tanto en Rusia como globalmente.

Se trata del mayor paquete de sanciones de Washington desde que el Kremlin inició hace dos años la guerra total de invasión en Ucrania y el mandatario estadounidense ha asegurado que llegan en respuesta a esa “continuada guerra de conquista” y a la muerte en prisión del disidente Alekséi Navalni, al que ha definido como “un valiente activista anticorrupción y el más feroz líder de la oposición a Putin”, a quien responsabiliza de su muerte.

Llegan también conforme la legislación para dar más ayuda a Ucrania sigue bloqueada en el Congreso, ante la oposición de los republicanos a aprobar otros 60.000 millones de dólares para Kiev. Y con temor a imponer un embargo total sobre el petróleo ruso, o a incautarse de los bienes rusos ya congelados, eso deja la presión económica sobre Rusia con sanciones muy específicas como la herramienta de Biden para tratar de ralentizar el esfuerzo bélico del Kremlin.

De momento su éxito en conseguirlo ha sido, como mucho, relativo. La guerra prosigue y la economía rusa no solo resiste, sino que se refuerza estimulada por el gasto en defensa. Fuentes de la Administración citadas desde el anonimato por ‘The Wall Street Journal’ admiten que el impacto de la última ronda de sanciones puede ser limitado. Y es la misma idea que expresan varios analistas y expertos, incluyendo Eswar Prasad, un profesor de comercio y economía en la Universidad de Cornell citado por 'The New York Times', aunque admite que las sanciones tienen "valor simbólico considerable".

Los detalles

En un comunicado en el que ha marcado el segundo aniversario del inicio de la guerra, que se cumple este sábado, Biden ha anunciado las sanciones, que afectan tanto a individuos conectados con el encarcelamiento de Navalni como al sector financiero y a la base industrial de defensa, así como a quienes ayudan a Moscú a eludir sanciones a través de comercio y economía o dan apoyo a su maquinaria industrial y militar. “La gente de EEUU y alrededor del mundo sabe que lo que está en juego en esta lucha se extiende mucho más allá de Ucrania”, ha dicho.

En comunicados posteriores de los Departamentos del Tesoro, Comercio y Estado se han ofrecido los detalles. En lo referente a Navalni, Estado castiga a tres individuos: el alcaide de la colonia penal IK-3 donde falleció, el jefe del departamento regional de prisiones y el director del servicio federal penitenciario de Rusia.

El grueso de las sanciones, en cualquier caso, se dirige a los sectores financiero y de defensa. En la diana está por ejemplo el operador estatal que se encarga del sistema nacional de pagos ruso Mir, con el que se está eludiendo el sistema internacional. También están bancos, firmas de inversión y compañías de tecnología financiera.

Las sanciones afectan también a dos de las mayores empresas rusas por ingresos, una de transporte y logística que sirve a las fuerzas armadas (SUEK) y otra que es uno de los principales fabricantes de aceros especializados (Mechel).

Las sanciones buscan impactar en la capacidad de Rusia de importar herramientas críticas para tecnología y producción avanzadas y también van a proveedores de la cadena militar, desde fabricantes de lubricantes hasta de baterías.

Se castiga, también, a más de dos docenas de actores en Europa, Asia y Oriente Próximo acusados de estar ayudando a Rusia a evadir sanciones y se endurecen las restricciones de visado para autoridades rusas que han estado involucradas en la deportación de niños desde Ucrania y en su confinamiento en Rusia.

Sanciones de Europa y Reino Unido

A la batería estadounidense, que eleva ya a más de 4.000 individuos y entidades los sancionados, se le suma el decimotercer paquete de castigos impuestos por la Unión Europea, que se anunciaron hace unos días y que el Consejo ha aprobado este viernes.

Esas medidas imponen vetos de negocios y de viaje a 200 individuos y negocios que han ayudado a Rusia a conseguir armas, tienen un foco especial en redes de adquisición de componentes para drones y por primera vez ha incluido a empresas de China. Asimismo, también apuntan a políticos, miembros del sistema judicial e individuos que se considera responsables de la “deportación ilegal y reeducación militar de niños ucranios”.

El Reino Unido igualmente ha anunciado sanciones a compañías vinculadas a la cadena de suministros de municiones de Rusia y a seis individuos con distintas responsabilidades en la prisión donde murió Navalni.