Rosa García, tras 47 años en Madalenas Ortiz y Bimbo en El Verger: "Lloro por mis compañeros"

"La compañía nos convocó para negociar el calendario laboral y, de golpe y porrazo, nos dijo que cerraba la fábrica"

"Nos quieren despedir con cuatro duros y aquí hay mucha gente joven que se queda en la ruina y sin sustento"

Rosa García lleva 47 años trabajando en la factoría de El Verger.

Rosa García lleva 47 años trabajando en la factoría de El Verger. / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Rosa García, de 61 años y que lleva trabajando 47 años en Madalenas Ortiz, luego en Nutrexpa y desde hace unos años en el grupo Bimbo (los sucesivos dueños de la factoría de El Verger), afirma que ninguno de los 90 trabajadores esperaba el cierre. "Es muy fuerte. Otras veces ha habido problemas y siempre hemos tirado adelante. Pensábamos que quizá podían quitar el turno de noche, pero ¿cerrar? No lo esperábamos".

"En la reunión miraba a toda la gente joven que se ha comprado un piso pensando en el futuro y en que tenían una estabilidad laboral. De la noche a la mañana, se quedan en la calle. Lloro por esos compañeros", afirma Rosa, emocionada.

"Tenemos la impresión de que no han querido hacer nada para salvar la fábrica. Lo siento muchísimo por esos compañeros con los que llevo trabajando cinco o diez años. Lloro por ellos. Se quedan sin trabajo. Estoy convencida, eso sí, de que el comité de empresa hará todo y más para defenderlos".

Rosa García ha vivido toda la evolución de esta fábrica que puso en marcha José Ortiz Savall. "Aquí y en la factoría de Dénia llegamos a trabajar mil personas. Ha habido problemas, pero siempre hemos remontado. Los trabajadores nos hemos dejado la piel".

Madalenas Ortiz es historia de la Marina Alta. Ha sido la gran empresa alimentaria de la comarca. Los trabajadores que salen a la entrada de la factoría de El Verger para explicar a INFORMACIÓN el mazazo del cierre recitan algunos de los productos emblemáticos: los Gitanitos, los Bandidos, los Cholos, las Natitas, los Tropicocos... Esos deliciosos bizcochos, las esponjosas magdalenas y las crucijentes galletas han endulzado la vida de muchas generaciones. Uno de los eslóganes de la empresa fue "si quieres ser feliz, come galletas Ortiz".

El final, paradójicamente, es amargo. Los trabajadores afirman que la compañia los convocó el miércoles a una reunión para negociar el calendario laboral. De sopetón, les anunció el cierre. "Fue de golpe y porrazo. Sin comerlo ni beberlo", advierte José González, presidente del comité de empresa. "Estábamos, de hecho, relativamente tranquilos. No lo esperábamos para nada".

Los trabajadores en la entrada a la fábrica de Bimbo.

Los trabajadores en la entrada a la fábrica de Bimbo. / A. P. F.

González afirma que la compañía les trasladó que está bajando mucho el mercado del pan tostado, producto que junto a los snacks Taquis se fabrica en El Verger. "La mitad del pan tostado la servíamos a una cadena de supermercados que lo ha retirado de sus lineales. Pero la empresa no busca nuevos clientes. Aquí no hemos parado de trabajar. Hacemos 20 turnos a la semana y solo paramos 8 horas. Nos hemos dejado la piel para producir lo máximo posible. Hemos hecho dobles turnos, fines de semana, hemos trabajado en pandemia... todo lo que la compañía nos ha pedido".

"Decidieron hacer una línea nueva de Taquis pero se la llevaron a Santa Perpètua, en Barcelona", precisa el presidente del comité de empresa, que subraya que en El Verger trabaja mucha gente joven que ahora se queda en la calle. "Tienen poca antigüedad y les querrán pagar cuatro duros. Se quedan en la ruina y sin sustento. Vamos a luchar para que no sea así. La compañía va a tener que poner dinero para que estas personas reciban una indemnización suficiente para replantearse la vida". Los trabajadores también avisan de que en la fábrica hay matrimonios y parejas. "Se quedan los dos en la calle. Es durísimo", indica González.

La fábrica de Bimbo en El Verger.

La fábrica de Bimbo en El Verger. / A. P. F.

González también apunta que Bimbo puede darles la opción de ir a trabajar a su factoría más próxima, que es la de Paterna. Es una salida, pero muchas familias están arraigadas en la Marina Alta e ir y volver cada día supone hacer 200 kilómetros.

El presidente del Comité de Empresa pide el apoyo de la comarca y de los ayuntamientos. "Vamos a convocar movilizaciones y necesitamos ese respaldo".

Inma, de 40 años, lleva tres trabajando en la factoría de Bimbo en El Verger. "Este trabajo era lo mejor que me había pasado". Vive de alquiler con sus dos hijos. "Primero me vine yo de Cádiz y, luego, al lograr este empleo me los pude traer. Ahora me quedo tirada".