DERECHO ANIMAL

Así nos va con el abandono

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Raúl Mérida

Raúl Mérida

Cada cierto tiempo, alguna entidad privada hace públicas distintas cifras sobre el abandono que se produce en nuestro país y que, en cualquier caso, deben ser siempre tomadas con las debidas cautelas. No es porque los estudios se efectúen mal, ni mucho menos, al contrario, realizan un concienzudo trabajo y destinan importantes medios humanos y económicos para su realización. El problema no es ese. La verdadera cuestión es la enorme dificultad que existe en nuestro país para obtener datos reales al respecto.

Probablemente, la razón esté en la escasa estructura existente en cuanto a protección animal. Hay que pensar que cuando alguien se encuentra un animal en España y no tiene chip, en muchas ocasiones directamente se lo queda. De hecho, a veces, incluso, hay quien se lo queda teniendo chip, no descubriendo hasta mucho tiempo después que el animal no estaba abandonado sino perdido.

Tampoco se incluyen en las cifras de animales abandonados, todos esos que son recogidos por casas de acogida o albergues no reconocidos oficialmente. Estos centros, algunos muy conocidos y que, incluso, a veces, llegan a trabajar con las policías o autoridades de la zona, recogen animales sin que figuren los datos de los mismos en registro alguno.

Por lo tanto, y partiendo de la colaboración en dichos estudios de todos los centros autorizados para la recogida de animales abandonados, que tampoco siempre se da, los datos sobre el abandono de animales a nivel nacional no se acercan ni por asomo a los reales.

Es una pena, porque para poder dimensionar la gravedad de un problema y legislar para solucionar el mismo, hay que conocer previamente en su totalidad éste y, después, actuar en consecuencia. Por otro lado, sorprende que tengan que tomar la iniciativa al respecto entidades privadas y no se realicen dichos estudios directamente por el gobierno de España. Quizás es porque no resulta tan interesante saber la verdad, como anunciar nuevas leyes que buscan ganar votos pero no aportar soluciones. Así nos va, como nos va.