«Lo que sabes, lo sabes; lo que no sabes, no lo sabes.

Este es el verdadero conocimiento».

Confucio (551-479 a.C.), filósofo chino.

Confieso que ando confuso. Bueno, más de lo normal, quiero decir. Probablemente la causa subyacente de tal estado mental de obnubilación haya que buscarla en que he tenido la ocurrencia de ver simultáneamente La Casa del Dragón y Los Anillos del Poder, y eso pasa factura. Mi turbación es tal que en un momento determinado espero ver aparecer a la princesa Rhaenyra a lomos del dragón chamuscando a una caterva de malcarados trols que enfilan la Tierra Media; o a Sauron porfiando por sentarse en el trono de hierro tras casarse con alguna Targaryen libre de compromiso con primos y/o hermanos. (Para los que no siguen estos seriales televisivos foráneos: mezclen Aquí no hay quien viva y La Casa de Papel y se harán una idea). He tenido que echar mano de mi pizarra velleda con sus rotuladores de colores para establecer un esquema taxonómico y aclararme las ideas. Si ello es posible en las actuales circunstancias.

estado de confusión

Pero también puede ser que mi turbación provenga del cúmulo de propuestas, promesas y compromisos políticos que ya empiezan a surcar los aires y las redes sociales, inalámbricas, neuronales, eléctricas y cualesquiera otras u otros que hubiera o hubiese. Así que voy a echar mano también de la velleda para ir anotando estos asuntos relacionados con la actualidad local, no sea que la confusión siga creciendo en mí y acabe uno sin poder discernir quién ha dicho qué, cuándo, cómo y dónde a quién y con qué propósito o intención.

Así que comienzo a anotar, en la parte izquierda del panel, los 10 proyectos estratégicos para transformar Elche que ha proclamado solemnemente el alcalde, Carlos González; en lado opuesto enumero las 13 peticiones que plantean Pablo Ruz y el PP a Ximo Puig y Pedro Sánchez en el manifiesto Preocupados Por el Futuro de Elche (PPFE), y debajo, en la misma columna (o más a la derecha, según el espacio), el decálogo del Proyecto Elche 2023 del alcaldable popular (el documento electoral tiene muchas más propuestas, pero el senador y su equipo han tenido la juiciosa idea de resumirlas en 10, detalle que el electorado valorará en lo que se merece).

El mercado de Elche, en una imagen de archivo Matías Segarra

Luego añado en otra esquina de la ya atiborrada pizarra (post-it: comprar una velleda más grande) el asunto de los mercados del centro, que tiene más lío que los tronos y anillos. Veamos. Anoto en rojo en el lado del bipartito de progreso (BdP) que González presenta como una victoria del equipo de gobierno y una derrota sin paliativos del PP el fallo judicial que respalda la rescisión de contrato con Aparcisa, y que de momento no entra en sus planes estratégicos pagar a la concesionaria el 3% que según el fallo le correspondería: grosso modo unos 300.000 euros, estima el alcalde. Céntimo arriba, céntimo abajo.

Al lado escribo en azul que el PP, por contra, tacha de derrota del bipartito y varapalo para los ilicitanos e ilicitanas la misma sentencia sobre el mercado; que hay lucro cesante además de contrato cesante, y que el 3% de indemnización a la empresa no serán quizás millones, como venían diciendo (habían sacado mal las cuentas, con tantas raíces cuadradas y derivadas), pero sí varios cientos de miles de euros más de los que dice el alcalde, dinerito que exigirán que paguen los responsables políticos de la rescisión, aunque sea por bizum.

Anoto en rojo en el lado del bipartito de progreso (BdP) que González presenta como una victoria del equipo de gobierno y una derrota sin paliativos del PP el fallo judicial que respalda la rescisión de contrato con Aparcisa,

Añado que Ruz sigue totalmente en contra de que el mercado provisional sea definitivo, y que quiere que vuelva donde estaba, con los placeros dentro, una vez restaurado el edificio y recuperado de ultratumba el parking de la plaza de las Flores. Tras lo cual voy a la columna de la izquierda y apunto en color morado que González de ninguna manera planea que los vendedores vuelvan a su antigua sede una vez restaurada, que la quiere para el tapeo (selecto, se supone: tipo brunch) y el ocio inclusivo y consentido (por los vecinos y las vecinas). Apuntado queda también.

Anoto igualmente en la misma esquina el anuncio del alcalde de que más pronto que tarde habrá proyecto de rehabilitación del antiguo inmueble racionalista de abastos. Escribo, en verde (tono 2030), que en el mismo plazo, o casi, habrá también cambio del Plan General para que el mercado provisional empiece a ser definitivo. Y para que, como en un encantamiento perpetrado por el mismísimo Frestón, se pueda pasear por un huerto del matadero como si estuviese uno o una en un jardín junto a la ladera del río. Ya dejó dicho La Bruyère que de las dificultades nacen los milagros. Estaremos en una época de confusión, pero también de prodigios, constato.

Ruz sigue totalmente en contra de que el mercado provisional sea definitivo, y que quiere que vuelva donde estaba, con los placeros dentro, una vez restaurado el edificio y recuperado de ultratumba el parking de la plaza de las Flores

Y ya que estoy con los rotuladores, le doy la vuelta a la pizarra y anoto en amarillo fosforito que tengo que estar más atento a la próxima edición de los bonos municipales, porque no me he enterado de las dos primeras. Metafóricamente, porque sí me he enterado pero no he conseguido ninguno, ni de los electros ni de los de consumo, tras pasarme varias horas pendiente de la cola virtual que aparecía y desaparecía en el espacio cibernético como un bosón de Higgs. Fue más fácil conseguir entradas para Coldplay; bueno, tampoco las conseguí, pero me vale como figura retórica. Será que mi estado de confusión no me ha permitido dar con la tecla adecuada. Tendré que escribir otra pizarra con las instrucciones claras y precisas.

El concejal promotor del asunto, Felip Sànchez, se muestra alborozado porque aquí se agoten los bonos en un santiamén, mientras en municipios vecinos tardan días e incluso sobran. Son sin duda una buena inyección económica para los comercios locales, algunos incluso agotando existencias y paciencias con el aluvión de compradores con vales descuento. El propio edil compromisario fue a comprarse una nueva lavadora a uno de ellos (ojo: sin bono, por incompatibilidad manifiesta) y no quedaban, así que tuvo que peregrinar de tienda en tienda y padecer en propia carne las consecuencias de sus actos. Adversidad que no sé si servirá para aliviar el cabreo de quienes no han conseguido los descuentos, ya sea después de pasarse horas pegados a la pantalla o haciendo infructuosas colas. Es lo que suele pasar en estas campañas de café para todos.

Metafóricamente, porque sí me he enterado pero no he conseguido ninguno, ni de los electros ni de los de consumo, tras pasarme varias horas pendiente de la cola virtual que aparecía y desaparecía en el espacio cibernético como un bosón de Higgs.

Por cierto, y ya que estamos con las campañas de descuentos, no hace falta que lo anote en la pizarra pero prepárese la ciudadanía en general y la vecindad en particular porque el equipo de gobierno ha dado luz verde a uno de los clásicos de los meses previos a las elecciones: el aluvión de asfaltado de calles y caminos rurales, arreglos de aceras, parques, bancos (de sentarse), solares y otros espacios urbanos susceptibles de mejora y ornato. El concejal del área, Héctor Díez, anuncia una mascletà de obras de las buenas de aquí a mayo (con pólvora extra, para que dure y dure…). El que avisa no es traidor, oiga.

Y no perdamos de vista al presidente de la Diputación, Carlos Mazón, porque lo vamos a ver estos meses por aquí más que a todos sus antecesores juntos desde hace 200 años. Lo difícil (o no tanto) será distinguir si lo hará como candidato popular a la Generalitat o como responsable de la institución encargada (por decir algo) de vertebrar y equilibrar la provincia. Una pista: si le acompaña Pablo Ruz es que están de campaña. Y si además está también Carlos González, ya no hay duda alguna. Todos lo están. Ni con una velleda tamaño king-size me va a dar para anotar con diagramas de flujo todo lo que saldrá de sus bocas.

El concejal del área, Héctor Díez, anuncia una mascletà de obras de las buenas de aquí a mayo (con pólvora extra, para que dure y dure…). El que avisa no es traidor, oiga.

Bueno, voy a conectarme a lo de los bonos y a ponerme ya en la cola virtual para la próxima convocatoria, que esta vez no se me escapa. A ver si puedo cambiar la nevera por fin.