Inteligente vínculo en “Búho”

Una escena de "Búho"

Una escena de "Búho"

Marc Llorente

Marc Llorente

Búho

TEATRE ARNICHES DE ALICANTE

** ½

Creación, interpretación y dirección: Pako Merino y Diego Lorca

Compañía: Titzina Teatro

Vuelve al escenario del T. Arniches la compañía catalana Titzina Teatro, fundada en 2001 y con una importante trayectoria en el marco del teatro alternativo. Indaga sobre el tema de la identidad, de la memoria personal, a partir de la historia de un antropólogo forense con amnesia. La antropología es el estudio de la humanidad, y en esta materia se busca la identificación de los restos humanos. Se han utilizado entrevistas e investigaciones para abordar estas realidades.

Esto es «Búho», como símbolo de inteligencia, asociado con ver mucho más allá, según la idea, la creación, la interpretación y la dirección de Pako Merino y Diego Lorca, responsable de la dramaturgia que tiene lugar en la escenografía de Rocío Peña. Los conflictos y las relaciones se tiñen de poesía escénica desde un punto de vista tragicómico.

El uso de la palabra y el teatro físico y minimalista representan un sugerente relato audiovisual con el diseño de iluminación de Jordi Thomàs, la composición musical y el espacio sonoro de Jonatan Bernabéu y Tomomi Kubo, así como el diseño de vídeo de Joan Rodón. Los dos polifacéticos creadores pretenden formar un todo sin fisuras.

Los efectos teatrales nos muestran un carácter lúdico, la intención de sorprender al espectador con cierta pretenciosidad u originalidad algo forzada, uno de los frecuentes aspectos del teatro contemporáneo. Esa aportación quiere elevar el objetivo, pero no siempre se logra. El público entra al trapo o no entra. Depende.

Los naturales actores contribuyen a explorar la realidad social y emotiva en las partes habladas, en forma de monólogos o diálogos, y mediante el lenguaje corporal. El ritmo de la obra es deliberadamente lento. Y a propósito de la antropología, se establece un inteligente vínculo entre la búsqueda de las huellas del ayer, que están ahí, y la paradójica circunstancia de que al antropólogo le falle la memoria y tenga una crisis de identidad.

Las marcas antropológicas se borran y se ven dañados los recuerdos particulares y en general. Por ahí va el asunto.