Mazón pone el agua en el centro de la precampaña...

Carlos Mazón, este lunes, en la Diputación de Alicante

Carlos Mazón, este lunes, en la Diputación de Alicante / Diputacion Alicante

Tomás Mayoral

Tomás Mayoral

Por si alguien tenía la más mínima duda de que ya no es agua, sino campaña, el recurso de la Diputación y de Carlos Mazón (no es lo mismo, aunque lo parezca) contra el recorte del trasvase ha venido a coincidir el mismo día y casi a la misma hora con la disolución de las Cortes por parte de Ximo Puig. En las cuentas electorales del PP en la Comunidad, el agua y, por tanto, el resultado en Alicante, es lo que les da la el espaldarazo definitivo para alcanzar la  presidencia de la Generalitat. Sería, por tanto, pueril pensar que esa coincidencia ha sido casual. Desarbola así el propio Mazón su inteligente gambito de hace pocas semanas con la oferta a Puig de coordinar estrategias jurídicas, que tenía evidentemente más dobleces que una pajarita, y demuestra que el recurso es, además de un instrumento jurídico para detener el acoso y derribo del trasvase, una enmienda política y electoral a la totalidad de la gestión que ha hecho Puig y el Gobierno de su partido en Madrid en el tema del agua. Esta circunstancia queda aún más al descubierto por el hecho de que el Supremo ya ha aceptado a trámite el recurso del Consell e incluso ha separado en pieza aparte la consideración de medidas cautelares, la clave de bóveda del recurso de la Diputación. Por supuesto, para la causa del agua y del trasvase, bienvenidos son todos los recursos aunque no se coordinen. En ese afán de buscar la singularidad, abordarán con más profundidad argumentos diferentes y profundizarán en ellos. Hay mucha tela que cortar en lo que el gobierno de Sánchez ha hecho con Alicante en el tema del agua. El recurso que ayer presentó Carlos Mazón apunta al daño económico, que cuantifica en 85 millones de euros de perjuicio anual para la economía de la provincia, amén de una brutal destrucción de 2.400 empleos. Esa es la base de la petición de medidas inmediatas para frenar la sangría. Pero también sería, de aceptarse esa cautelaridad, la única forma de que este debate entrara en la campaña, algo que parece muy difícil. Por eso la testimonialidad del momento elegido necesita un mensaje que pueda convertirse en arma electoral. Lo que está por ver es si eso le da más valor o se lo hace perder desde la perspectiva de lo que en el fondo importa: salvar el trasvase.

... mientras Puig pone con su firma el reloj en marcha:

Es un hecho que el resultado esta vez está absolutamente en el alero, mucho más que hace cuatro años, cuando pese al cabreo de Compromís, aún capitaneado por Mónica Oltra, Puig decidió que las autonómicas coincidieran con las generales y acertó.Usar el término duelo no es casual porque rememora no tanto aquellos años de honores fácilmente ofendidos como el aspecto práctico de que los duelistas de aquel tiempo solo tenían una bala.

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