Patrimonio de la ingeniería y “Paisaje cultural”

Vista desde el Maigmó

Vista desde el Maigmó / José Navarro

José Ramón Navarro Vera

José Ramón Navarro Vera

Un territorio es una construcción cultural en la medida que es producida por una intervención humana transformadora sobre el medio natural que lo convierte en una escena a la que llamamos paisaje. Por tanto, la experiencia del paisaje implica una doble mirada: una racional, derivada de su carácter de espacio construido, y otra sensible sobre un medio en el que lo natural y lo artificial se funden.

Este artículo expone como se manifiesta este doble sentido cultural cuando paseamos por la Vía Verde del Maigmó. La facilidad que aporta la construcción de la antigua línea ferroviaria Alicante-Alcoy nos permite contemplar, no solo la belleza del paisaje mediterráneo, tan rico en matices, colores y aromas, sino también admirar las habilidades y formas técnicas que constituyen esta obra de ingeniería civil.

Esta antigua obra de ingeniería pertenece a la red provincial de espacios naturales “Alicante Natura” gestionada por la Diputación, institución que la difunde destacando los valores naturales de su entorno, incluso a lo largo de su recorrido hay instalados algunos paneles que los reflejan. Sin embargo, llama la atención que no exista ninguna referencia a la historia de la línea ferroviaria ni al valor patrimonial de la obra de ingeniería civil que podemos encontrar expresada tanto en los valores técnicos y constructivos que implicó una obra de esa envergadura, como en los valores formales y estéticos de las estructuras que jalonan el trazado de la línea y que otorgan identidad al paisaje haciéndolo reconocible.

Las instituciones públicas deberían incluir en sus políticas de gestión cultural la noción de “Paisaje Cultural”, introducida por la UNESCO a finales del siglo pasado con objeto de catalogar, proteger y promover aquellos paisajes en los que lo natural dialoga con lo artificial, una modalidad a la que pertenece la Vía Verde del Maigmó (como el tramo de Alcoy de la misma vía).

Un territorio, como construcción, y el paisaje que configura, tienen una historia y una memoria en la que las Obras Públicas tiene un papel determinante, como ocurre en el paraje que comento. La línea ferroviaria que hace posible esta Vía Verde fue un proyecto iniciado en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) que tenía por finalidad conectar Alcoy con Alicante, para poder aprovechar su puerto como salida de los productos de su industria.

Las obras de este ferrocarril se iniciaron en 1929.En su origen, el proyecto estuvo ligado a Próspero Lafarga, conocido Ingeniero de Caminos aragonés afincado en Alicante, que nos ha legado una larga nómina de proyectos de ingeniería civil y arquitectura portuaria, como el Viaducto de Canalejas de Alcoy (1907) o la Lonja del Pescado (1916) del puerto de Alicante. Finalmente, la obra se realizó según el proyecto del Ingeniero de Caminos José María Roselló. Su proyecto contemplaba la construcción de varios túneles y grandes viaductos. En ingeniería civil, se llama “viaducto” al puente de gran altura de rasante, como los de esta línea que oscilan entre los 20 y los 45 metros del formidable viaducto de las “Siete Lunas” que forma parte de la Vía Verde de Alcoy.

Los viaductos para el ferrocarril Alicante-Alcoy fueron construidos durante los años finales de la década de los 20 y comienzos de los 30 del siglo XX. Son estructuras de hormigón armado de formas ligeras y sobrias, lo que facilita su integración con el paisaje natural. Fue una época en que este material se convirtió en un referente técnico y estético de la modernidad. Las innovadoras estructuras de hormigón armado proyectadas para la línea Alicante-Alcoy pertenecen por derecho propio a la historia de la mejor ingeniería civil española. La “Revista de Obras Publicas”, decana de la prensa técnica en España, y de las más antiguas de Europa, publica en 1930 con todo detalle el proyecto de los viaductos de hormigón armado que entonces se estaban construyendo. Cuando en la actualidad el oficio de construir suele radicar en una actividad rutinaria sometida a los imperativas del dinero, sorprende, y constituye un ejemplo, el esmero, el rigor y la calidad de la construcción que muestran las obras que contemplamos cuando recorremos la línea.

Un “Paisaje Cultural”, como el de la Vía Verde del Maigmó, se sitúa en la intersección entre el entorno natural y las transformaciones que sobre el mismo ha realizado la ingeniería. Las huellas que estas construcciones han dejado impresas en el paisaje le otorgan una dimensión histórica. La labor de promoción cultural de la Diputación de Alicante sobre esta Vía Verde está incompleta si solo se destaca lo natural, y se olvida de la riqueza que le aporta el patrimonio de la ingeniería.