En pocas palabras

Mi primera hemeroteca

Antonio Sempere

Antonio Sempere

Hoy cumple cien años el edificio del Círculo Agrícola Mercantil villenense. Sus instalaciones fueron inauguradas el 4 de septiembre de 1923, en el mismo lugar donde dos años después, en 1925, abriría sus puertas el Teatro Chapí, completando una fachada apoteósica que divisaban todos los pasajeros que viajaban en los numerosos trenes que paraban en la estación del Paseo, camino de Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia y Cartagena.

Tres años después, en 1926, el CAM, que esas eran sus siglas, inició el patrocinio de un concierto que la Banda Municipal celebraba en la explanada de su fachada, y que se convirtió en una tradición la víspera de la Entrada de moros y cristianos. Los usos y costumbres hicieron que los más de 8.000 miembros del Casino, entre socios y beneficiarios, fuesen abandonando los servicios del edificio central, a la par que crecía una Ciudad Deportiva que se hizo gigantesca.

Tras un proceso de fusión de la antigua CAM con el Casino Villenense, nació el nuevo Círculo Agrícola Mercantil Villenense. Las antiguas instalaciones fueron muy bien aprovechadas por el Ayuntamiento como Escuela de Música y el concierto del día 4 pasó a celebrarse en el Teatro Chapí.

Pero a mí este centenario me evoca los años setenta y primeros ochenta. Aquellos en los que la Casa de Cultura todavía estaba por llegar, la biblioteca sita en la antigua librería Coro tenía un horario limitado, y la única sala de estudio era la de la Caja de Ahorros del Sureste.

¿Dónde podía leer la prensa cuando salía del instituto, cualquier día laborable o festivo durante un rato? Sólo en la sala de lectura del CAM. Allí comencé a peinar las páginas de Televisión de los periódicos.