Aniceto Benito: el empresario cabal

Aniceto Benito falleció en la madrugada de ayer a la edad de 90 años. Su funeral tendrá lugar este lunes a las 16:30 horas en el tanatorio de San Juan

Posteriormente, sus restos mortales recibirán sepultura en el panteón familiar del cementerio de Benidorm

Aniceto Benito

Aniceto Benito / INFORMACIÓN

Toni Cabot

Toni Cabot

“Y me llaman pesetero… a mí, que hice la mili en Gastadores”. La ingeniosa frase partía del palco del Rico Pérez, pronunciada por quien se sentaba en aquel momento en el sillón presidencial, un salmantino de nacimiento y alicantino de adopción que tras enderezar con una modélica gestión el rumbo económico y deportivo del Hércules allá por mediados de los años 90, daba un toque de humor inteligente para salir al paso del grito de una grada que le reclamaba inversión en fichajes para reforzar al equipo.

Aniceto Benito Núñez (Salamanca, 1933) estudió Ciencias Exactas en su ciudad natal antes de encaminar su futuro hacia el sector de la construcción, rama en la que comenzó a despuntar desde muy joven asumiendo la gerencia de la empresa castellana Construcciones Gargallo, primero en la capital salmantina y posteriormente en la vecina León.

En la etapa leonesa conoce y contrae matrimonio con su mujer, María de los Ángeles García Reyero, y es en León donde nacen sus dos primeros hijos, Javier y Aurora, poco antes de tomar la decisión que cambiaría su vida al aceptar trasladarse a principios de los años 60 a Benidorm, un pequeño pueblo que comenzaba a apuntar maneras como destino turístico.

Tras iniciar su etapa alicantina como director general de Gargallo, y con el nacimiento de sus tres hijos menores, Belén, Fernando y Alfonso, decide dar el definitivo salto al empresariado asociándose con Fernando Ramírez de Avellano, con quien crea la sociedad “Principado”, dedicada a la promoción inmobiliaria. En este punto, su fino olfato empresarial le lleva a apostar por el cambio de modelo, entonces predominante, de apartamento pequeño (uno o dos dormitorios) por los pisos con una superficie mayor, de excelente calidad y en la mejor ubicación (primera o segunda línea de las playas de Poniente y Levante de Benidorm).

Así fueron llegando los Principados, La Cumbre, Beatriz… hasta 21 rascacielos que ocupan espacios privilegiados frente al mar benidormense y que, mayoritariamente, tuvieron como compradores a ciudadanos “del poble” de Benidorm, cuyo poder adquisitivo creció en paralelo con el boom de la ciudad-turismo.

Años después, en 1979, decide diversificar el negocio invirtiendo en el sector del automóvil, comprando una parte del accionariado de Fersan, empresa que comercializaba en Alicante la marca BMW, propiedad de Rafael Fernández Sánchez.

Actualmente, agrupados en el holding Benigar, el grupo posee tres concesionarios y nueve sucursales que dan empleo a 350 trabajadores.

Su pasión por el fútbol, deporte del que era un gran entendido, le llevó a la presidencia del Benidorm y posteriormente a la del Hércules, club que saneó económicamente y al que trasladó de Segunda B a Primera División en tan solo tres años (1992-1995). La aparición de las Sociedades Anónimas en el deporte rey truncó la excelente trayectoria del que pasará a la historia como uno de los grandes presidentes del Hércules.

Empresario respetado y cabal, estuvo unido al PP y ostentó cargos orgánicos desde los tiempos de Alianza Popular junto a su amigo, Ramón Jerez, presidente de Fecia, y ocupó cargo de consejero en la extinta CAM.

Por otro lado, la vida también le golpeó donde más daño ocasiona, abriendo heridas incurables con el fallecimiento de su hijo Fernando en un accidente de tráfico, y la muerte súbita de su nieto Alfonso.