De promesas y deudas pendientes con Elche

El proyecto del Palacio de Congresos duerme el sueño de los justos sin que Diputación ni Ayuntamiento aclaren el motivo de esta insólita parálisis que dura ya once meses

El aparcamiento en el que se ha convertido el futuro Palacio de Congresos de Elche

El aparcamiento en el que se ha convertido el futuro Palacio de Congresos de Elche / Antonio Amorós

M. Alarcón

M. Alarcón

Hace ahora once meses, la Diputación Provincial tenía mucho más interés que ahora por el futuro Palacio de Congresos de Elche. Sería porque estaba Carlos Mazón y ya no lo está y su legado, sus deudas o promesas con la ciudad, poco importan a sus sucesores. Recuerdo una conversación con un alto ejecutivo de la institución provincial en la que no tuvo el más mínimo problema en explicar, con todo lujo de detalles, cuestiones sobre en qué punto se encontraba todo. Decía que, en esos momentos, lo único importante era que se cerrara cuanto antes la compra de la parcela donde, finalmente, se había consensuado la ubicación. Y se tenía que hacer a toda costa antes de concluir 2022 para evitar que se perdiera la inversión y recomenzar todo el farragoso proceso administrativo al año siguiente. Y recuerdo una frase de esa o de otra conversación parecida: «¡Pero si ya tenemos hasta hecho el anteproyecto!». Y lo decían cuando el Ayuntamiento de Elche aún daba vueltas a meter más parcelas de suelo y ver quién las pagaba.

No eran conversaciones que buscaran la culpabilidad del otro posible responsable del retraso o que el periodista se quedara en la crítica. Se pretendía, así siempre lo entendí, el bien común. Cumplir lo pactado. Lo importante era sacar adelante el proyecto y no las rencillas personales o políticas que uno siempre puede encontrar. Había tanto retraso ya acumulado desde que a finales de 2018 (sí, 2018) César Sánchez se comprometiera con el entonces alcalde, Carlos González, a pagar la deuda que tenía con la ciudad con una obra emblemática -otro ADDA, dijo-, que los reproches quedaban siempre en segundo plano de una forma incluso elegante. 

Mazón y González, con mascarilla, en 2021, cuando se anunció la parcela que sigue parada dos años después

Mazón y González, con mascarilla, en 2021, cuando se anunció la parcela que sigue parada dos años después / Antonio Amorós

 Era un político del PP (presidente de la Diputación) y otro del PSOE (alcalde de Elche) que, salvando las distancias sobre de quién era la culpa de que las cosas de palacio (nunca mejor dicho) fueran tan despacio, al final consiguieron que todo fructificara en un acuerdo firmado días antes de concluir el año y permitiendo la adquisición del único terreno que, objetivamente hablando, reunía la ubicación idónea. Once meses después estamos igual o parecido. 

De hecho, lo mejor que hizo el equipo de gobierno meses más tarde fue vallarlo y asfaltarlo para que sirviera de aparcamiento, que buena falta hacía y hace, porque, como si fuera una premonición, ya veía que todo aquel proyecto iba a estar congelado mucho tiempo. Dormiría el sueño de los justos. 

Y ahora que todos son lo mismo a uno y otro lado, del Partido Popular, ni unos están por empujar (Diputación) ni los otros por apretar (Ayuntamiento de Elche) o viceversa, que tanto da. Hace dos meses preguntamos en la institución por el tema y aún estamos esperando que alguien nos diga cómo va la cosa y no nos dé largas, pero ya les digo yo que poco importa por vista la urgencia con la que se toman las cosas. Y desde el Ayuntamiento, por mucho que su alcalde, Pablo Ruz, asegurara el mismo día de su toma de posesión que iba a ser el primer reivindicador de las necesidades de la ciudad, del cumplimiento de deudas y promesas, la realidad nos muestra cosas muy distintas. Y deja así sus palabras formando parte de frases vacías. 

¿De quién es la culpa de que el proyecto siga parado? Bueno, no sé de qué institución, pero ahora no hay duda que estando las dos gobernadas por el mismo partido sí se le podría señalar, aunque seguro que dicen que es de los técnicos. ¿Qué problema hay para no dar explicaciones? ¿para presentar el anteproyecto? ¿dónde está parado? ¿qué se ha resuelto ya sobre este asunto? ¿cuántas reuniones se han mantenido?

Existe algo de desprecio por responderlas por quienes tienen las respuestas. Lo sé por cómo nos contestan en privado. Algunos dirigentes populares se ven tan superiores al resto que no tienen la necesidad de responder a nada. Han perdido parte de la humildad que tenían cuando la culpa se le podía endosar al otro o bien era propia