Hola, soy Dios

Síndrome del pesebre

Síndrome del pesebre

Síndrome del pesebre / JuanCarlosPadillaEstrada

Juan Carlos Padilla Estrada

Juan Carlos Padilla Estrada

-María, María… ven acá corriendo… que el chocolatillo se lo están comiendo…

-¿Qué cantas Pa?

- Un villancico, JC. ¡Que hay que celebrar tu cumple!

- ¡Vaya! Además has colocado un nacimiento y todo… ¡Estás echando la nube por la ventana!

- Todo por mi hijo favorito… y único.

- Le has puesto hasta pesebre y todo.

- Sí… Y hablando de pesebres…

- Te temo, Pa. Que tú no das puntadas sin hilo.

- Muy cierto. Y lo voy a ligar con la situación en tu país favorito, España.

- Te veía venir…

- Es difícil entender como todo una legión de personas, presuntamente honorables, procedentes de actividades tan variadas como la judicatura, profesiones liberales, altos funcionarios, son capaces de modificar de forma radicalmente opuesta sus opiniones de un día para otro, al dictado de lo que un jefe narciso, ambicioso y carente de escrúpulos va surfeando en el juego del poder con el único objetivo de perpetuarse en su cúspide.

- Para ser Navidad no pareces muy piadoso, Pa.

- Es que estoy indignado JC. Y me resulta muy difícil comprender a personas como el juez Grande Marlaska, reconocido por haber dedicado su vida a la lucha contra ETA desde la audiencia nacional. Este señor declaró en repetidas ocasiones que la amnistía no cabía en la Constitución y difícilmente encontraremos a alguien más cualificado para hacer una valoración semejante. Sin embargo, a los pocos días y urgido por las necesidades electorales de su jefe, el juez metido a ministro cambia copérnicamente su criterio para abrazar semejante engendro, que perdona delitos pasados y legítima acciones terroristas por mor de la necesidad de poder de un sujeto. No hubo que esperar mucho tiempo para asistir a un nuevo trágala protagonizado por los mismos: tras asegurar que el acuerdo PSOE-Bildu no incluía contrapartidas, los socialistas propician la entrada de los ex etarras en la alcaldía de Pamplona. ¿Qué puede pensar el juez Marlaska, que ha dedicado media vida a perseguir a los malhechores de ETA y sus herederos de semejante tropelía?

- Te comprendo Pa.

- Y hay muchos más ejemplos. La también jueza y ministra de defensa Margarita Robles, que ha tenido que ver cómo se cesó a la directora general del CNI por las presiones de los independentistas. Y múltiples ministros dicen hoy negro y mañana amarillo.

- Sí… y decenas de personas sensatas que se visten por los pies y que, sin embargo, agachan la cabeza y asienten a cuanto estropicio se le ocurre al señor Pedro Sánchez.

- ¿Cómo se explica este psicodrama colectivo en la cúspide de la política española?

- Pues solo existe una explicación, JC: Lo que decía hace algunos años don Alfonso Guerra: «El que se mueve no sale en la foto». Existe una condición absolutamente necesaria para mantenerse en la corte del monarca absolutista Pedro Sánchez: obediencia. Y expresión pública de adhesión inquebrantable al líder, disfrazada de convencimiento e identidad ideológica. En otras palabras: o haces lo que yo digo, lo expresas públicamente e intentas convencer a la gente de que eso es lo bueno y necesario para el país o te vuelves con el rabo entre las piernas a tu casa, pierdes notoriedad, poder, exposición pública y ese punto de erotismo que tiene el poder y que tan bien administra el señor Sánchez.

- Buen análisis, Pa.

- Es a eso a lo que yo llamo el síndrome del pesebre y que explica milimétricamente las conductas de personas más interesadas en mantener su estatus poderoso que comprometidas con la razón y su conciencia.

- Pesebre… qué recuerdos Pa…

- Es que estamos en Navidad… ¡Felicidad para todos nuestros lectores!

- Eso es Pa: ¡Feliz Navidad para todos!