Opinions des d'Elx

Un oscuro presupuesto a pesar de la iluminación

El presupuesto aprobado empiezan a aflorar cuestiones más oscuras, a pesar de tanta luz callejera. Las cantidades destinadas a determinadas políticas sociales se regatean o disminuyen

Pleno para aprobar los presupuestos del año 2024 en Elche

Pleno para aprobar los presupuestos del año 2024 en Elche / Matías Segarra

Joan Antoni Oltra Soler

Joan Antoni Oltra Soler

El viernes pasado el pleno del Ayuntamiento de Elx aprobó el presupuesto para 2024. Es el primero que hace la coalición PP-Vox. Hasta ahora se funcionaba con el que aprobó el anterior equipo de gobierno. Ya no habrá excusas para comprobar cómo harán las cosas. Pronto se verá.

Y, además, aprobado ejerciendo el rodillo con su mayoría absoluta. No se admiten enmiendas de la oposición. Que conste que es absolutamente legal. Aunque llama la atención que, los que ahora mandan, cuando estaban en la oposición se quejaban de que los otros no les aprobaban nada y, ahora, ellos, hacen exactamente lo mismo o peor. Y es que hay que ver cómo cambia la cosa cuando se está en el gobierno o en la oposición.

Es lo mismo que pasa a nivel estatal. Las quejas de Feijóo sobre Puigdemont cambiarían radicalmente si le hubiera facilitado gobernar. Claro que, para entonces, tendría que no depender de Vox. Un problema irresoluble que Feijóo ha zanjado diciendo, falsamente, que «no es presidente del Gobierno porque no ha querido». Aunque intentarlo lo ha intentado y, probablemente según confesión propia, volverá a hablar con él para torpedear a Pedro Sánchez. Los extremos, a veces, se tocan. Y ya parece que se están tirando los tejos unos a otros. Aunque las apariencias hay que guardarlas de cara a la galería. 

Iluminación navideña en la Plaça de Baix, en Elche

Iluminación navideña en la Plaça de Baix, en Elche / Matías Segarra

Menudo cambio ha dado la ciudad. Se ha hecho la luz. Y de qué forma. Poco más y hay que ponerse gafas de sol por la noche. Lo de las imágenes religiosas, belenes, ángeles, angelotes, etc. se esperaba con Ruz como algo natural

Aprobar sus primeros presupuestos ha supuesto, para el alcalde Pablo Ruz, un momento de gozo indescriptible. En pleno éxtasis exclamó «que es un día para estar felices» (y eso que aún no se sabía que una parte, pequeña, del Gordo caería en Elx, cosa que también hubiera achacado a su gestión). Aunque, ya puesto, su afirmación de que «somos el único municipio de la provincia que baja impuestos» no se sabe cómo tomarla porque casi todos son del PP. Parece decir que todos son muy malos y el único bueno es Elx (cosa que no deja a sus otros correligionarios peperos en muy buen lugar). El entusiasmo genera, a veces, alucinaciones inexplicables.

Y no sería raro que pasaran en un Elx que, gracias a su mandato, parece que quiere ser referente en el tema de luces navideñas. Menudo cambio ha dado la ciudad. Se ha hecho la luz. Y de qué forma. Poco más y hay que ponerse gafas de sol por la noche. Lo de las imágenes religiosas, belenes, ángeles, angelotes, etc. se esperaba con Ruz como algo natural, aunque el balcón principal del Ayuntamiento (que tantas veces se ha denegado para otras cosas) parece la entrada al mismo cielo, pero lo de las luces es de nota y eso que no está barata, que, si llega a estarlo, nos faltan calles.

En una vertiente más terrenal, en el presupuesto aprobado empiezan a aflorar cuestiones más oscuras, a pesar de tanta luz callejera. Las cantidades destinadas a determinadas políticas sociales se regatean o disminuyen. El Ayuntamiento debe prever suficientes recursos para que lleguen a sus vecinos más necesitados. Las ayudas a la rehabilitación de viviendas, pagos del IBI, políticas frente al machismo, por la igualdad, defensa del valenciano, evitar situaciones de marginalidad en barrios, etc. sufren recortes. Contrasta todo ello con la generosidad a la hora de aumentar el número de asesores, cuando parecían prometer todo lo contrario cuando llegaron, así como los gastos en publicidad, promoción institucional, protocolo, etc.

El Ayuntamiento debe prever suficientes recursos para que lleguen a sus vecinos más necesitados. Las ayudas a la rehabilitación de viviendas, pagos del IBI, políticas frente al machismo, por la igualdad, defensa del valenciano, evitar situaciones de marginalidad en barrios, etc. sufren recortes.

Es un presupuesto que promete inversiones que, en el mejor de los casos, tardarán años en realizarse y que, curiosamente, se ve lastrado por una actitud muy sumisa ante la Generalitat, a la que le ha tocado el Gordo al renunciar a reclamarle los 43 millones por la UMH a cambio de una promesa para hacer un tranvía que, curiosamente, dice Ruz que no tendrá vías, catenaria y, probablemente, ni vagones (o sea, algo invisible) y, a cambio de este prodigio, se renuncia a la deuda. Y, ya puestos, también a la inversión prevista por la Generalitat en Jhayton. Todo por Mazón ha faltado decir, aunque lo paga Elx.