Balance de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea

Concierto de clausura de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea.

Concierto de clausura de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea. / Juan Carlos Hidalgo

Domènec Ruiz Devesa

Domènec Ruiz Devesa

No es exagerado, ni especialmente partidista, decir que el balance de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea que concluyó el 31 de diciembre de 2023, la quinta desde nuestra adhesión a las entonces Comunidades en 1986, es sobresaliente, tanto en sus resultados cuantitativos, con más de setenta expedientes cerrados (muy por encima de la media), como por el carácter cualitativo de algunos de sus hitos, que se considerarán históricos, principalmente la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, la entrada gradual de Rumanía y Bulgaria en el espacio Schengen, la cumbre UE-América Latina, la vinculación de la ampliación con las reformas institucionales (Declaración de Granada), y la transmisión al Consejo Europeo de la propuesta del Parlamento Europeo de reforma de los Tratados. La presidencia ha sido además un proyecto de país, desplegado sobre el conjunto del territorio, con 23 reuniones ministeriales, e innumerables eventos temáticos, incluyendo a la Comunitat Valenciana, con el Consejo de comercio internacional en Valencia, y los actos de Elda (estatuto europeo del artista), Mislata (educación para la ciudadanía europea), y Vall d´Uixó (entes locales).

Desde el punto de vista sectorial, cabe destacar los acuerdos con el Parlamento sobre el Pacto Migratorio y de Asilo, que establece la obligación para todos los Estados de acoger inmigrantes o bien de contribuir financieramente a la acogida;la ley de restauración de la naturaleza, que supone un cambio de paradigma, al superar la idea de proteger lo que nos queda del ecosistema, en favor de recuperar parte de lo perdido; la reforma del mercado eléctrico, que favorece contratos de larga duración más estables y predecibles y que normaliza la intervención en los precios en momentos de emergencia; la primera norma en el mundo para la regulación de la inteligencia artificial; el reglamento para asegurar el aprovisionamiento de las materias primas críticas; la directiva de responsabilidad empresarial con obligaciones para las multinacionales de respetar el medio ambiente y los Derechos Humanos en países terceros; el reglamento que limita las emisiones contaminantes de los vehículos de carretera; la revisión de la red europea de transportes, incluyendo acelerar la mejora de los tramos transfronterizos y la conexión del ferrocarril con puertos y aeropuertos; el nuevo reglamento sobre denominaciones de origen; o la posición común del Consejo sobre la tarjeta europea de discapacidad, y la flexibilización del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que ahora habrá que negociar con el Parlamento. Muy avanzada está también la revisión del Marco Financiero Plurianual, es decir, el presupuesto a largo plazo de la UE, con aumentos previstos en varias políticas, incluyendo la ayuda a Ucrania por valor de 50.000 millones de euros, pendiente de superarse el veto de la Hungría de Orbán.

Y todo ello teniendo en cuenta que muchos pensaron que con la convocatoria de los comicios del 23 de julio la presidencia nacía prácticamente muerta, ya fuera por desplazarse la atención política a la coyuntura electoral y después a la formación de gobierno, o por el mero carácter interino del ejecutivo, lo que no ha sido para nada el caso, pues tanto Pedro Sánchez como José Manuel Albares son líderes europeístas de primer nivel que han mantenido firme la ambición y el pulso de la presidencia, fajándose incluso con crisis internacionales inesperadas como el conflicto entre el grupo terrorista Hamás e Israel. En este tema, en alianza con Josep Borrell, e Iratxe García (presidenta del Grupo Socialistas y Demócratas), España ha logrado equilibrar la posición europea en favor de proteger la población civil de Gaza, lograr el alto el fuego humanitario, relanzar la solución de los dos estados, y reclamar la organización de una conferencia internacional de paz. También se han distinguidoministros como Nadia Calviño, al lograr acordar la posición del Consejo sobre la flexibilización del PEC, Teresa Ribera al alcanzar acuerdos con el Parlamento en asuntos tan relevantes como la ley de restauración de la naturaleza o la reforma del mercado eléctrico, o Grande Marlaska al cerrar el Pacto sobre Migración y Asilo.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la dimensión exterior y europea de la política se resiente menos que la doméstica durante la fase electoral y post-electoral, sobre todo no habiéndose producido un cambio de gobierno, al contar la presidencia con un equipo de funcionarios sólido y experimentado en Bruselas, reforzado para la ocasión yhábilmente dirigido por nuestro embajador representante permanente ante las instituciones europeas Marcos Alonso.

Cabe destacar también el papel del Parlamento Europeo durante esta presidencia, y en particular de los eurodiputados socialistas españoles, que han sido ponentes, en nombre de laEurocámara, de la mayoría de estos informes estratégicos,facilitando así su conclusión durante esta presidencia, como Juan Fernando López Aguilar (Pacto Migratorio, medidas restrictivas por violación de sanciones a Rusia), Javier Moreno (Directiva de permiso único de residencia), Nicolás González Casares (mercado eléctrico y sustancias de origen humano), César Luena (restauración de la naturaleza), Javi López (acuerdo comercial con Chile), Ibán García del Blanco (inteligencia artificial), Isabel García Muñoz (redes transeuropeas), Lina Gálvez (vuelta del Reino Unido al programa de investigación Horizonte Europa, cooperación científica y tecnológica con EEUU), Clara Aguilera (atún rojo), y Eider Gardiazábal (presupuesto 2024), o bien portavoces del Grupo Socialista en la materia, como Jonás Fernández (economía: reforma del PEC), Inmaculada Rodríguez-Piñero (comercio internacional: responsabilidad empresarial, materias primas críticas), y yo mismo (asuntos constitucionales: reforma de los Tratados y nueva composición del Parlamento, con dos escaños más para España). Además, Nacho Sánchez Amor obtuvo, en línea con su informe, conclusiones del Consejo sobre Turquía. Igualmente el Consejo ha adoptado conclusiones/declaraciónen los temas de salud mental y vivienda, incluyendo sinhogarismo, impulsados por Estrella Durà. Cristina Maestre redactó el informe sobre el aprovechamiento del talento en las regiones en el marco del año europeo de las competencias. Alicia Homs, Marcos Ros, y Laura Ballarín han trabajado sobre las prioridades de la presidencia en materia de política social, política regional, y mercado interior, respectivamente.

Por último, y volviendo al principio, hay que recordar que el propio resultado de las elecciones del 23 de julio constituía en sí mismo un mensaje europeísta al hacer inviable una coalición de la derecha con la ultraderecha xenófoba y euroescéptica de Vox. Una posibilidad que ahora habrá que frenar, a escala europea, en los comicios al Parlamento Europeo de junio. Los logros de la legislatura 2019-2024(Plan de Recuperación, Unión Sanitaria, Pacto Verde, apoyo a Ucrania, Directiva de Salarios Mínimos, etcétera), rematados por los de la presidencia española del Consejo, la última completa antes de la cita electoral, ofrecen una excelente base para lograr este objetivo.