El teleadicto

Terenci, el fabulador

TERENCI, EL FABULADOR

TERENCI, EL FABULADOR / AntonioSempere

Antonio Sempere

Antonio Sempere

El reciente fallecimiento de Colita (Isabel Steva), me animó a revisar Terenci: la fabulación infinita, que se puede ver en doble versión, tanto en serie como en largometraje a través de Filmin. La que fuera amiga íntima de Terenci Moix es la que habla más claro y con más desparpajo del biografiado. ¡Menuda era ella! Teniendo en cuenta que en la película no participó Maruja Torres, su testimonio se convierte en imprescindible.

Estimo que en el momento de su estreno no se prestó la atención debida a este documento, que lejos de convertirse en la habitual hagiografía, se atrevió a retratar al personaje con todas sus luces y sombras, para que después cada espectador decida sacar sus conclusiones.

La aportación más valiosa es la del actor Enric Majó, que se atreve a contar cómo fue su complicada relación sentimental con Terenci ante las cámaras. Solamente por seguir atentamente este pasaje, que se convierte en el eje central del largometraje, Terenci: la fabulación infinita, se debería estudiar en las facultades de Psicología.

Terenci era tan generoso como manipulador. Amaba la belleza, y la proyectaba en el objeto de deseo. Terenci tenía un ego enorme. Un día, simulando un ataque de ansiedad, lo primero que hizo fue avisar a los amigos para que llamasen a la agencia Efe: debían publicarlo, y vaya si lo publicaron.

De la misma manera que no le importaba contar, como si fuera verdad, que el día de Nochevieja de 1958 se metió a las 3 de la tarde en un cine de programa doble a ver Sinuhé el egipcio y El último cuplé, y que a las 12 de la noche él seguía allí deseando que apagasen las luces para continuar escuchando a Sara Montiel.