EL MUNDO POR DE DENTRO

Las mujeres son la clave de los gobiernos progresistas

Antonio Balibrea

Antonio Balibrea

Hace poco más de noventa años que las mujeres votaron por primera vez en unas elecciones en España gracias al tesón y la lucha encabezada por Clara Campoamor. El Partido Socialista y el Partido Comunista se opusieron al voto femenino por miedo a que la influencia del clero entre las mujeres derechizaría los resultados electorales, como así ocurrió en 1933. Contrariamente a las previsiones cortoplacistas de la izquierda el voto femenino ha sido y está siendo clave en la victoria de los gobiernos de izquierda y la coalición progresista en España. Aunque más de la mitad de las mujeres se definen como católicas, sean o no practicantes, son el pilar fundamental del voto de la izquierda y de la mayoría progresista.

Este mes el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado una investigación, “Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género” (Noviembre 2023) del que se ha subrayado estos días que se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora “se está discriminando a los hombres”. Más del 32% de las mujeres estarían de acuerdo con esa afirmación y un 44% de los hombres la ratificaría. Si nos atenemos a esta misma pregunta en relación con el recuerdo de voto político la respuesta se entiende mejor, ya que un 60,8% de los votantes del PP están bastante o muy de acuerdo con esa afirmación y el 87% de los votantes de Vox; mientras que en el PSOE un 80% y en Sumar más del 90% está poco o nada de acuerdo. Algo parecido sucede cuando se pregunta por la necesidad de que los hombres luchen por los derechos de las mujeres: entre los partidos de derechas entre un 41 y 70% no estaría de acuerdo; mientras que en la izquierda casi el 90% ve necesario el apoyo de los hombres a la lucha feminista.

Más de la mitad de los hombres reconocen que las mujeres tienen que esforzarse más para demostrar que pueden desempeñar el mismo puesto de trabajo; y las tres cuartas partes de las mujeres saben que eso es así. La situación de las mujeres en España solo es mejor que la de los hombres- en esto coinciden ambos géneros- en el acceso a la educación lo cual se refleja ya, y cada día más, en que en los estudios superiores la mujer supera en proporción a los hombres.

El tiempo que la mujer dedica a las tareas de la casa son casi tres horas-172’ al dia- el hombre dice que dedica dos, 127’; pero cuando se pregunta a uno por la dedicación del otro, el hombre reconoce que la mujer realiza aproximadamente esos mismos minutos; mientras que la mujer no le reconoce al hombre más que poco más 99’. Algo similar sucede con el cuidado de los hijos, y de las personas dependientes o enfermas, aquí la dedicación de los hombres es algo mayor y las diferencias se reducen, pero la mujer sigue siendo la que dedica mas tiempo, con diferencia.

Las mujeres apoyan opciones más sociales que los hombres. En la escala de uno a diez- de lo “más a la izquierda” a lo “más a la derecha”- la media en los hombres es del 4,85 y en las mujeres 4,69. La diferencia entre mujeres y hombres a la hora de votar es muy significativa en el caso del PSOE las mujeres votan un 5% más al PSOE que los hombres. En el caso de Vox los hombres que votan a Vox son un 5% más que las féminas.

En cuanto a los movimientos sociales y el grado de simpatía hacia cada uno de ellos en una escala de cero a diez- de “ninguna simpatía” a “mucha simpatía”-, los hombres sienten mayor simpatía por las organizaciones pro derechos humanos seguidas de pacifistas, ecologistas, LGTBIQ+ y las feministas. Las mujeres coinciden en este orden con los varones, pero con un grado de simpatía más alto en todos los casos. En una escala de cero a diez la media de las mujeres que son muy feministas es 6,74 mientras que los hombres se quedan en 5,77. El grado de simpatía con los movimientos sociales es mucho más alto entre los votantes de la izquierda que entre los de la derecha. Casi la mitad de los electores de Vox, por ejemplo, no tienen “ninguna simpatía” por los movimientos feministas.