¿Tú también, Ximo?

Ximo Puig durante su intervención en las Cortes

Ximo Puig durante su intervención en las Cortes / Rober Solsona

En plena controversia –necesaria, ya era hora– sobre el modelo fiscal a seguir, el camino escogido por Ximo Puig –aunque distinto al del PP– solo da armas al enemigo y genera ruido que utiliza la caverna para confundir. Por eso, en este preciso momento, mal, Ximo, mal.

Hasta que las empresas y personas más ricas no contribuyan a la riqueza del país de manera progresiva, más que la clase media –para eso son acaudalados–, y los servicios públicos sean de una calidad inmejorable, no debería hablarse de rebajar impuestos. Sin embargo, sí que habría que dar ayudas directas a quienes más lo necesitan; porque la rebaja fiscal a rentas inferiores a 60.000 euros no llega a los más necesitados que ya están exentos de tributar.

Y, los que bajáis, no solicitéis ayuda al Gobierno central si no llegáis.