El firmamento estrellado

Francisco Javier Sotés Gil

Cuando las Perseidas bajan de los cielos en agosto,también les llaman lágrimas de San Lorenzo, y se sabe que son partículas del resto de polvo y rocas de un cometa lejano,y te hacen pensar en ese universo extraño y en su creador.Y me han recordado también,esas noches de campamento,en el que andábamos por sinuosos senderos,y nos guiábamos por las estrellas a lo largo del camino.Ese silencio en el campo,en el que solo se oían los susurros de los compañeros,el ruido del revolotear de algún insecto el rumos de un riachuelo cercano.Esa extraordinaria cosmogonía de la fantástica noche estrellada,hacían que nuestros pensamientos fueran para ese universo ignoto;entonces algún que otro pitillo encendido iluminaba algunos rostros,que se sentían impresionados,en esa que nos guiaba astronomía nocturna.Y he pensado en el transcurrir de nuestro tiempo,en esas lejanas noches,en las que quiero volver a estar cuando salgan las estrellas.