España y Marruecos se reencuentran

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (i), y el rey de Marruecos, Mohamed VI (c) en su primer viaje oficial de esta legislatura a Marruecos.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (i), y el rey de Marruecos, Mohamed VI (c) en su primer viaje oficial de esta legislatura a Marruecos. / Pool

María Antonia Montesinos

Hacía dos años que se esperaba este encuentro, entre Pedro Sánchez y el Rey de Marruecos, Mohamed VI, para hablar de una alianza estratégica entre los dos países, y poder abordar el tema de la inmigración ilegal, el terrorismo y el narco-tráfico, éste último tema muy presente por la muerte trágica de los dos guardiaciviles aplastados por la lancha de los narcos en la bahía del puerto de Bárbate (Cádiz).

Recordemos que la buena relación entre Marruecos es imprescindible, ya que es la puerta de contención de la inmigración ilegal y todos nos acordamos, del incidente fronterizo en mayo del 2021, en qué Marruecos relajó sus fronteras, cómo consecuencia de haber admitido, por razones humanitarias, al Jefe del Frente Polisario, hospitalizado en España, y en un solo día más de 8.000 personas a nado, invadieron Ceuta, creando una crisis sin precedentes tanto para España, como para la UE, y España se vio obligada a desplegar al ejército para controlar dicha avalancha y dar una ayuda de 30 millones a Marruecos para frenar la imigración ilegal. También se ha abordado la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, de momento siguen cerradas y Marruecos alega que solo quedan unas cuestiones técnicas para abrirlas.

No olvidemos que nos separan 14 kms y que hay más de 20.000 empresas españolas instaladas en suelo marroquí y esa cooperación entre los dos países, mejora la calidad de vida de muchos de sus ciudadanos. También está previsto para el 2030, albergar la Copa Mundial de Fútbol, ya que España, Portugal y Marruecos, es la candidatura tripartita. En definitiva, que parece que ambos países están viviendo una dulce boda de miel, y esas relaciones deben mantenerse a toda costa, a pesar de que España siempre le cuesta doble esfuerzo.