PERFIL

José Antonio Rovira: De jugador de hockey a compañero de fatigas de Mazón

El nuevo conseller de Educación, Universidades y Empleo llegó a compartir piso con el ahora jefe del Consell en una primera etapa política en la que coincidieron en València

José Antonio Rovira, conseller de Educación, Universidades y Empleo

José Antonio Rovira, conseller de Educación, Universidades y Empleo / Rafa Arjones

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Poco podía pensar José Antonio Rovira en su juventud, cuando jugaba al hockey en el Club Atlético San Vicente, que acabaría convirtiéndose en conseller de Educación, Universidades y Empleo. A ello ha contribuido su labor docente en la UA, su pasado como director general de Personal en la misma conselleria, así como su estrecha relación con Mazón.

José Antonio Rovira nació hace 60 años en San Vicente del Raspeig. Hijo de un empleado de banca y una comerciante, cuenta con una hermana mayor que sigue regentando la conocida alpargatería que fundó su abuelo y en la que luego estuvo al frente su madre en el propio municipio. Confiesa que fue su familia la que le inculcó la cultura del esfuerzo, una consigna de la que ha procurado hacer gala a lo largo de su vida y también en su trayectoria profesional y política.

Cursó estudios en la Universidad de Alicante (UA), donde se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales mientras jugaba en el equipo de hockey hierba que patrocinaba la propia institución académica. Su estrecho vínculo con esta Universidad le llevó a convertirse en profesor del Departamento de Economía Aplicada y Política Económica, lo que ya anticipaba el rumbo hacia el que iba a orientarse.

De hecho, no tardó mucho en dar sus primeros pasos en el ámbito político, dado que en 1990, solo un año después de afiliarse al Partido Popular, se convirtió en concejal del Ayuntamiento de Alicante, donde permaneció hasta 1999. Teniente de alcalde, portavoz adjunto y concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes fueron algunas de las labores que ejerció en ese intervalo de tiempo.

Ya en aquel entonces conocía a Carlos Mazón, fruto, en primer lugar, de la amistad que mantenían los padres de ambos, y también porque la mujer de José Antonio Rovira, Consuelo Maluenda, coincidió con el hoy presidente de la Generalitat en la sección juvenil del PP.  

Ese fue el embrión de la profunda amistad que acabaron entablando Rovira y Mazón, también porque el destino quiso que coincidieran en una etapa política que se desarrolló en València, cuando, siendo jefe del Consell Eduardo Zaplana, el propio Mazón fue designado en 1999 como director general del Instituto Valenciano de la Juventud. El nombramiento coincidió en el tiempo con la entrada de Rovira como diputado autonómico, por lo que, según recuerda, viajaban a València juntos e incluso llegaron a compartir piso.

Entre 1999 y 2001, ejerció como portavoz de la Comisión de Gobernación y Administración Local en las Cortes, así como secretario de la de Economía, Presupuestos y Hacienda. Fue el paso previo a convertirse en director general de Personal de la Conselleria de Cultura y Educación.

Esa etapa se mantuvo hasta 2007, momento en el que, en el inicio del segundo mandato de Francisco Camps al frente de la Generalitat, éste dejó de contar con los servicios de Rovira, así como también con los de Carlos Mazón, que había también ostentado la Dirección General de Comercio y la de Seguridad en la Industria, al estar ambos cercanos a Zaplana.

La amistad, pese a todo, continuó estando muy presente entre ambos, lo que les llevó a coincidir de nuevo, pero esta vez en la Diputación de Alicante, con Mazón como diputado provincial de Cooperación, y Rovira como gerente de Personal de la propia institución. Este último todavía volvió a estar vinculado a la Conselleria de Cultura y Educación, pero en este caso ejerciendo como director territorial en la provincia de Alicante.

Abandono momentáneo

Luego llegó el abandono momentáneo de la política por parte de los dos, con unos destinos que se separaron al asumir Mazón la gerencia de la Cámara de Comercio de Alicante, mientras que Rovira se reincorporaba a su puesto como profesor en la UA.

Pero los estrechos vínculos forjados a lo largo de todo este tiempo propiciaron un regreso conjunto en 2019. Fue cuando Carlos Mazón alcanzaba la presidencia de la Diputación de Alicante, al mismo tiempo que Rovira regresaba a las Cortes Valencianas como diputado, teniendo a su cargo la portavocía de la Comisión de Gobernación y Administración Local.

Así que esta intensa relación, forjada a lo largo de muchos años como compañeros de fatigas, ha resultado decisiva para que el nuevo presidente de la Generalitat no haya tenido ninguna duda a la hora de recurrir a José Antonio Rovira para que se sitúe al frente de la Conselleria de Educación, Universidades y Empleo. Eso, y también la experiencia acumulada en este tiempo en los diversos cargos que ocupó en el mismo departamento autonómico de Educación, lo que propicia que sea un conocedor tanto de este sector como de los entresijos de la casa.

No le espera, en cualquier caso, una tarea fácil por delante. De entrada, porque asume unos departamentos que en el Botànic funcionaban por separado y, después, porque sobre la mesa hay cuestiones conflictivas, como la adecuada financiación de las universidades y la rivalidad existente en materia de títulos, como, sin ir más lejos, la que mantienen la UA y la Universidad Miguel Hernández (UMH). Rovira, con todo, está convencido de poder hacer frente a los retos, sobre la base, eso sí, de que las instituciones académicas deben ser complementarias, y que también deben atender de forma adecuada las necesidades de las empresas y del conjunto de la sociedad, para favorecer, de esta forma, el empleo.

La otra patata caliente será la del plurilingüismo en las aulas, uno de los ámbitos en los que más choques se han producido en el debate público entre el PP y Compromís, formación esta última que dirigió la Conselleria de Educación en la etapa de Gobierno del Botànic.

Sea como fuere, lo que está claro es que Carlos Mazón podrá contar con una persona de su total confianza para abordar estas cuestiones, que muy probablemente estarán en el primer plano de la actualidad política a lo largo del nuevo mandato que se acaba de iniciar.

Y José Antonio Rovira, según reconoce él mismo, está muy agradecido al jefe del Consell por haber pensado de nuevo en él, dando continuidad de esta forma a una dilatada trayectoria política. Su único lamento es que esta dedicación de tantos años le haya impedido desarrollar su carrera universitaria y alcanzar el rango de catedrático. Pero sus alumnos, enfatiza, le recuerdan con aprecio, y eso es con lo que se queda.