ESO y Bachillerato

Homologar el título tras estudiar un curso en el extranjero: un laberinto que atrapa a las familias y deja colgados a los estudiantes

La documentación debería entregarse en tres meses, pero el atasco de expedientes hace que el plazo se alargue mucho más

Las solicitudes han pasado de 6.511 en 2020 a casi 14.000 en 2023, un aumento del 115%

Alumnas de bachillerato, en la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona.

Alumnas de bachillerato, en la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona. / / RICARD CUGAT

Olga Pereda | Helena López

¿Estará bien? ¿Hará amigos? ¿Aprenderá? ¿Comerá bien? A las mil preocupaciones que tienen las familias que envían a sus hijos e hijas a estudiar en el extranjero -una opción cada vez más demandada- se le suma otra. Esta vez, burocrática: la homologación de los estudios una vez que el estudiante regresa a casa. El trámite, en teoría, debería estar listo en tres meses. La realidad es otra. Y eso pone en peligro los planes de estudio de estos jóvenes.

Fuentes del Departament d'Educació aseguran que, en Catalunya, se tramitaron 6.511 expedientes en 2020 mientras que 2021 fueron 9.620. En 2022 llegaron a los 11.830 y en 2023 se dispararon hasta los casi 14.000. Es decir, en cuatro años ha habido un aumento del 115% de las solicitudes. Ese número engloba no solo a los estudiantes catalanes que han estudiado un curso en algún otro país, sino también a los alumnos y alumnas migrantes que quieren incorporarse al sistema educativo catalán. Según Educació, ambos tipos de estudiantes han experimentado un aumento considerable en los últimos años.

Atasco de expedientes

Muchas familias advierten, con desesperación, de que están a la espera del trámite. Sospechan que el Departament tiene un considerable atasco de expedientes por resolver. Educació, sin embargo, no confirma el número de solicitudes que están en un cuello de botella a la espera de recibir la luz verde. "Es muy fluctuante y no sería realista dar una cifra", responden.

El Govern, en todo caso, consciente de la situación, ha puesto en marcha varias medidas para agilizar los procesos. Una de ellas, señala una voz del Departament, es reclamar al Ministerio de Educación que actualice el decreto -que data de los años 80- para que sea más ágil. La segunda, prosigue, es un incremento -sin especificar- del número de trabajadores de los equipos dedicados a la resolución de expedientes. Y la tercera, una normativa aprobada este mismo mes que permite a docentes de FP ayudar en las convalidaciones en el caso de los estudios de Formación Profesional.

Homologar no es lo mismo que convalidar

Las agencias especializadas recuerdan que homologar y convalidar son pasos imprescindibles cuando los menores estudian fuera. Pero no son lo mismo. Homologar el título es necesario en el caso de estudiar fuera un año completo, pero no cualquiera sino los que cierran una etapa escolar. Es decir, 4º de ESO o 2º de Bachillerato. “Lo que se homologa no es el curso en sí, sino el título de secundaria o el de Bachillerato”, explica Lucía Muñoz, directora del departamento académico de la consultora de educación internacional The Lemon Tree Education. Mientras, la convalidación es el paso administrativo que hay que dar cuando los alumnos han estudiado fuera un curso que no cierra etapa. Por ejemplo, 3º de ESO o 1º de Bachillerato. En ese caso, se convalida el curso.

Al contrario de lo que pasa con los títulos universitarios (donde el plan Bolonia hace que toda la UE sea una especie de distrito único, de tal manera que solo es necesario homologar los de las universidades de fuera de la UE), todos los estudiantes de ESO yy Bachillerato tienen que homologar su título o convalidar su curso con independencia de la ciudad donde lo hayan cursado. Da igual si es en Francia, Alemania, Reino Unido o EEUU.

Cataluña, Euskadi y Galicia

Todas las comunidades tienen la competencia educativa transferida, pero solo Cataluña, Euskadi y Galicia ostentan, además, la competencia en la homologación y la convalidación. Eso significa que los trámites se tienen que hacer, no ante la Alta Inspección Educativa (que depende del Ministerio de Educación), sino ante la autonomía.

La gestión la pueden realizar las familias a título personal o la agencia con la que hayan tramitado el viaje de estudios, pero hay que tener muy claro de antemano si la homologación y la convalidación están incluidas o no en los servicios de la agencia o esta los realiza con una empresa externa. "Los trámites administrativos, en teoría, deberían ser accesibles a los usuarios. La realidad, sin embargo, es que muchas veces son enrevesados y complicados", añade Rubén Castillo, cofundador de The Lemon Tree Education, agencia que ha conseguido tener lista la documentación de sus estudiantes en una media de seis o siete meses.

"Los trámites administrativos, en teoría, deberían ser accesibles a los usuarios. La realidad, sin embargo, es que muchas veces son enrevesados y complicados"

— Rubén Castillo, cofundador de The Lemon Tree Education

Uno de los motivos de que los tiempos de espera se alarguen tanto es que la documentación entregada tiene que estar completa y perfecta. "Muchas veces las familias no saben muy bien qué papeles tienen que aportar, de ahí que el trámite sea enrevesado. Si la documentación no está detallada, la homologación no llega", puntualiza la responsable del departamento académico de la consultora.

Esperando la homologación

¿Qué pasa cuándo la homologación no llega? Depende. Si una alumna estudia, por ejemplo, 4º de ESO en otro país y regresa a su instituto para continuar con Bachillerato, deberá pedir algo que no todas las autonomías tienen (Catalunya sí): un documento bautizado como ‘declaración responsable’ y que permite al alumno confirmar ante el instituto que está en el proceso de convalidar sus estudios. Tiene una duración de un año, tiempo de sobra, en teoría, para tener la documentación en regla.

En el caso de los alumnos que han estudiado fuera 1º de Bachillerato (que ya no es educación obligatoria), hay que acreditar igualmente la solicitud de la convalidación y abonar las tasas. Mientras, los de 2º de Bachillerato que quieran optar a estudiar en una universidad en Catalunya, tienen la opción de realizar igualmente las PAU a la espera de la homologación, así como de hacer lo que se llama una matrícula condicionada en la universidad (que les da un año de margen hasta que presenten el título homologado para poder hacer la matrícula definitiva). El problema es que al ser el acceso a la universidad un proceso competitivo y al estar este alumnado concreto al final de la lista, lo tienen complicado para acceder a los grados más demandados. Si un expediente se alarga más de ese año de margen, el estudiante corre el peligro de no poder continuar con los estudios deseados, al menos mientras no llegue ese documento.

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