El suboficial mayor Ángel Morata deja el Servicio de Seguridad de las sedes judiciales por jubilación
Vinculado la mayor parte de su trayectoria profesional a la lucha contra la droga y la criminalidad organizada, este servidor público se marcha después de medio siglo en la Guardia Civil y dejando dos hijos en el Cuerpo
Sesenta y cinco años después de que viniera al mundo en el cuartel de la Guardia Civil de Águilas, el suboficial mayor Ángel Morata ha dejado la Compañía de Seguridad de Sedes Judiciales de Alicante donde llevaba prestando sus servicios desde 2017, tras solicitar la situación de reserva voluntaria. Se marcha después de 50 años en la Guardia Civil y dejando dos hijos en el Cuerpo.
En una de las salas de la Audiencia Provincial, la que ha sido su segunda casa durante estos últimos siete años, colegas y excompañeros de Morata le ha ofrecido una cálida despedida a la que no han faltado trabajadores de la sede judicial, entre ellos su presidente, el magistrado Juan Carlos Cerón; el fiscal jefe, Jorge Rabasa, y personal de distintos servicios.
Tampoco se quiso perder el adiós el capitán Luis Ojeda, responsable de servicio de seguridad de las sedes judiciales. Y como invitado de excepción se encontraba el coronel jefe de la Comandancia, José Hernández Mosquera, que dirigió unas palabras de agradecimiento por su impecable trayectoria profesional y su dedicación al "polilla" ya jubilado.
De Águilas a Valdemoro
Con 15 años y una maleta, allá por 1974, emprendió viaje desde Águilas hasta Valdemoro para ingresar en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada. Tras la formación, su primer destino fue San Vicente del Raspeig (1977) para marcharse a continuación al País Vasco (Compañía de Guernica, 1978-79).
En 1982, con su ascenso bajo el brazo, fue destinado de cabo comandante de puesto de Anchuelo y en 1984 se hizo cargo del Subgrupo Antidrogas de Alicante, que después pasaría a denominarse Grupo de Investigación Fiscal y Antidrogas (GIFA).
Tras un nuevo ascenso, esa vez a sargento en 1992, pasó a mandar como comandante de puesto en Lleida el de Esterri d'Àneu, participó en las Olimpiadas siendo Comisionado del Puerto de Barcelona para la seguridad de los buques-hotel.
De vuelta a la provincia
El año siguiente, 1993, supuso su regreso a la provincia como comandante de puesto en El Campello, volviendo en 1994 al mando del GIFA, actual EDOA (Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga) , donde con diferentes oficiales y graduaciones (sargento, sargento primero, brigada y subteniente) se centró en la investigación de la delincuencia organizada hasta 2016, cuando tras su ascenso a suboficial mayor pasó a la Ayudantía del Coronel.
En 2017 solicitó la situación de reserva voluntaria ocupando destino en la Compañía de Seguridad de Sedes Judiciales hasta este 3 de marzo, cuando ha cumplido la edad de jubilación.
Diplomado en Esquí Escalada, en Policía Judicial, con cursos de Especialista Fiscal, Información, Blanqueo de Capitales, conocimientos en Criminología recibidos por la Universidad de Alicante y tirador selecto, Morata es, ante todo y por encima su nutrida formación, un ejemplo de servidor público.
Distinciones
Entre otras distinciones, es miembro de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en las categorías de Cruz, Encomienda y Placa, está en posesión de la Cruz al Mérito Militar distintivo blanco y de dos cruces de Plata de la Orden al Mérito de la Guardia Civil, además de otras 17 cruces con distintivo blanco, numerosas felicitaciones individuales y colectivas cosechadas en la lucha contra la droga, que ha sido su ocupación vocacional la mayor parte de su carrera y por la que aún le quedan juicios a los que acudir como testigo.
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