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Orihuela reaviva su reivindicación como ciudad universitaria 23 años después

La plataforma Pro-Campus, que se creó en 1999, regresa para que se instale la universidad en el municipio tras un convenio infructuoso que derivó en la ocupación de unos terrenos municipales por parte del colegio concertado Santo Domingo

Terrenos públicos que ocupa el Colegio Diocesano Santo Domingo con pistas deportivas TONY SEVILLA

Regresa una de las reivindicaciones históricas de Orihuela: recuperar su carácter como ciudad universitaria. Una espina clavada desde que lo perdió en 1835 -por la Desamortización de Mendizábal- de la Universidad Pontificia, que se fundó en 1552. Miembros de la Comisión Pro-Campus, que se creó en 1999 para lograr ese objetivo, se volverán a reunir en septiembre. Ya entonces "no entendíamos una Universidad Miguel Hernández (UMH) en Elche, mientras se estaba olvidando y ninguneando a Orihuela como sede universitaria", explica José Antonio Muñoz Grau, portavoz en aquel momento de la plataforma que llegó a juntar más de 25.000 firmas, realizó varias manifestaciones, reprochó ruidosamente y negoció para que la Universidad de Alicante (UA) se instalase en la ciudad. "Orihuela ya tenía universidad cuando Alicante aún no", acota Muñoz Grau, puesto que en 1972 se estableció una sección delegada dependiente de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Valencia (el germen de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela, que en 1996 sería transferida a la UMH).

Este movimiento resurge a partir de que una sentencia haya obligado al Ayuntamiento a recuperar los terrenos municipales que ocupa el Colegio Diocesano Santo Domingo con pistas deportivas. Con todo, la administración local ha optado por negociar con el Obispado un alquiler hasta que se resuelva una permuta.

"Ni permuta ni arrendamiento: universidad", insiste Muñoz Grau, al mismo tiempo que aboga por convocar a las partes para retomar el acuerdo universitario que firmó el Obispado, la Generalitat, la UA y el Ayuntamiento en 1995 en virtud del cual se establecía un plazo de cinco años para que la UA se instalara en Santo Domingo, que cedía espacio en el edificio histórico. A cambio, Orihuela aportaba los terrenos -ahora en disputa- para ofertar Turismo y Arquitectura Técnica (Restauración). Sin embargo, solo llegó la primera y únicamente durante tres años.

Pese al incumplimiento del convenio el colegio concertado ha seguido usando las parcelas, y "nadie mira por el verdadero fin, que sería hacer cumplir el convenio", lamenta Rafael Almagro, portavoz del PP, que también recuerda que con Emilio Bascuñana en la Alcaldía se llevó a junta de gobierno en 2015 los acuerdos sobre la extinción del derecho de superficie y la devolución de los terrenos. Simultáneamente, se negoció una nueva permuta y se intentó reactivar el convenio con la UA "sin resultado favorable", añade. A su vez, el Obispado lleva el asunto al contencioso. El juzgado acaba declarando la caducidad de la instancia el pasado mes de noviembre, y en diciembre el Ayuntamiento da un plazo al centro educativo para que devuelva los terrenos antes del 15 de julio. 

"Una vez devueltos los terrenos, se negocia; lo contrario es entreguismo", recalca Muñoz Grau, que lamenta que Orihuela no tenga proyecto de ciudad, una carencia que, a su juicio, se da en todos los partidos. "Los mandatos de José Manuel Medina, Mónica Lorente, Monserrate Guillén y Antonia Moreno. Ninguno hizo nada por asentar o recuperar esa Universidad, y menos Bascuñana", critica Muñoz Grau.  

Gregorio Canales, coordinador académico de la Cátedra Arzobispo Loazes, manifiesta que es "magnífico que haya un respaldo y una demanda social". Además, advierte de que el convenio por el que se creó la cátedra en 1998 está pendiente de revisión con el Obispado. En cuanto al objetivo de reavivar el acuerdo para recuperar la impronta universitaria, hace hincapié en que "hay que ver si las cuatro partes tienen voluntad". En este sentido, apunta que los cambios recientes pueden ser una ventaja, en referencia a la rectora de la UA, Amparo Navarro, la alcaldesa del municipio, Carolina Gracia (y su sintonía con la Generalitat), y el obispo José Ignacio Munilla, que -según Canales- busca implicación en el territorio e incluso ha manifestado su voluntad de reforzar la cátedra.

Canales también resalta que la sede universitaria de la UA en Orihuela "está en desventaja con respecto a otras". Por ejemplo, el Ayuntamiento de Torrevieja, un municipio sin tradición universitaria, le dedica un presupuesto de 200.000 euros. No es el caso del Consistorio oriolano, que solo realiza proyectos puntuales, dependiendo de la voluntad de los concejales. "Estamos en precario, sin financiación externa", agrega, hasta el punto de que se perdió hace tres años y medio aunque se ha vuelto a recuperar hace más de un año. "Orihuela se está desangrando y muriendo a costa de la desaparición de su patrimonio. No puede cerrar las puertas del futuro. O es una ciudad muerta", concluye Muñoz Grau.

Un campus sin desplegar al cien por cien

Además del convenio de 1995 entre la Universidad de Alicante, el Ayuntamiento de Orihuela y el Obispado, cuyo espíritu se pretende reflotar ahora, Rafael Almagro, portavoz del grupo popular, recuerda "la deuda histórica que tiene la Generalitat", en referencia a que en 1996 se firmó otro convenio, en este caso entre la UMH, el Consell y el Consistorio para crear el Campus de las Salesas, que estaría compuesto por tres edificios: Casa del Paso, Romancero de Ausencias y Gallo Crisis. Solo se construyó el primero, que se inauguró en 1999.

Edificio Cada del Paso, en el campus las Salesas de la UMH TONY SEVILLA

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