Luis Vicente Mateo, alcalde de Benferri (PSOE) se ha dirigido a la subdelegada del Gobierno en Alicante, Araceli Poblador para advertirle que la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) lleva tres años sin actuar en la limpieza del cauce de la rambla de Abanilla-río Chícamo. Algo que ocurre al tiempo de que la entidad de gestión del dominio público hidráulico del río Segura sí ha exigido por primera vez al Ayuntamiento para el caso del «tramo urbano» de la rambla. Exigencia que la administración local de este municipio de 2.000 vecinos ha cumplido puntualmente. Ahora la limpieza de maleza, escombros y residuos del tramo «municipal» del barranco contrasta con la espesura de cañas aguas arriba del principal puente de diez ojos que comunica Benferri con uno de sus accesos por carretera comarcal, ya competencia de la CHS.
El problema «gordo» aclara el alcalde no está tanto a las puertas de Benferri, sino aguas arriba, en el canal que debe derivar al embalse de Santomera las aguas de una amplia cuenca vertiente que llega de la Región de Murcia. Ese canal está ocupado por vegetación de cañas y sobre todo sigue aterrado por sedimentos arrastrados por la DANA de 2019.
El alcalde señala además que lleva tres años apostando por la recuperación de la antigua red de azudes e infraestructuras hidráulicas que antes de la llegada del trasvase del Tajo permitían a la población de la zona una agricultura de regadío subsistencia en torno a los aportes eventuales de esta rambla. Esa red permitía a su vez laminar las avenidas de agua para que no fueran tan violentas a través de pequeños azudes y represas. Pero nada se ha hecho.
La CHS mantiene como prioridades a la hora de actuar en su plan de gestión de riesgo de inundación del Segura la ampliación de ese canal presupuestada en diez millones de euros y la mejora del desagüe del propio embalse de Santomera hacia el río Segura. Presa que se se quedó pequeña en la DANA de 2019 -las aguas llegaron a coronar la infraestructura-. Pero no hay ni rastro de inicio del expediente de esta actuación, ni tan siquiera de la elaboración del proyecto.
La CHS sí hizo una inversión millonaria en la reparación del espectacular azud de Benferri tras la DANA. Lo hizo gracias a la declaración de obras de urgencia que permitió contratar sin mediar concurso para actuar con rapidez. Reformando los muros de la infraestructura hídrica y retirando los materiales que colmataron el enorme cauce de la rambla.
¿Por qué no deslinda?
Porque en la rambla de Abanilla no está hecho ni lo más básico. Su deslinde: aclarar oficialmente cuál es cauce del dominio público de un barranco conocido secularmente por provocar grandes destrozos. No lo hace porque se enfrenta a la oposición de propietarios agrícolas, naves industriales y otras actividades económicas que han ocupado la zona de avenida de las aguas sin que el Ayuntamiento de Orihuela o la propia entidad de Cuenca impusiera sus competencias de disciplina urbanística o de policía de cauce. En 2009 la CHS tenía aprobado un proyecto de encauzamiento de la rambla, que se descartó por la oposición del Ayuntamiento de Orihuela, que todavía tenía la expectativa de ampliar el polígono industrial, e incluso la de construir una ciudad deportiva en el suelo más inundable de la comarca.
Mientras la CHS sigue a expensas de la aprobación de su plan de Cuenca para ponerse en marcha con inversiones millonarias para paliar los efectos de las inundaciones en la Vega Baja, el Plan Vega Renhace del Consell, nacido de la necesidad de dar un impulso de reforma a la comarca tras la DANA, sigue "vendiendo" intervenciones en la geografía de la Vega Baja que no puede garantizar porque la administración autonómica carece de competencias para actuar en el principal problema: el río Segura y sus afluentes. El Plan Renhace sí ha sido eficaz en la inversión de renovación de la red de riegos de la huerta tradicional.
500 metros cúbicos por segundo, destrozos millonarios en el polígono industrial y un macroaparcamiento intocable sobre una rambla
En la DANA de 2019 la rambla de Abanilla llegó a sumar un caudal punta de 500 metros cúbicos por segundo. Dejó un reguero de destrucción entre Benferri y el polígono industrial Puente Alto y arrasó el barrio del Escorratel e inundó el palmeral con la ayuda de los aportes de los barrancos de la Sierra de Orihuela. En total la rambla incorporó 20 hectómetros cúbicos a la inundación de la huerta en solo dos días. La imagen de docenas de vehículos arrastrados de un concesionario, que se sigue usando como aparcamiento el lecho de la rambla, dieron la vuelta a España
