Los testigos descartan que el acusado de un doble crimen en Orihuela estuviese drogado

Un hermano e hijo de las víctimas niega que la agresión fuera por una deuda de 50 euros y asegura que la relación con él era cordial

Un momento de la declaración del hermano e hijo de las víctimas, ayer.  | INFORMACIÓN

Un momento de la declaración del hermano e hijo de las víctimas, ayer. | INFORMACIÓN / j.r.esquinas

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Veinticuatro horas después de que el acusado de asesinar a martillazos a un hombre de 50 años y a su madre de 80 en Orihuela declarase que no recordaba lo sucedido aquella noche, testigos desmintieron ayer la versión del supuesto autor de los hechos. Afirmaron en la segunda sesión del juicio, este martes en la sección 11 de la Audiencia en Elche, que el acusado, vecino también del mismo barrio que las víctimas, era consciente de lo que ocurrió aquel 6 de junio de 2022 y que aparentemente no estaba bajo los efectos del alcohol ni las drogas.

Aviso

Es más, reiteraron algunos vecinos que cuando los residentes salieron a la calle a ver qué había ocurrido tras el aviso del 112, él también se reunió con ellos e incluso, de forma sorpresiva dijo: «Qué hijos de puta los que han hecho esto», en referencia al crimen, señaló una de las vecinas.

Este martes prestaron declaración 11 personas entre las que se encontraban el hermano e hijo de las víctimas, que fue el primero en testificar. Expuso que no le constaban problemas de ninguna índole entre los fallecidos y el acusado, y negó que hubiera una deuda económica, de cincuenta euros, que hubiera sido el móvil de la agresión. El familiar explicó que cuando la policía le entregó las pertenencias de su hermano comprobó que en la cartera tenía más de 100 euros.

Servicios

Narró que su madre y hermano, que sufría una discapacidad intelectual a causa de un accidente hace décadas, habían acudido en algunas ocasiones a los servicios de este vecino porque «era mañoso» haciendo reparaciones. Cuando el testigo contó la última vez que habló con su madre señaló, tras romper a llorar, que ambos habían ido a comprar una reja para que se la instalase el sujeto, que les cobró unos 40 o 50 euros por colocarla.

El segundo en declarar fue un compañero de trabajo del acusado, que refirió que tenía un comportamiento normal. Expuso que cuando acababan la jornada solían tomar cervezas o una copa con más personas en una cafetería y que había ocasiones en las que el supuesto autor entraba varias veces al baño con otros que consumían cocaína, por lo que no descarta que él también tomase drogas, incluso horas antes del suceso.

Ruidos

Entre los testigos también se encontraba un matrimonio y su hija, que vivía a escasos metros de las víctimas. La primera de ellas destacó que aquella noche escuchó un ruido como si alguien estuviese tosiendo fuerte. Alertada se asomó a la ventana e incluso bajó a la calle. Narró que en ese momento se encontró con el acusado en el camino y que al preguntarle sobre los ruidos éste se paró y le dijo que seguramente se trataría de alboroto de gatos. Ella, sin quedarse conforme se acercó a la vivienda de donde procedía el ruido y vio a la víctima octogenaria ahogándose. Entonces otro vecino, contó, subió la persiana y vio la sangre.

Tras llamar al 112 y a la policía los vecinos de la zona alertados por la situación se quedaron junto a un callejón esperando, señalaron, y entre ellos estaba el acusado que, según testigos, se encontraba tranquilo y sin síntomas de ir drogado o bajos los efectos del alcohol, según sus versiones, y que incluso indicó que sus huellas estaban en la casa porque había colocado unas rejas a los vecinos.

Arma homicida

En la sesión de ayer, que duró más de cuatro horas, se mostró la supuesta arma homicida, un martillo grande, antes de que aparecieran nuevos testigos como la que era pareja del acusado y su suegra, cuatro agentes de la Policía Nacional que iniciaron la investigación tras la detención, así como dos policías locales que encontraron primeramente en la vivienda a la mujer malherida con un fuerte golpe en la cabeza y a su hijo ya fallecido.

Vivienda precintada donde se produjo el crimen en Orihuela

Vivienda precintada donde se produjo el crimen en Orihuela / Tony Sevilla

Los agentes que llevaron las pesquisas narraron, como quedó regido en la fase de instrucción, que tras interrogar al sospechoso empezó a sudar de forma desmedida y que al registrar la vivienda encontraron restos de sangre, que la lavadora estaba puesta en ese momento y que había una bolsa de plástico con guantes entre los que se hallaron los del trabajo y otros manchados de sangre, por lo que confesó en ese momento el crimen aunque se retractó en el juicio señalando que era inocente, sostiene Irene Gasch, abogada de la acusación particular.

El procesado se enfrenta a una petición inicial de la Fiscalía y de la acusación particular de 40 años de prisión como autor de dos delitos de asesinato con alevosía, mientras que el abogado defensor, Eloy Ferrández, reclamó al inicio del juicio la absolución al considerar que no hay pruebas contra el acusado y, alternativamente, que se le considere autor de un delito de homicidio por la muerte del hombre y de un delito de lesiones a la madre, que falleció en un hospital 57 días después de la agresión, como ya informó este diario. Está previsto que hoy intervengan en la vista oral los forenses que hicieron la autopsia junto a los informes de imputabilidad mientras que el veredicto final será el viernes.