El baladre (Nerium oleander L.) también conocido como adelfa o rosa laurel es una planta muy común en parques y jardines. También podemos encontrarlas en la mediana de las carreteras. Es muy llamativa y florece rápidamente. Tiene un follaje muy denso y sus grandes flores la hacen muy atractiva. Sin embargo, hay que tener cuidado con ella porque también puede resultar muy peligrosa ya que es tóxica. Si a esto le sumamos el hecho de que suele crecer en parques frecuentados por niños el peligro aumenta. Por esa razón hay que extremar las precauciones y evitar que los niños toquen el baladre y mucho menos aún se metan sus flores en la boca.
¿Cómo es el baladre?
El baladre o adelfa es un arbusto que puede alcanzar hasta los cuatro metros de altura. Sus hojas (con unos nervios muy marcados) son similares a las del eucalipto. Florece en los meses cálidos cuando se llenan de llamativos ramilletes rosados muy ornamentales. También tiene unos pequeños frutos rojizos que, al igual que el resto de la planta, hay que evitar tocar e ingerir.
Es una planta muy bonita y resistente tanto a las sequías como a las plagas y enfermedades. Por esta razón la vemos en tantos jardines y carreteras. También puede cultivarse en macetas pero siempre hay que colocarla en un lugar fuera del alcance de los niños y las mascotas para evitar posibles disgustos.
¿Qué parte de la adelfa es la más venenosa?
Los principios tóxicos de esta planta se encuentran sobre todo en el tallo y en las hojas y en menor cantidad en las flores, las semillas y las raíces Es decir, todas las partes del baladre son tóxicas en mayor o menor medida por lo que lo mejor no tocar sus flores y mantener a los niños y a las mascotas alejados de estas bonitas plantas para evitar que se las lleven a la boca.
¿Qué hacer en caso de intoxicación por adelfa?
En caso de que se ingiera accidentalmente cualquier de las partes de esta planta hay que acudir inmediatamente a un centro médico.
Otras plantas tóxicas
El caso de la adelfa no es aislado. Es más, la mayor parte de las plantas pueden resultar tóxicas si se ingieren. Para evitar que esto ocurra es importante no consumirlas nunca y evitar que los más pequeños y los animales lo hagan. Algunas de las plantas de interior más comunes de nuestros hogares también pueden resultar muy peligrosas. Algunos ejemplos de plantas tóxicas para las mascotas son la hiedra, las hortensias o las azaleas.
