Un transportista a un empresario del caso Auto Salón: «Págame o te parto las piernas»

Las escuchas de la investigación por el fraude fiscal desvelan las tensiones por la metodología para traer los coches a España desde Alemania

Otro testigo advirtió a la trama que no iban a aceptar más vehículos sin la factura alemana

Los vehículos intervenidos por Auto Salón están custodiados en un depósito en Murcia.

Los vehículos intervenidos por Auto Salón están custodiados en un depósito en Murcia. / Rafa Arjones

J. A. Martínez

J. A. Martínez

 «Págame o te parto las piernas». Ésta es la amenaza que denunció uno de los empresarios de la trama Auto Salón y que habría recibido de un transportista que tenía que traer los coches desde Alemania a España. La tensa conversación ha trascendido durante el juicio por la presunta red de fraude fiscal en la importación de vehículos de lujo de segunda mano y por la que la Agencia Tributaria reclama ocho millones de euros en concepto del Impuesto del Valor Añadido. 

El empresario llegó a estar investigado por el caso Auto Salón, pero declaró en calidad de testigo en este juicio, que arrancó el pasado 6 de mayo. Las amenazas se habrían recibido porque faltaban 15.000 euros para que los vehículos pudieran salir de Alemania y forman parte de las conversaciones telefónicas interceptadas por la Policía durante la investigación. Las supuestas amenazas habrían sido proferidas por un transportista que periódicamente iba a Alemania para recoger los vehículos. En un viaje, podía traer hasta ocho coches que cargaba en un camión y que traía directamente hasta las instalaciones de Auto Salón, según declaró ayer éste en el juicio, donde compareció como testigo. 

El abogado del Estado fue quien sacó durante el interrogatorio estas conversaciones, ante lo que el testigo dijo que no recordaba nada de esas conversaciones y que no sabía a qué se estaba refiriendo. Los hechos habrían ocurrido entre 2006 y 2008. El letrado de la Agencia Tributaria le preguntó también por otras escuchas telefónicas en las que este mismo transportista habla con uno de los acusados de hacer «contratos de paja» para poder sacar los coches de Alemania. El testigo tampoco recordaba nada sobre estas conversaciones por las que le preguntaban. «Son conversaciones muy llamativas como para no recordarlas», le remarcó el letrado.

El transportista también dijo que conocía al que está considerado por la investigación como presunto cerebro de la trama Juan Andrés C. P. y responsable de Auto Salón, al que dijo haber comprado un par de coches, uno de ellos un Volkswagen Golf, hecho que extrañó al abogado del Estado, porque en el concesionario se vendían vehículos de alta gama. 

Las acusaciones sostienen que los acusados tenían un entramado societario por el que se importaban los coches desde Alemania por empresas españolas, que eran meras pantallas y que estaban realmente controladas por los acusados, que se deducían el IVA por estos coches cuando realmente éste no se pagaba.

En otras de las conversaciones interceptadas, el empresario de un concesionario de Alicante que adquirió tres vehículos a Auto Salón advertía a implicados en la trama que «ya no queremos más coches si no vienen con la factura alemana». También en esa misma conversación el empresario, que declaró en calidad de testigo, deslizaba que conocían situación de irregularidad con los vehículos y que él no iba a desvelar nada. Al ser preguntado por el Abogado del Estado a qué se refería, el empresario dijo que no recordaba esa conversación.

Gente que iba al banco a firmar

Un director de la caja Castilla-La Mancha, con las que trabajaban sociedades vinculadas al caso Auto Salón, señaló que la esposa del presunto cabecilla y otros empleados que aparecían como encargados de las sociedades solo iban al banco cuando había que firmar algo. «Juan Andrés venía también, pero no sé muy bien en calidad de qué. Supongo que para asesorar, ya que él no era apoderado», dijo este testigo. Las acusaciones sostienen que era Juan Andrés C. P. quien decidía. Esta caja financió un crédito cercano a los dos millones de euros para la compra de suelo en Altea Hills donde se iban a edificar bungalows de lujo. Las acusaciones sostienen que estas inversiones inmobiliarias eran una manera de blanquear el dinero ganado con las deducciones indebidas del IVA de los vehículos.

También compareció el director de otra oficina de la CAM a través de la que se pagaban los vehículos para Auto Salón, unos pagos que se realizaban por cheques bancarios, nunca en efectivo. El directivo señaló que en la sucursal también se gestó el crédito para la construcción del gimnasio Arena en la Playa de San Juan, donde inicialmente Juan Andrés C. P. era uno de los socios, aunque estas instalaciones deportivas no están investigadas en este caso.

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