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Por unos municipios más fuertes

Parque Lo Torrent, en el municipio de San Vicente del Raspeig.

Parque Lo Torrent, en el municipio de San Vicente del Raspeig. / INFORMACIÓN

Jesús Villar, alcalde de San Vicente del Raspeig

La naturaleza de cualquier alcalde debe ser necesariamente municipalista. Así interpreto la esencia del municipalismo, como el reflejo de la gestión en pos de mejorar la vida de las personas. Los Ayuntamientos somos la Administración más cercana a la ciudadanía y, por tanto, puedo afirmar que son el lugar donde mejor se conocen las necesidades y los problemas de las personas, las situaciones reales a las que sus gobernantes somos los que tenemos la obligación de buscar las mejores soluciones para nuestros municipios y su población.

La política municipal, en la que están involucrados alcaldes y alcaldesas, concejales y cualquier miembro de la corporación municipal, se debe identificar con el sentimiento de orgullo. No hay una palabra que identifique mejor el hecho de trabajar en favor de nuestra gente, nuestros vecinos y vecinas, en definitiva, las personas con las que nos encontramos cada día en la calle. Siempre, por supuesto, tratando de aportar la mejor versión para una gestión eficaz, que se identifique con servicios de calidad y con proyectos que avancen hacia una ciudad sostenible.

Por ello, reitero el concepto de que en lo público, los gobiernos locales son esenciales. Tenemos las herramientas para trabajar en favor de la igualdad y garantizar derechos básicos. Sin embargo, en un contexto de crisis, con circunstancias sobrevenidas como el aumento de los costes energéticos en el último años o las consecuencias directas por la covid-19, se ha revelado un mensaje muy conciso: no es suficiente con los recursos de los que disponen las entidades locales para hacer frente a todos los problemas reales de la población.

Es necesario una mayor flexibilidad para aliviar la carga económica y administrativa a la que tienen que hacer frente las Administraciones locales. En los últimos años se han dado pasos importantes hacia ese cambio, dotando de un mayor margen a los municipios. Pero si en un primer momento el Estado transfirió competencias a las comunidades autónomas, ahora es el momento de que las Administraciones autonómicas hagan lo propio con las entidades locales.

Considero que debemos realizar un trabajo conjunto, unidos y con una mayor fluidez entre organismos y, en cierta manera, eso se afronta caminando hacia una descentralización de lo autonómico y provincial a lo local. Los Ayuntamientos debemos disponer de más competencias y una financiación justa para poder hacer frente a los retos futuros, pero también a las necesidades presentes de la gente.

Las entidades locales juegan un papel protagonista como administración más cercana a la ciudadanía, especialmente en situaciones de crisis económica y social. Somos el primer eslabón de una cadena que debe responder de manera eficaz a la resolución de problemas que, en muchas ocasiones, exceden de nuestras competencias pero que suplimos implementando políticas públicas para hacer frente a las necesidades de nuestros vecinos y vecinas. Esa es nuestra función, pues en lo local se encuentra la esencia de la gestión pública.

Durante mis años como alcalde de San Vicente del Raspeig he tenido la oportunidad de adquirir una perspectiva clara en cuanto a las necesidades de los ayuntamientos, íntimamente ligadas al trabajo más próximo y cotidiano de la administración en pos de mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de nuestro municipio. Una función que refleja la importante labor que tienen los ayuntamientos.

Como socialista, soy firme defensor de los ayuntamientos con una identidad fuerte y participativos en diferentes ámbitos de la vida pública, con plena capacidad de decisión y recursos suficientes para atender a las necesidades de sus vecinos. Pero también para avanzar en materia de sostenibilidad con políticas que comiencen a sentar las bases de los que serán los retos urbanísticos, sociales y económicos del futuro.

Por eso, la mayor expresión de la madurez, la solvencia, la eficacia y la eficiencia de la gestión pública se refleja en el trabajo a conciencia que realizan los municipios. Una labor que los alcaldes y alcaldesas de los ayuntamientos, junto con nuestros equipos de gobierno, abordamos con una premisa clara: atender los intereses y necesidades de nuestros vecinos y vecinas sin dejar a nadie atrás.