Polémica por los extintores de un centro social de El Campello

Vecinos critican que los aparatos llevan caducados desde hace años y denuncian que lo único que se ha hecho al respecto es cambiar el etiquetado, algo que niega el Ayuntamiento

Extintores apilados en el Centro Social El Barranquet de El Campello.

Extintores apilados en el Centro Social El Barranquet de El Campello. / INFORMACIÓN

El estado de los extintores avivan el fuego de la polémica en el Centro Social El Barranquet de El Campello. La Asociación Vecinal Campellera denuncia que los aparatos llevan caducados desde hace años, pero la crítica no acaba ahí. Según la agrupación, el Ayuntamiento ha retirado las etiquetas presentes tanto en estos artefactos como en otros destinados al mismo fin, las bocas de incendio. ¿El objetivo? Tratar de tapar la realidad para que no se vea que el periodo de validez de estos elementos ha expirado.

El Consistorio ha negado rotundamente esta posibilidad y ha asegurado que el material contra incendios ha sido revisado. Y no solo el del centro social, sino el de todos los edificios públicos de la ciudad, cuyos inmuebles oficiales están pasando por un periodo de reconocimiento para comprobar sus medidas de seguridad ante una eventual emergencia. La tarea está siendo digirida por la Policía Local y finalizará la próxima semana, según apuntan fuentes del Ayuntamiento, que detallan que solo queda por inspeccionar el equipamiento de los centros de salud.

Estas explicaciones no parecen convencer a la Asociación Vecinal Campellera, azote habitual del equipo de gobierno, y que carga las tintas del deplorable estado actual de El Barranquet en la gestión del PP en la localidad. Cabe recordar que este centro social ha sido escenario de varios actos de protesta debido a las deficiencias que arrastra la instalación desde hace años. El pasado mes de enero, centenares de vecinos tomaron las calles durante varias semanas consecutivas para expresar su malestar por esta situación, pero las muestras de indignación se fueron desinflando con el paso de los días ante la falta de respuesta por parte del Consistorio.

Lo cierto es que el Ayuntamiento reconoce que "las carencias existen" e informa que "se va a hacer un nuevo contrato" para abordar la reforma que requiere un espacio "por el que circulan 500 personas al día, la mayoría de ellas mayores", según datos oficiales que el Consistorio publicó años atrás. Todos estos usuarios han sido testigos del desgaste que ha sufrido un centro y que es apreciable desde el exterior. La inmensa mayoría de ventanas que ocupan la fachada principal presentan un papel en su superficie, que indica que el mecanismo de apertura se encuentra bloqueado.

Pero los principales problemas se encuentran en el interior del edificio. Sistema de climatización averiado, salas sin iluminación, aseos fuera de servicio, ascensores parados durante un año, puertas de emergencia clausuradas... Todo ello se suma a la polémica de los extintores, hecho principal de esta noticia. El parte de daños es amplio, lo que ha provocado que la Asociación Vecinal Campellera haya buscado amparo en el Síndic de Greuges.

El organismo que dirige Ángel Luna tomó cartas en el asunto hace semanas y envió un comunicado al Ayuntamiento en el que solicitó saber qué actuaciones se iban a ejecutar para mejorar la situación en el centro. Este medio ha tenido acceso a las respuestas dadas por el Consistorio, que justifica su inacción en que "ha tenido presupuesto prorrogado desde 2020, lo que posibilita la incorporación de nuevos gastos, lo que ha impedido, según el equipo de gobierno, paliar o subsanar las deficiencias indicadas.

El Ayuntamiento también hace mención a la necesidad de redactar un proyecto para aplicar algunas medidas, como la sustitución e instalación de las tuberías de climatización o al nuevo contrato, que se encuentra en fase de adjudicación, y que permitirá "acometer todas las reparaciones en ventanas, rampa de acceso, filtraciones de agua, etc."

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