Cocentaina prohíbe construir gasolineras a menos de 100 metros de zonas residenciales

El Ayuntamiento modifica el PGOU para evitar que haya estaciones de servicio junto a viviendas, tras el polémico proyecto para instalar una en el casco urbano que se paralizó - También se ponen restricciones a los salones de juego

Protesta vecinal en Cocentaina contra la instalación de una gasolinera en el casco urbano en julio de 2020.

Protesta vecinal en Cocentaina contra la instalación de una gasolinera en el casco urbano en julio de 2020. / JUANI RUZ

El Ayuntamiento de Cocentaina ha prohibido la construcción de gasolineras a menos de 100 metros de zonas residenciales, así como de centros sanitarios, educativos o de la tercera edad, entre otros espacios que considera especialmente vulnerables. Así se recoge en una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobada recientemente en pleno y que ha entrado en vigor esta semana, tras ser publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). El cambio en el texto normativo recoge, además, nuevas restricciones para la implantación de salones de juego, así como la corrección de diversos errores formales.

Así, a partir de ahora no podrá volver a darse el caso de que se plantee la instalación de una estación de servicio junto a las mismas viviendas, como sucedió en 2020. Este hecho que generó una fuerte polémica en la localidad, hasta el punto de ser el origen de esta modificación del PGOU. Como ya publicó este periódico, una empresa presentó un proyecto para poner en marcha una gasolinera de las denominadas de autoservicio en pleno casco urbano, en la confluencia de la avenida País Valencià y la calle Padre Francisco Ferrer, al sur de la población. La propuesta generó un gran rechazo, hasta el punto de que se recogieron más de 3.000 firmas en contra.

Ante la tensión generada, el Ayuntamiento decidió paralizar el proyecto. El expediente caducó sin que se llegara a conceder la preceptiva licencia a la empresa, la cual tampoco planteó ninguna medida por ello. Al mismo tiempo, se paralizó durante un año la otorgación de permisos para estas instalaciones durante un año, y se acordó analizar la viabilidad de este tipo de iniciativas y en qué deberían llevarse a cabo. Ese estudio ha culminado en la redacción de este cambio en la normativa municipal, tal y como explica a este periódico la concejal de Urbanismo, Eugenia Miguel.

La edil señala que la idea es alejar, en la medida de lo posible, actividades que entrañan algún tipo de "molestia" para la población, tanto en el caso de las gasolineras como en el de los salones de juego, que no podrán estar cerca de centros educativos, ni tampoco entre sí. "Vimos que se podía plantear esa modificación" en el Plan General, indica. Hay que recordar que la gasolinera proyectada en el casco urbano se pretendía construir en el solar que ahora ocupa una nave industrial sin uso, que se encuentra rodeada de viviendas, algunas literalmente pared con pared con ella, y también a muy poca distancia de instalaciones como un hotel, dos centros de enseñanza y el cuartel de la Guardia Civil.

La argumentación del cambio normativo, recogida en el BOP, señala que se han tenido en cuenta "los impactos negativos que genera la actividad sobre la salud pública, así como a la toma en consideración de la preocupación que muestra la ciudadanía ante la proliferación de este tipo de actividades". Por ello, el Ayuntamiento estima que "deviene necesaria" la adaptación del planeamiento municipal a la legislación vigente, y poner límites a "la indiscriminada implantación de estas actividades, sobre todo en suelo de uso residencial".

El Consistorio expone que se ha considerado "proporcionado" mantener una distancia de mínima de 100 metros entre las gasolineras y las zonas residenciales o los espacios de mayor vulnerabilidad. La administración municipal estima que esta medida hará posible "restablecer el equilibro en la ordenación territorial municipal" de Cocentaina.

Salones de juego a 850 metros de centros escolares

La modificación del PGOU también fija una distancia mínima de 850 metros entre un salón de juego y un centro educativo. Además, deberá haber un mínimo de 500 metros de separación entre instalaciones de este tipo. El Ayuntamiento alude para argumentar esta restricción a la ley autonómica de Regulación del Juego y Prevención de la Ludopatía, que hace hincapié en reducir al máximo la exposición de los menores de edad a estos establecimientos, y marca también una distancia mínima de los mismos con los centros escolares y otros lugares de concentración de jóvenes.

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