El nuevo carril bici de Alcoy toma forma

Avanzan las obras de asfaltado del vial para ciclistas a lo largo de la antigua travesía de la N-340, entre el elogio de quienes aplauden la iniciativa y la crítica de sus detractores

La Alameda de Camilo Sesto de Alcoy este viernes, durante los trabajos de asfaltado del carril bici.

La Alameda de Camilo Sesto de Alcoy este viernes, durante los trabajos de asfaltado del carril bici. / Antonio Teruel

El nuevo carril bici que unirá el centro histórico de Alcoy con la Zona Norte a través de la antigua N-340 va tomando forma. Tras la habilitación de la plataforma reservada y la construcción del bordillo que la separa de los carriles para el tráfico rodado en el tramo que discurre entre el puente de María Cristina y el de la Petxina, a través de la calle Els Alçamora y la Alameda de Camilo Sesto, desde principios de esta semana se están realizando los trabajos de asfaltado. Está previsto que concluyan este lunes, con lo que el vial para bicicletas previsiblemente estará en servicio en esta zona en muy poco tiempo.

Se trata de la primera fase del proyecto para poner en marcha un itinerario ciclista de casi tres kilómetros de largo entre el centro histórico y el polígono Cotes Baixes, en la Zona Norte, siguiendo la avenida País Valencià y el recorrido de la antigua travesía. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 822.450,51 euros, financiados en un 90% a través de fondos europeos. El objetivo es el impulso a la movilidad urbana sostenible, favoreciendo los desplazamientos en bicicleta dentro de la ciudad, ofreciendo una ruta complementaria a la ya existente por el lado oeste de la ciudad. Sin embargo, la iniciativa ha despertado opiniones encontradas entre los vecinos.

Así, hay quien cuestiona la viabilidad del proyecto y sus consecuencias, como es la desaparición del carril bus a lo largo de todo el recorrido, además de criticar con dureza las molestias que están acarreando las obras, mientras que para otros esta última cuestión no tiene ninguna importancia al tratarse de algo transitorio, y el resultado merecerá mucho la pena. Los trabajos están congestionando de manera significativa el tráfico, algo que estos últimos días se ha hecho más evidente con el asfaltado, ya que ha obligado a dejar un solo carril para la circulación y ha provocado ruidos más intensos. Y eso, aunque vaya a durar solo unos días, ha generado una notable desesperación en quienes no ven con buenos ojos este carril bici.

Una de las paradas de autobús de la Alameda durante los trabajos para adaptarla al paso del carril bici.

Una de las paradas de autobús de la Alameda durante los trabajos para adaptarla al paso del carril bici. / JUANI RUZ

Este viernes a mediodía, mientras los operarios trabajaban en el asfaltado a la vez que los vehículos circulaban muy lentamente por el único carril abierto y el ruido era fuerte en algún momento, el propietario de un bar en la Alameda resumía así su opinión sobre el vial para bicicletas, a preguntas de este periódico: "Todo lo negativo que quieras poner, por mi parte estará bien". Varios clientes de una terraza próxima ponían en tela de juicio el carril bici al entender que no hay demanda: "Primero haría falta que circularan bicicletas por aquí", sentenciaba uno. Otro lamentaba que "esto lo hacen porque hay que gastarse en eso los fondos europeos, pero ya podrían ser para arreglar las aceras". Todos ellos preferían no decir su nombre.

Jorge Benavent, propietario de un comercio en la misma Alameda, duda también del éxito del proyecto aunque con formas mucho menos airadas, y admitiendo que serán los hechos los que le darán la razón o se la quiten una vez esté terminado. "No veo que vaya a ser útil, el problema es que en Alcoy hay muchas cuestas. No conozco a nadie que vaya a trabajar en bicicleta". También lamenta el perjuicio para los clientes por la nueva configuración de la avenida, puesto que "antes mucha gente paraba un momento en el carril bus para cargar o descargar", aunque teóricamente no estaba permitido. Ahora esto no será posible.

Menos contaminación

Para otros, en cambio, el carril bici acarreará grandes ventajas, comenzando por los beneficios ambientales, y las molestias de su construcción no pasan de ser una anécdota. Isabel Cuadrado, usuaria habitual del autobús urbano en la Alameda, recalca que el proyecto le parece "estupendo", ya que "todo lo que suponga menos contaminación hay que apoyarlo". A su juicio, "las obras se han gestionado bien", por tramos, también en el caso de las paradas de autobús, que se han ido adaptando de manera paulatina. "Es un follón ahora" por los trabajos, señala, "pero luego habrá menos coches y más bicis". En su opinión, esto impulsará que se utilice más este vehículo. "No como ahora, que da cierto miedo".

Asfaltado de uno de los cruces con calles perpendiculares a la Alameda.

Asfaltado de uno de los cruces con calles perpendiculares a la Alameda. / ANTONIO TERUEL

Laura, otra usuaria del autobús, comenta con cierta resignación que "la idea es buena, pero las molestias hasta que se ejecuta son fastidiosas". "Habrá que ver si luego funciona", agrega. Con todo, defiende también que "algo así siempre es bueno". Una opinión similar en este aspecto tiene Jorge Vañó, vecino de Alcoy que pasaba este viernes a mediodía por la Alameda a la altura de La Rosaleda: "La gente gasta demasiado el coche en Alcoy", afirma. No obstante, considera que habría sido más efectivo "señalizar primero el carril" y después crear la plataforma reservada, "porque así todos se habrían acostumbrado antes a él" y, desde su punto de vista, de esa forma su construcción no suscitaría rechazo.