A remojo frente al calor en Alcoy y El Comtat

Parajes como el Racó de Sant Bonaventura y el Barranc de l'Encantada son en estos días de sofocante calor un refugio donde darse un chapuzón o simplemente cobijarse de las elevadas temperaturas

Varios jóvenes en la poza del Barranc de l'Encantada de Planes.

Juani Ruz

La ola de calor de los últimos días ha afectado todavía más si cabe al interior de la provincia que a la costa. En estas zonas no se da la misma humedad, y por ello el ambiente no llega a ser tan asfixiante, pero aun así, los más de 40 grados que se han alcanzado esta semana en diferentes puntos de l'Alcoià y El Comtat son difíciles de sobrellevar, por mucho que a la sombra el sofoco se alivie más que en las áreas litorales. Por ello, los típicos lugares de baño de estas comarcas han vuelto a registrar una gran afluencia. La posibilidad de darse un chapuzón en la naturaleza se antoja como un plan bastante ideal en una canícula tan tórrida como esta.

Un joven lanzándose a una poza en el Racó de Sant Bonaventura de Alcoy.

Un joven lanzándose a una poza en el Racó de Sant Bonaventura de Alcoy. / JUANI RUZ

El Racó de Sant Bonaventura, en Alcoy, y el Barranc de l'Encantada, en Planes, son probablemente los dos lugares más frecuentados por bañistas en esta época del año. Ninguno de los dos es una zona apta para el baño como tal, pero eso no significa en modo alguno que esté prohibido, sino que quien se mete en el agua debe saber que lo hace bajo su exclusiva responsabilidad. Es uno de los aspectos a tener en cuenta al acudir a estos lugares, junto con el obligado respeto por el entorno, una cuestión muy sensible en estos parajes, y que ha obligado a tomar medidas como impedir o restringir el acceso en vehículo.

Un perro remojándose en el río.

Un perro remojándose en el río. / JUANI RUZ

Las cascadas del Racó de Sant Bonaventura pueden ser el perfecto colofón a una excursión a pie desde Alcoy, o al menos desde el barrio de Batoy, donde la mayoría deja el coche. Son unos tres kilómetros andando por un camino en buen estado y de poca pendiente, aunque en días como este jueves, con más de 30 grados a las 11 de la mañana, cuesta un poco más. Muchos acuden con sus mascotas, que en ocasiones son los únicos que se zambullen en el agua. Otros prefieren no aventurarse, por la posibilidad de resbalar por las rocas, o se conforman con recordar tiempos pasados, como tres hombres mayores que habían acudido esta mañana.

Tres excursionistas de una cierta edad rememorando épocas de juventud.

Tres excursionistas de una cierta edad rememorando épocas de juventud. / JUANI RUZ

Quizá en un futuro Ovidi, Pablo y Carlos, tres jóvenes alcoyanos en la veintena, rememoren los chapuzones en el Racó, al igual que hacen ahora sus convecinos mayores. Este jueves se quitaban de encima el sudor de la caminata lanzándose desde las rocas a una de las pozas. Una forma de sacudirse la adrenalina, refrescándose al mismo tiempo. Los tres acudían por primera vez este verano, aunque ya conocían el paraje.

Menos agua que otros años

Este año cae menos agua por las cascadas del Racó de Sant Bonaventura que en el verano de 2022, al igual que ocurre en el Barranc de l'Encantada. La escasez de lluvias se hace notar, a pesar de que las tormentas primaverales han paliado un poco la situación. En el Gorg del Salt del paraje de Planes, apenas unos hilos de agua caen hasta la poza, cuyo vaso abarca este verano bastante menos superficie que otros años. Aun así, este jueves a mediodía había bastantes bañistas en el lugar, la mayoría de ellos procedentes de fuera del entorno más cercano.

Visitantes del Barranc de l'Encantada este jueves a mediodía.

Visitantes del Barranc de l'Encantada este jueves a mediodía. / JUANI RUZ

Unos 45 kilómetros habían hecho seis jóvenes amigos de Benigànim, en la comarca valenciana de la Vall d'Albaida, para llegar hasta el Barranc de l'Encantada. No lo habían visitado antes, pero sabían de su existencia gracias a las redes sociales, donde abundan las fotografías y los vídeos del paraje. "Ha cumplido nuestras expectativas", comentó uno de ellos a la pregunta de este periódico. Su actitud lo evidenciaba, lanzándose desde lo alto de la cascada a la poza o pasándose un "frisby" en el agua. Muy cerca, un par de familias enteras, atraídas también por la belleza y la tranquilidad del lugar, que la presencia de un número significativo de personas no lograba alterar.

Bañistas en el Barranc de l'Encantada, dos de ellos dudando si saltar a la poza o no.

Bañistas en el Barranc de l'Encantada, dos de ellos dudando si saltar a la poza o no. / JUANI RUZ

La fama del Barranc de l'Encantada y la excesiva presión sobre el paraje en momentos puntuales obligó a la Generalitat, a instancias del Ayuntamiento de Planes, a tomar algunas medidas hace pocos años, como la de restringir el acceso en coche. Los vehículos no autorizados deben quedarse en el aparcamiento habilitado al inicio del camino, junto a la carretera CV-700. El trayecto hasta el Gorg del Salt, poco más de un kilómetro, debe realizarse a pie. Pero a la vista del aspecto que ofrecía el lugar este jueves, concurrido aunque sin llegar a estar masificado, es evidente que muchos creen que la caminata merece la pena.

Aspecto que presenta ahora El Molinar de Alcoy, donde se están realizando obras de restauración del cauce.

Aspecto que presenta ahora El Molinar de Alcoy, donde se están realizando obras de restauración del cauce. / JUANI RUZ

En la comarca de El Comtat hay algunos parajes más donde es posible darse un baño, o cuanto menos remojarse los pies, aunque por sus características o su ubicación son mucho menos frecuentados que el Barranc de l'Encantada; el Molí del Salt de Benilloba o el Toll de Cabrera de Alcoleja son un par de ejemplos. Asimismo, un sitio en Alcoy que tradicionalmente era muy visitado para refrescarse en verano, El Molinar, este año está como quien dice inoperativo, debido a las obras de rehabilitación del cauce y los elementos hidráulicos que se están llevando a cabo.