Los municipios de l'Alcoià y El Comtat gestionan más de 40 kilómetros de carreteras cedidos por la Generalitat y la Diputación

La reciente queja del Ayuntamiento de Alcoy por tener que hacerse cargo de la reparación de un vial pone de manifiesto las dificultades que suelen tener las administraciones locales para mantener estas vías, que casi siempre se transfieren sin hacerse mejoras previas

Acceso a Alcoy por la llamada "carretera del Rebolcat", transferida hace ya mucho tiempo al Ayuntamiento por la Generalitat.

Acceso a Alcoy por la llamada "carretera del Rebolcat", transferida hace ya mucho tiempo al Ayuntamiento por la Generalitat. / Juani Ruz

Los municipios de las comarcas de l'Alcoià y El Comtat gestionan en conjunto más de 40 kilómetros de carreteras que les han ido cediendo en las últimas décadas tanto la Generalitat como la Diputación. Se trata por lo general de travesías, algunas de las cuales han sido sustituidas por variantes, así como de tramos de acceso a cascos urbanos que han perdido el tráfico de paso en su totalidad o en su mayor parte, o bien de trazados que por la construcción de nuevas infraestructuras han visto relegado su papel al de una vía de servicio. En cualquier caso, su mantenimiento corresponde a los ayuntamientos, que en la mayoría de los casos han recibido estos viales sin haberlo pedido.

Las cesiones de carretera se han venido realizando desde que se aprobó el primer Catálogo del Sistema Viario de la Comunidad Valenciana, en 1995, el cual fijó la nomenclatura de las vías gestionadas por la Generalitat y las diputaciones de Alicante, Valencia y Castellón. Ya a partir de ese momento se fueron transfiriendo tramos a los ayuntamientos; por ejemplo, la cesión de la salida de Alcoy hacia Benilloba, la conocida como "carretera del Rebolcat", se hizo poco después. El Consistorio alcoyano asumió el vial hasta el punto por donde años más tarde pasaría la autovía A-7, al igual que la carretera que conecta, en esta misma zona, la CV-70 y la N-340. También por aquellas fechas Cocentaina recibió de la Diputación el acceso a la pedanía de El Poblenou de Sant Rafel.

Túnel de la carretera del Preventorio, en Alcoy.

Túnel de la carretera del Preventorio, en Alcoy. / Juani Ruz

Después de la aprobación del Catálogo del Sistema Viario se han hecho dos grandes actualizaciones que han supuesto el traspaso de un elevado número de tramos de carretera, la primera de ellas fallida. En 2013, con el PP en la Generalitat, esta institución y la Diputación quisieron transferir a los ayuntamientos 88 viales en la provincia de Alicante, entre ellos varios de l'Alcoià y El Comtat. Se cedía al Ayuntamiento de Ibi la titularidad de casi seis kilómetros de la antigua carretera de Alcoy a Villena, desde el acceso este de la A-7 hasta pasada la travesía de la localidad, en dirección a Onil. Por su parte, esta última población asumía el acceso al casco urbano desde la CV-80, dos kilómetros, y Castalla y Tibi recibían la CV-815, travesía incluida en el caso del primer municipio. También Cocentaina se hacía cargo del tramo urbano de la CV-790, la carretera que se dirige hacia Benilloba.

Acceso a Onil desde la autovía CV-80, el principal a la población, que el Consell cedió al Ayuntamiento en 2013.

Acceso a Onil desde la autovía CV-80, el principal a la población, que el Consell cedió al Ayuntamiento en 2013. / Juani Ruz

Este plan fue anulado por los tribunales, por carecer de memoria económica, pero en 2019, aún durante el primer gobierno autonómico del Botànic, se aprobó una nueva modificación del Catálogo del Sistema Viario que no solo dio validez a las transferencias anunciadas seis años antes, como las citadas, sino que fue más allá. De este momento datan cesiones como la de la CV-796, la carretera del Preventorio de Alcoy, o del tramo de salida de esta misma ciudad por la CV-795 hacia Banyeres, hasta la boca este del túnel del Salt. Por su parte, Muro asumió la gestión de la travesía urbana de la CV-700, e Ibi el tramo urbano de la CV-798 que va hacia Tibi. En toda la provincia se traspasaron a los municipios 150 tramos de viales, con una longitud total de 227 kilómetros.

Travesía urbana de Muro en la CV-700, de titularidad municipal desde hace algunos años.

Travesía urbana de Muro en la CV-700, de titularidad municipal desde hace algunos años. / Juani Ruz

La cesión de estas carreteras ha sido por lo general mal recibida por los municipios, que a partir de ese momento han tenido que hacerse cargo de su mantenimiento, dependiendo para ello casi siempre de subvenciones al contar con unos recursos económicos limitados. La queja expresada al respecto en el último pleno de Alcoy por el edil de Obras, Jordi Martínez, al hilo del arreglo de la carretera del Preventorio, demandado por la oposición, da fe de ello. Vale la pena recordar, en este sentido, que la reparación del acceso este a Ibi se pudo hacer gracias a una subvención de la Diputación, y que en tanto que esa ayuda llegó la carretera sufrió un gran deterioro. También es ilustrativo que el acceso a Onil no se haya desdoblado, cuando esta obra estuvo sobre la mesa en el ya lejano mandato 2007-2011, antes de que la Generalitat traspasara la carretera al Ayuntamiento.

Boca este del túnel del Salt en la carretera de Alcoy a Banyeres, la CV-795, punto a partir del cual la carretera es titularidad de la Diputación.

Boca este del túnel del Salt en la carretera de Alcoy a Banyeres, la CV-795, punto a partir del cual la carretera es titularidad de la Diputación. / Juani Ruz

Y esto sucede en municipios grandes y con más recursos, por lo que el problema se agrava en las localidades más pequeñas. Hay que pensar, por ejemplo, que en Alcosser, con poco más de 250 habitantes y un presupuesto exiguo, el Ayuntamiento es el titular de la única carretera de acceso al pueblo, desde el empalme con la que va de Muro a Beniarrés, cedida por la Generalitat hace ya mucho tiempo. Por ello, debe asumir su mantenimiento pese a los limitados recursos municipales.

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