Ibi aprueba su primer plan de acción ante posibles inundaciones

El documento busca dar una respuesta rápida en caso de ocurrir un suceso de estas características, dado el riesgo que afecta a gran parte del casco urbano

Ibi cuenta desde principios de este mes con su primer Plan de Actuación Municipal frente al Riesgo de Inundaciones, que recoge las medidas a tomar en caso de que se produzca una eventualidad de este tipo. Una situación que ya se ha dado en diferentes momentos de la historia ibense, algunos de ellos aún bastante recientes, y que la coyuntura climatológica hace que resulte cada vez más probable. La medida de prevención, obligatoria para todos los municipios de la Comunidad Valenciana, fue aprobada en pleno el pasado 6 de febrero con los votos a favor de la gran mayoría de los concejales de la corporación, salvo la representante de Vox, que se abstuvo.

Aproximadamente la mitad del casco urbano de Ibi presenta algún riesgo de inundabilidad. La situación más desfavorable se da en la mitad oeste de la población, que ante un hipotético episodio de lluvias torrenciales se vería afectada en mayor o menor medida por la crecida del Riu de les Caixes. Este riachuelo se encuentra canalizado y soterrado desde hace ya 40 años en gran parte de su recorrido, y algo menos en la zona sur, pero una posible avenida podría inundar la superficie del antiguo cauce y todas sus zonas adyacentes. Además, la disposición del casco urbano en pendiente hace aumentar el riesgo.

Esto se pudo comprobar, lamentablemente, en el otoño de 1986, cuando se produjo la última inundación de graves consecuencias que ha sufrido Ibi hasta la fecha. No hubo daños personales, pero las pérdidas materiales fueron cuantiosas. Desde entonces no ha habido un episodio de la misma intensidad, aunque sí incidencias puntuales, y cada vez que llueve con fuerza vías urbanas como la Avenida de la Provincia, la entrada a la localidad desde el acceso sur de la autovía A-7, se convierten en una torrentera, y también se suelen producir balsas de agua en todo lo que en el pasado fue la partida del Derramador, un topónimo nada casual, al suroeste del casco urbano.

En el plan se señalan todas estas zonas de riesgo, desde el casco antiguo hasta los barrios más meridionales, haciendo también especial hincapié en el cauce de la rambla de la Gavarnera, el principal curso fluvial del término municipal ibense, así como en la vaguada que discurre junto al arrabal del Pont de Picó y el cementerio. Hipotéticas crecidas de estos cauces afectarían a áreas muy amplias de terreno, según el plano que acompaña al documento.

La concejal de Urbanismo, Nuria Pina, señala que el objetivo es establecer un procedimiento de actuación ante una situación de este tipo, así como coordinar a todos los agentes implicados. También se habla de tomar medidas preventivas, aunque en este caso, al estar urbanizada la mayor superficie en riesgo, resulta más complicado ponerlas en práctica. La edil recuerda que "el clima mediterráneo siempre se ha caracterizado por la incidencia de lluvias torrenciales y grandes avenidas de agua, algo que se ha visto empeorado con el cambio climático", que ha dado pie a que los episodios de gotas frías se dan cada vez con mayor frecuencia.

Pina confía en que este documento contribuya a minimizar las consecuencias de cualquier situación de este tipo que pueda registrarse en un futuro, con "unos procedimientos claros, pautados y coordinados de actuación". No obstante, critica que "este plan debería haberse implementado hace diez años", pero el anterior equipo de gobierno no lo llevó a cabo.