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"Paellas por la paz" dona 4.000 euros para 350 familias de refugiados de Ucrania en la provincia

El dinero se convierte en tarjetas para la compra de alimentos que puedan cubrir las necesidades de los desplazados de la guerra

Los componentes de "Paellas por la paz" entregan las tarjetas regalo para alimentos destinados a familias ucranianas

"Paellas por la Paz", colectivo integrado por un grupo de alicantinos que en marzo se desplazó a cocinar arroz para ucranianos desplazados junto a la frontera de Polonia, ha donado unos 4.000 euros en tarjetas regalo de comida a una organización que se dedica a ayudar a ucranianos desplazados a Alicante, en concreto a unas 350 familias. Ese dinero se ha destinado a la compra de alimentos.

Uno de los voluntarios, Eduardo Cisneros, explica que "Paellas por la Paz", la iniciativa de dos mutxameleros y tres sanvicenteros para ayudar a los afectados por la guerra, han donado el dinero que les sobró de la iniciativa así como cantidades que muchas personas les hicieron llegar de forma altruista, a Dar Asociación, una organización que se dedica a ayudar, en este caso a los ucranianos que están desplazados a Alicante, ya sea por medio de comida u otro tipo de ayuda.

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Arroz alicantino para los refugiados en la frontera polaca

"Dar Asociación nos ha comentado que ahora mismo ayudan a alrededor de unas 350 familias solo en Alicante. En total se han donado 4.000€ en 41 tarjetas regalo Carrefour a lo que hay que sumar un 4% más que ha puesto el centro comercial , alrededor de unos 160€ más". Estas tarjetas, según explican los "paelleros" Javier y David Juan Diaz, Andrés Sánchez, Eduardo Cisneros, David Carretero, Juan Carlos Bofill, Tente Martínez y Florian Nguyen, se utilizarán para repartirlas entre las familias ucranianas y para la compra de productos como carne y otros productos perecederos.

La asociación les ha mostrado su agradecimiento y les han instado a celebrar algún evento ya en Alicante para seguir recaudando fondos de cara a seguir prestando ayuda a todos los refugiados que siguen llegando al país desde Ucrania.

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Refugiadas ucranianas en España

Estos alicantinos se llevaron mil kilos de arroz, 280 kilos de carne, 200 litros de aceite, más pimientos, tomates, garbanzos, ñora, ajos, condimentos, seis paelleros y demás ingredientes necesarios para cocinar entre 10.000 y 12.000 raciones de arroz alicantino en la frontera de Ucrania para que los refugiados de la guerra pudieran alimentarse con un plato diferente a lo que están habituados y con sabor mediterráneo.

"Paellas por la Paz" dio la vuelta al mundo. Surgió a primeros de marzo "ante la indignación de lo que está sucediendo, una guerra absurda. Uno de nosotros se lo dijo a otro. Y a otro, y todos los que colaboraron, amigos y algunas empresas, lo hicieron posible", explicó en su momento desde Polonia Eduardo Cisneros, uno de los cinco que viajó con dos furgonetas en las que trasladaron 3.000 kilos de alimentos y en las que regresaron con un grupo de cinco refugiadas que se repartieron con familias de acogida en Andalucía y Asturias

El grupo partió el 11 de marzo tras 40 horas de camino para recorrer los 3.000 kilómetros de distancia hasta la frontera ucraniano-polaca. También se llevaron un disfraz de Mickey "para cumplir otro de nuestros objetivos: sacar una sonrisa a los niños y niñas".

Arroz alicantino para los refugiados ucranianos

Arroz alicantino para los refugiados ucranianos

Además de lo necesario para cocinar el arroz alicantino, a un ritmo de 1.500 raciones diarias, se llevaron 480 salchichones fuet, 40 quesos, 2 jamones, algo de mojama. "Les encanta a todos, tanto a los voluntarios como a los propios ucranianos", especialmente el arroz y el jamón, comentaron.

Estuvieron en la ciudad de Przemysl, a 20 minutos de la frontera en Medyka, situados al aire libre frente a un centro comercial al que suelen llegar los refugiados dado que allí se ha establecido un centro de ayuda humanitaria donde también les ofrecen caldos calientes. "Estamos 12 horas sin parar, de 10 de la mañana a 10 de la noche. ¡Comen arroz todo el día!", explicaba Cisneros desde el terreno. Son cocineros aficionados y su única intención era ayudar.

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