Nuevo día de tormentas pero por la tarde. Una caracteriística de las gotas fría de mayo es, según Jorge Olcina, que las tormentas se produzcan por la tarde y así sucederá este martes en el que la provincia de Alicante va a disfrutar de uan mañana soleada pero lloverá por la tarde como ocurrió ayer con las granizadas en la Marina Alta, l`Alacoiá y el Alto y Medio Vinalopó. Han bajado las temperaturas pero templará a mediodía.

Una nueva bolsa de aire frío va a provocar inestabilidad en toda la provincia a partir de esta tarde con tormentas que podrán ser fuertes, de corta duración pero intensas hasta el miércoles, para dar después paso a un fin de semana primaveral. Se trata, según apunta Jorge Olcina, de los últimos coletazos de la que es ya la primavera más lluviosa en la provincia de Alicante desde que se recogen los datos (1950), y va escribiendo el epílogo a una estación que, incluso el pasado enero, se pronosticaba seca en plena sequía.

El cambio climático se impone y las situaciones meteorológicas cambian en muy corto espacio de tiempo. Lo que parece un hecho es que a partir de ahora las lluvias en Alicante se van a concentrar en la primavera y no en el otoño como sucedía hasta hace un par de año. La temporada alta turística se prolongará hasta bien entrado el otoño. La Generlitat ha decretado la alerta amarilla en toda la provincia, mientras que estar tarde esta el mayor riesgo está en el interior.

La Agencia Estatal de Meteorología prevé para hoy lunes Intervalos nubosos con probabilidad de chubascos dispersos en los extremos norte y sur de la Comunidad Valenciana, aumentando a nuboso con chubascos y tormentas ocasionales en el interior por la tarde, sin descartar que sean localmente fuertes, extendiéndose con menor intensidad y de manera más dispersa hacia zonas litorales. Temperaturas mínimas sin cambios y máximas en descenso, menos acusado en el litoral. Viento flojo variable, predominando la componente este con intervalos de moderado en el litoral por la tarde.

En el conjunto de España, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé para este lunes una bajada de temperaturas diurnas en la Península y Baleares, además de lluvias y tormentas débiles y dispersas -localmente fuertes en Pirineos- y viento fuerte en Galicia, litoral de Alborán y Canarias.

La Aemet pronostica que el cielo estará nuboso con precipitaciones débiles en el norte de Galicia y área Cantábrica, así como en la mitad este peninsular, con chubascos y tormentas potencialmente fuertes en Pirineos e interior del cuadrante sureste peninsular. En el litoral de Andalucía oriental, Ceuta y Melilla, el cielo estará despejado y, en Canarias, con intervalos nubosos en el norte de las islas, y poco nuboso en el sur.

La cota de nieve en la Península estará entre los 1.800-2.000 metros en el norte, entre los 2.000-2.300 metros en la zona centro, y entre los 2.300-2.800 metros en el sur.

El viento soplará de componente norte en el cuadrante noroeste peninsular, Extremadura y Andalucía occidental, con intervalos de fuerte en las costa de Galicia y Canarias. Poniente en el Estrecho y litoral de Alborán, donde tendrá intervalos de fuerte. Del sureste en Baleares, y de dirección variable en el resto.

El frente de borrascas que ha descargado en las últimas semanas hasta 700 litros por metro cuadrado en muchos puntos del norte de la provincia no solo ha dejado reservas para todo el año y llenado acuíferos -el rebrote natural de las fuentes del Algar es el claro ejemplo-, sino que ha hecho posible un ahorro de 60 millones de euros a los agricultores que trabajan las 200.000 hectáreas de regadío de la provincia.

Según datos del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante, la lluvia equivale a unos 150 hm³ de agua de riego que tiene un precio medio de 0,40 euros/m³ (trasvase, acuíferos y desalación) o, lo que es lo mismo, 400.000 euros por cada hectómetro cúbico de agua comprado.

La provincia tiene en producción alrededor de 200.000 hectáreas de regadío, en las que se cultivan cítricos y hortalizas. Casi todas con riego localizado o a presión, de ahí la importancia de recibir el agua del trasvase. No ya por la calidad y precios, sino por la forma de administrarla. Las lluvias han supuesto dos riegos, es decir agua para unos cuatro meses a razón de 4.300 m³ por hectárea de uva de mes y 5.500 m³ para el cultivo de cítricos.

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