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Casi la mitad de las playas de la Costa Blanca agudizan la pérdida de arena por la urbanización y el cambio climático

La playa de San Juan, en Alicante, es junto a las de Babilonia (Guardamar) y El Pinet, en Elche, el arenal con mayores problemas de regresión

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Así era la playa de San Juan antes y después de la regeneración de arena del año 1991 Rafa Arjones

Un informe de las Universidades de Las Palmas y Cantabria sobre el grado de regresión de las playas en España advierte de que el 43% de los arenales de la provincia de Alicante sufre problemas de regresión (pérdida de arenas) provocados por la invasión de los sistemas dunares consecuencia del intenso proceso urbanizador que sufrió la costa de la provincia partir de los años 70, la construcción de diques -ejemplo el polémico de la playa del Postiguet en Alicante.- y los efectos del cambio climático, que están aumentado la violencia de los temporales. Un ejemplo claro es de regresión es la playa de San Juan, que se quedó prácticamente sin arena a finales de los 80 y fue sometida a una regeneración artificial en 1991, con el vertido de 1,5 millones de metros cúbicos de arena, que el mar se ha engullido en un 40%. El problema actual es que la Ley Costas impide extraer arena de los fondos marinos.

"No hablamos de subida del nivel del mar pero lo que está sucediendo es que la frecuencia de los temporales se ha acortado y afectan mucho a la costa. En el Mediterráneo la subida del mar es de momento imperceptible, pero no los temporales. Tenemos uno virulento casi cada año desde 2019", explica el geógrafo Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. En concreto, la playa de San Juan habrá pedido un 20% del millón y medio de metros cúbicos de la regeneración de principios de los 90.

La regresión de las playas es un problema que se extiende a lo largo de los casi 8.000 kilómetros de la costa de España, agravado en los últimos años por el envite de las tormentas y temporales invernales, por la erosión y un urbanismo salvaje que las impide regenerarse de forma natural. Todos estos factores hacen que millones de metros cúbicos de arena desaparezcan al año de las playas. En concreto, según el informe de las universidades cántabra y canaria de las 331 playas con las que cuenta la Comunidad Valenciana, la regresión amenaza a 66 en la provincia de Valencia y el 80%de las 96 de Castellón también presenta problemas.

La playa de San Juan estaba precedida por un sistema dunar que, prácticamente, llegaba hasta el campo de golf existente en la zona, hasta que en los años 70 del siglo XX comenzara un desarrollo urbanístico feroz que acabó con dicho cordón dunar. A esto se une que los edificios de apartamentos construidos en primera línea del mar modificaron el régimen de los vientos, convirtiendo las playas en una de las más regresivas del Mediterráneo.

La regeneración de 1991 se hizo para 50 años y han pasado treinta. La playa pierde arena desde el Cabo de las Huertas hacia Muchavista y en el invierno la pérdida es más intensa. Cuando el mar se calma en verano, la zona ganar un poco de arena, pero lo normal es que ya no se recupere y, hoy, es complicado plantear una regeneración de arenas como la de principios de los años 90. La solución es complicada, porque estamos hablando de una zona de la playa que sufre una gran regresión de arenas y, ahora mismo en la provincia no hay yacimientos en los que extraer arena con un grano similar.

Imagen de archivo de la ilicitana playa del Pinet, también amenazada Axel Alvarez

Según los expertos del Instituto de Ecología Litoral habría que hacer un estudio riguroso, porque hay que tener claro que la arena que se va a verter, normalmente de una cantera o del dragado de un puerto, se va quedar fija en la playa o se la va a llevar el mar, provocando problemas de enfangamiento y tapando, por ejemplo, la pradera de posidonia. La playa está perdiendo arena de forma ostensible. Los temporales hacen mucho dato y está claro que ya no hay aporte nuevo de arenas, porque ya no llegan del cauce del río Monnegre. La cosa es más complicada, insisto, de lo que parece y resulta urgente actuar.

Pero los problemas de la pérdida de arena no sol solo se circunscribe a la playa de San Juan, el Postiguet o las calas de la Albufereta (la práctica desaparición de los espigones las ha condenado), sino también afecta a la Marina Alta, la Marina Baixa y la Vega Baja y también tienen que ver con el aumento del nivel del mar, aunque este sea un aspecto menor en comparación con el daño que ha hizo el urbanismo descontrolado y que hoy es ya prácticamente irreversible. En Torrevieja el sur de la playa de Los Náufragos y la zona central de la playa de Los Locos son también zonas conflictivas.

Las playas de Babiilonia (Guardamar) y El Pinet (Elche) ofrecen también ejemplos claros de regresión y con una derivada aún peor y es que muchas construcciones se levantaron en la primera línea del mar y hoy están amenazadas.

La urbanización de la zona litoral adyacente a las playas impide la movilización de los sedimentos. Sin ir más lejos, debido al aumento del interés en las últimas décadas de la población hacia la costa, ha tenido como consecuencia la construcción de paseos marítimos justo detrás de las playas, seguida de importantes bloques de pisos. Ésto ha implicado en la mayor parte del litoral la destrucción de la zona de dunas y de su vegetación.

Las dunas son importantes acumulaciones de sedimentos, de manera que constituyen una reserva de sedimentos, es decir, después de un temporal el viento puede arrastrar la arena de este particular ecosistema y, así, regenerar la playa de forma natural. Además, la vegetación de las dunas da estabilidad a la playa, de manera que fija la arena e impide su erosión.

Los temporales, cada año más virulentos, se han tragado gran parte de la playa de Babilonia en Guardamar Tony Sevilla

El catedrático Jorge Olcina viene subrayando, en este sentido, y por otro lado, que el calentamiento del mar es imparable desde 1982, y obliga tomar medidas, difíciles, pero necesarias. Según el geógrafo, el cambio climático va a provocar que tengamos un gran temporal marítimo cada dos o dos años y medio, cuando hace 20 años eran muchs menos frecuentes. Además van a ser más intensos, y no solo en la generación de lluvias torrenciales, sino en la mayor virulencia del mar batiendo contra la costa. Por ello es urgente que se revise la Ley de Costas de 2013 que prorrogó las concesiones de viviendas y negocios hasta 75 años más. No se trata de que el nivel del mar vaya a subir sobremanera, pero sí aumentará la intensidad, fuerza y frecuencia de los temporales. Es un trabajo a medio/largo plazo pero hay que actuar».

Los chalets construídos en la primera línea del mar en playas como la de El Pinet en Elche están amenazados Áxel Álvarez

Olcina subraya que «se puede hablar de una especie de «mediterraneización» en efectos del cambio climático en el litoral mediterráneo español, un proceso caracterizado por una pérdida de confort térmico, por el aumento de las temperaturas máximas y, sobre todo, de las mínimas (noches tropicales)». Además, a esto se añade, según Olcina, «un aumento significativo de los extremos atmosféricos con episodios de lluvia intensa que no son aprovechables, y episodios de sequía más intensos, de menor duración pero de aparición más frecuente. La presencia de un mar cada vez más cálido en la cuenca mediterránea juega un papel decisivo en estas manifestaciones regionales de calentamiento climático».

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