La izquierda quiere un Debate sobre el Estado de la Ciudad más participativo y dinámico, y del que salgan compromisos políticos avalados por los grupos municipales. Al alcalde, Luis Barcala, le basta con el diseño actual de un pleno extraordinario que está previsto que se celebre este viernes, 7 de octubre. El Debate sobre la Ciudad se convocó por primera vez en Alicante en el año 2012, durante el gobierno de Sonia Castedo.

Ante esa diversidad de posiciones, el PSOE ha anunciado este lunes, durante la Junta de Portavoces, que pedirá un informe jurídico que se pronuncie sobre qué fórmulas se pueden emplear y cuáles no en el debate anual. El Reglamento Orgánico de Pleno (ROP), al que hacen referencia unos y otros para defender su postura, recoge que el Debate sobre el Estado de la Ciudad consta de "sesiones extraordinarias que celebra el Pleno, con este carácter, por decisión del alcalde o presidente o cuando lo solicite la cuarta parte, al menos, del número legal de miembros de la Corporación". También refleja que "dentro de cada mandato corporativo, se celebrará dos veces, al menos, una sesión de debate sobre el estado de la Ciudad".

Según el documento, "corresponde a la Junta de Portavoces determinar el momento y la forma en que se desarrollarán estas sesiones, que no tendrán carácter resolutorio". A esta última frase se acoge la izquierda para reclamar una reformulación del diseño del debate, que hasta ahora cuenta con sendas intervenciones de los portavoces municipales (la primera de quince minutos y la réplica de diez minutos), además de la participación (sin tiempo) del alcalde.

Desde el PSOE, la portavoz adjunta, Trini Amorós, ha lamentado la falta de cintura política del alcalde a la hora de modificar el formato del debate. "Queremos que sirva para sacar compromisos políticos reales. El ROP lo permite, porque dice que será la Junta de Portavoces la encargada de determinar la fecha y también la forma", ha señalado, para a continuación anunciar que pedirá el informe este martes con el objetivo de modificar el diseño de la sesión prevista para este viernes: "Espero que lo hagan con urgencia, porque el tiempo se nos echa encima".

Desde Compromís, el portavoz municipal de la coalición, Natxo Bellido, ha recordado que "junto con el resto de fuerzas progresistas se ha vuelto a proponer un Debate del Estado de la Ciudad más útil, participativo y con conclusiones que se puedan acordar por la mayoría de los grupos municipales". Sin embargo, según ha criticado, se han vuelto a "encontrar con el muro de Barcala a la participación ciudadana y la mejora de un debate político que debería ser mucho más que un pleno de trámite". "Aún así, vamos a insistir en recabar informes para forzar la posibilidad de incluir propuestas de resolución que se puedan votar como conclusiones de un debate que debe servir para hacer balance de la situación de la ciudad y situar los retos de futuro que tenemos como ciudad", ha añadido Bellido.

Por su parte, el portavoz de Unidas Podemos, Xavier López, ha defendido que "Barcala hace una lectura restrictiva del ROP para cercenar la participación en los plenos y para evitar que en la Junta de Portavoces se pueda organizar un debate sobre el estado de la ciudad del que realmente se saque algo positivo para la gente de los distritos". Según López, a Barcala "no le interesa porque es un alcalde débil, con poca capacidad de escucha, sin argumentos para rebatir a la oposición y con miedo a los espacios de fiscalización y control de su gestión, que ha sido nefasta". La propuesta del Partido Popular, apoyada por Ciudadanos y Vox, según el portavoz de Unidas Podemos, "es la de una sucesión de monólogos, con escaso margen para la interpelación y sin obligación del primer edil de entrar a rebatir a los portavoces de los grupos".

Este debe ser el último debate del Estado de la Ciudad que se celebre en el presente mandato y seguirá, salvo cambio de última hora, el mismo procedimiento de intervenciones y debate de los últimos realizados en Alicante, con la particularidad de que será el primero completamente presencial después de que las limitaciones impuestas por la pandemia obligasen a seguir en los dos años anteriores un modelo semipresencial con los portavoces en el salón y el resto de concejales siguiendo la sesión online.

"Este pleno extraordinario se ha venido celebrando en la segunda parte del año en el Ayuntamiento de Alicante, en torno al otoño, con el fin de que las distintas formaciones políticas con representación municipal puedan ofrecer su visión sobre el estado de la ciudad y el funcionamiento municipal", explicaron desde el bipartito al anunciar la fecha, que también provocó el enfado de la izquierda y también del portavoz adjunto de Ciudadanos, José Luis Berenguer, que hizo saber que tenía agenda marcada para ese día.