La alcaldesa de Almoradí, María Gómez, participa en el Foro Municipalismo, organizado por INFORMACIÓN. Considera que las tres crisis que está teniendo que afrontar este mandato el Ayuntamiento de Almoradí, les está haciendo más fuertes. La DANA de 2019 afectó gravemente al municipio de la Vega Baja y destrozó importantes infraestructuras, y pocos meses después llegó la crisis del coronavirus que puso todo patas arriba. Ahora afrontan los consistorios la crisis energética y de precios. Apuesta por la sostenibilidad con una red de carriles bici y considera que hay que simplificar el exceso de burocracia "sin sentido" para ayudar a los ciudadanos en sus trámites.

Está siendo un mandato caracterizado por las crisis. ¿Cómo las ha afrontado el municipio?

El balance es complicado, han sido cuatro años en los que hemos tenido todas las crisis nunca imaginadas. Empezamos en el 2019 con una DANA horrible y seguimos con el covid, que nos paralizó a los ayuntamientos y nos llenó a las administraciones de incertidumbre, y, ahora, la crisis de la energía y de los precios, que está afectando a todos los sectores productivos, a los comercios, a las empresas y a las familias. Es un mandato complicado. Nosotros, dentro de esas complicaciones, hemos intentado aprovechar esas crisis para mejorar el municipio y posicionarlo mejor. Hemos hecho un análisis profundo del municipio y hace dos años hicimos un plan estratégico en el que definimos todos los sectores importantes para el municipio y los planificamos para el futuro. Es una de las principales acciones para el futuro, con planes de acción para el clima y hemos analizado también nuestros sectores económicos. También hemos mantenido actividades deportivas. Hemos querido mantener actividades que tenemos centradas en muchos casos con nuestro motor que es el mercadillo de los sábados y con nuestras acciones, como es el Congreso de la Alcachofa, que lo hemos conseguido mantener.

¿Qué destaca de este mandato?

Además de lo dicho, hemos trabajado mucho la movilidad, apostando por los carriles bici que nos conectan con otras poblaciones y pedanías. Estamos trabajando también en los cambios en las aceras, en las calles, que nos han dado una movilidad importante en el municipio. Y trabajamos entornos tradicionales como la puesta en marcha de un ecomuseo, donde tenemos allí los huertos urbanos y se puede ver nuestra historia agrícola. Y un proyecto muy bonito, “Amar Almoradí”, que es con todos los colegios, desde Primero de Infantil hasta Sexto de Primaria, en el que cada año van a conocer un aspecto de Almoradí, porque, si no lo vives, no sientes, no quieres al municipio pues, evidentemente, no trabajarás por él y nuestras generaciones jóvenes no lucharán por mejorar Almoradí.

Ha sido también un esfuerzo económico importante para los ayuntamientos...

Hemos gastado parte de los remanentes que teníamos y con mucha subvención de las otras administraciones, del Estado, la Generalitat y la Diputación, y con fondos europeos, estamos en cifras de inversión históricas para Almoradí. Con todas estas crisis nunca imaginadas, llevamos más de 35 millones invertidos en estos tres años en la localidad, un récord, con fondos propios muchos de ellos. La reparación de los daños de la DANA ya fue de 12 millones, más todas las inversiones que hemos hecho de los remanentes, eso ha sido gran parte de la inversión del mandato. Y llevamos más de 25 kilómetros de alcantarillado cambiado tras la DANA. Hemos intentado hacer inversiones en todos los servicios públicos para que el pueblo mejore. Vamos a hacer un cambio de alumbrado, de asfaltado, de aceras, y otros servicios que se entierran y que parece que no se han cambiado, como el agua potable. Hemos hecho una nueva toma de agua potable que va a ser importante.

La alcaldesa de Almoradí, María Gómez, posa para la entrevista en las instalaciones de INFORMACIÓN. Alex Dominguez

¿Considera que las crisis han hecho más fuertes a los ayuntamientos?

Antes se había dicho muchas veces que el Ayuntamiento era la administración más cercana y creo que ahora, en estos cuatro años, la gente ha visto que sí lo es y también la más eficiente, la que con menos recursos, mejor atiende al ciudadano y la que más cerca está de sus problemas. Hemos visto problemas sanitarios con lo del covid y la gente llamaba al Ayuntamiento y hemos tenido nosotros que ir dando las pautas, porque somos los que nos conocen, nos ven y nos ponen ojos y cara y la gente se fía de nosotros. El papel de los ayuntamientos ha sido fundamental. Todas estas crisis nos han hecho más fuertes. Hemos actuado ante la emergencia, en un momento de burocracia máxima, hemos respondido y hemos actuado contra la emergencia con rapidez e inmediatez y con la respuesta que teníamos que dar a los ciudadanos en cuestión de horas y de días. Cuando hay que correr, se puede correr.

¿Habría que reducir la burocracia?

Sin duda. Vivimos en una burocracia que nos está ralentizando de una forma que no tiene sentido. La burocracia por burocracia no tiene sentido. Habría que hacer un ejercicio de simplificación profunda que ayudara de verdad al ciudadano. Los ayuntamientos somos los que más corremos con diferencia, porque tenemos al vecino que nos pide una solución y queremos dársela. Y nos ha ayudado este periodo a hacer la planificación estratégica que necesitábamos, a pensar, a replantear y trabajar de manera ordenada, porque a la hora de conseguir fondos hay que actuar desde todos los frentes.

¿Qué retos tiene de aquí a lo que queda de mandato?

Lo fundamental, terminar todas las obras que tenemos pendientes de la DANA, que esperamos que a final de diciembre, o como muy tarde enero, esté todo justificado para recibir y ultimar las subvenciones. Soy muy ordenada y me gusta que las cosas estén claras.