Las calles más ruidosas del Centro de Alicante superan los 80 decibelios los fines de semana

Los vecinos del Casco Antiguo convocan una manifestación para exigir su derecho al descanso y una normativa del ruido actualizada

Los vecinos del Casco Antiguo protestan por el ruido frente al ayuntamiento, el pasado septiembre.

Los vecinos del Casco Antiguo protestan por el ruido frente al ayuntamiento, el pasado septiembre. / RAFA ARJONES

Alberto Losa

Alberto Losa

Las calles Virgen de Belén y Gerona, la primera en el Casco Antiguo y la segunda en el Centro tradicional de Alicante, son las más ruidosas de la ciudad, según los datos de la Red de control del ruido del Ayuntamiento de Alicante. Ambas vías cuentan con conocidos pubs o discotecas en ellas, lo que supone un alto estruendo por la concentración de gente. Desde que comenzó el mes de febrero, cada fin de semana se han superado los 80 decibelios en las dos calles.

No son las únicas con altos niveles de alboroto. De los otros 19 medidores de ruido que tiene instalados y activos el Ayuntamiento en diversos puntos del Casco Antiguo y el Centro, en siete se han superado los 70 decibelios de media cada fin de semana. Una situación que también se extiende a los días laborables, con cifras más bajas en los decibelios pero también difíciles de compatibilizar con el descanso.

El alto nivel de bullicio en las calles no es por sí mismo contrario a la ordenanza de ruido, actualizada hace apenas cuatro años, en la que se indica que los niveles de sonido no pueden superar los 30 decibelios con una medición realizada desde el interior de las viviendas.

Manifestación

Los vecinos están cansados de esta situación y han decidido movilizarse el próximo 2 de marzo para "poder dormir", como ha indicado José Baeza, portavoz de la asociación Laderas del Casco Antiguo. Desde esta entidad vecinal, consideran que, pese a la predisposición de los ediles de Seguridad y Urbanismo para mantener reuniones y abordar la situación, ellos siguen sin poder conciliar el sueño.

Además, señalan que el problema no solo afecta a los residentes, sino también a los turistas y, por extensión, a algunos hoteles: "Están sacrificando la economía. La Milagrosa tiene más plantilla que muchos de los pubs juntos, así que la batalla no es la economía contra el descanso, aunque solo el hecho de descansar debería de ser más que suficiente", han apuntado desde la asociación vecinal.

Además, añaden que "la degradación y demás es una cuestión muy subjetiva, pero el poder descansar y dormir no". Sobre el vandalismo, han indicado que tanto el Centro como el Casco Antiguo se ven afectados. La última ocasión, con la cruz de la plaza de la Santísima Faz: "Hay días que se rompe una farola, otro día mean y la imagen que damos de nuestra ciudad es lamentable. Lo dicen también desde las pensiones, hoteles o apartamentos", ha indicado Joaquín Gangoso, presidente de la entidad vecinal.

Los residentes consideran que es necesario actualizar la normativa para evitar que los vecinos sigan marchándose: "Habría que resolverlo con todas las concejalías a las que afecte este tema y que se haga una normativa acorde a 2023, todo lo demás son parches. Queremos una solución beneficiosa para la ciudad y para todos", ha subrayado Gangoso.

Límites de ruido

La ordenanza municipal sobre protección contra ruidos y vibraciones, que está en vigor desde abril de 1991 (de hecho, las sanciones figuran en pesetas), prohíbe "las aceleraciones injustificadas del motor de los vehículos, que produzcan ruidos molestos en la vía pública", al igual que "la realización de obras, reparaciones o instalaciones cuando transmitan al interior de viviendas niveles de ruido superiores a 30 decibelios entre las 22.00 y las 8.00 horas".

Un cartel explícito en el Casco Antiguo ante los orines en la vía pública.

Un cartel explícito en el Casco Antiguo ante los orines en la vía pública. / ÁXEL ÁLVAREZ

El documento ahonda en que "la acción municipal tenderá especialmente al control de los ruidos en horas de descanso nocturno debidos al volumen de la voz humana o la actividad directa de las personas, animales domésticos, el funcionamiento de electrodomésticos y aparatos o instrumentos musicales o acústicos, explosiones de petardos y fuegos artificiales, el funcionamiento de instalaciones de aire acondicionado, ventilación o refrigeración, la alarma acústica en establecimientos", entre otras. Se prohíbe, a su vez, "cualquier actividad perturbadora del descanso ajeno en el interior de las viviendas, en especial desde las 22.00 horas hasta las 8.00 horas, como fiestas, juegos, arrastre de muebles y enseres, reparaciones materiales o mecánicas de carácter doméstico".

Eso al menos recoge la ordenanza, donde figura que "el nivel de ruido en el interior de viviendas transmitido a ellas por impacto de alguna actividad, con excepción de los originados por el tráfico y obras de carácter diurno, no superará los 35 decibelios entre las 8.00 y las 22.00 horas y los 30 decibelios entre las 22.00 y las 8.00 horas".