La AP-7 alcanza ya en Alicante casi el doble de tráfico que cuando era de peaje

La autopista registra el paso de hasta más de 45.000 vehículos cada día, aunque por ahora no llega a producirse congestión y el tráfico pesado sigue siendo mucho más bajo que en otras vías de gran capacidad como la A-31

Tráfico en la AP-7 a la altura de La Vila Joiosa.

Tráfico en la AP-7 a la altura de La Vila Joiosa. / Jose Navarro

La autopista AP-7 ya alcanza a su paso por la provincia de Alicante prácticamente el doble de tráfico que cuando era de peaje, según ponen de manifiesto los datos provisionales de intensidad media diaria en 2022, dados a conocer hace pocos días por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). La estadística señala que la circulación en esta vía oscila entre los 28.036 vehículos diarios registrados a la altura de Benissa y los 45.676 contabilizados al sur de La Vila Joiosa, cuando hace tres años por este último punto pasaban cada día 24.412 vehículos, y el dato más bajo eran los 16.943 que reflejaba la estación de medición situada al norte de Altea.

Los datos de 2022 son especialmente significativos por ser los primeros desde la liberalización de la autopista que no están condicionados por las circunstancias sanitarias de la pandemia de coronavirus. Aunque en los primeros meses del año pasado todavía estaban vigentes algunas medidas de prevención, no había ya ninguna restricción a la movilidad. Por ello, las cifras permiten tener una idea bastante aproximada del impacto real de la eliminación de los peajes en el aumento del tráfico. Cabe recordar, en este sentido, que aun incluso a pesar de la crisis sanitaria ya en 2020 la intensidad viaria de la AP-7 fue mayor que la de 2019, cuando aún había peajes.

En 2021 el volumen de vehículos en la autopista aumentó de manera considerable, pero los datos de 2022 son un 87% superiores a los de tres años atrás en el tramo entre El Campello y La Vila Joiosa, el de más tráfico, y un 82,5% más altos en el caso del recorrido entre La Vila y el enlace de Poniente de Benidorm. Incluso en la parte donde la circulación es menos intensa, entre las salidas de Altea y Benissa, el paso diario de vehículos se ha incrementado en casi un 50%. Así que la conclusión es muy clara: se constata, cada vez más, que la eliminación de los peajes ha disparado el tráfico en la AP-7.

Vehículos en el acceso de Levante a Benidorm, donde se encontraba hasta diciembre de 2019 el peaje.

Vehículos en el acceso de Levante a Benidorm, donde se encontraba hasta diciembre de 2019 el peaje. / JOSE NAVARRO

Y si la media de vehículos diarios en el conjunto del año es muy alta, más aún lo es en los meses de verano. Según la misma estadística, el tráfico en agosto de 2022 entre El Campello y La Vila ascendió a 61.094 vehículos diarios, y a 57.590 en julio. También se superaron los 50.000 entre La Vila y Benidorm, y muy cerca se anduvo entre Benidorm y Altea, mientras que en el extremo norte de la provincia se rebasaron los 35.000. Son cifras lógicas, habida cuenta de las poblaciones por las que discurre la autopista y del volumen de visitantes estivales que reciben.

Densidad sin congestión

Con todo, a pesar del elevado tráfico que se registra en la AP-7 y de que puntualmente llega a ser algo denso, no se produce una congestión significativa, ni la sensación de falta de seguridad vial es tan elevada en esta autopista como en otras vías de la provincia, caso de la A-31, la autovía que llega a Alicante desde Madrid. Aquí se registraron el año pasado de media 52.693 vehículos diarios en el tramo entre Petrer y Novelda, y también se rebasaron los 50.000 entre esta última localidad y el enlace con la autovía del Camino de Castilla, pasado Monforte del Cid.

Tramo más saturado de la A-31 entre Petrer y Novelda, con una de las calzadas colapsadas por un accidente.

Tramo más saturado de la A-31 entre Petrer y Novelda, con una de las calzadas colapsadas por un accidente. / ÁXEL ÁLVAREZ

Son varias las diferencias entre la A-31 y la AP-7, y en todas las comparativas sale perdiendo la primera. Entre otras, su trazado es más sinuoso, soporta un volumen de camiones mucho mayor (un 15% en el tramo de mayor circulación, frente a un 8,6% en el caso de la autopista) y no tiene el componente estacional que sí se da en la costa. En la misma estación de medición situada entre Petrer y Novelda, en ningún mes de 2022 se bajó de los 45.000 vehículos diarios, y si bien la cifra de agosto fue más baja que la de la AP-7 en La Vila, se quedó en unos nada despreciables 59.018.

Estos datos vienen a corroborar que, pese a la escalada del tráfico, la liberalización de la AP-7 no ha convertido la autopista en la vía más saturada de la provincia. La circunvalación de Alicante, la A-70, soporta el doble de circulación, con la misma capacidad de dos carriles por sentido, que aquí se queda exigua; la media del año pasado fue de 90.642 vehículos diarios, una cifra prácticamente idéntica a la de 2019. También la A-7 entre Elche y Crevillent registró una circulación muy alta, con 68.306 vehículos cada jornada, aunque con tres carriles por sentido en este caso.