Las ricas canteras que empequeñecen a Fontcalent

La declaración de impacto ambiental de la sierra Mediana da algo de oxígeno a los vecinos

Ahora tienen que pleitear con una nueva petición de prórroga de 30 años de extracción

La evolución de la partida de Fontcalent está ligada a la de sus canteras. Imagen de septiembre de 2023

La evolución de la partida de Fontcalent está ligada a la de sus canteras. Imagen de septiembre de 2023 / ALEX DOMINGUEZ

La extracción de áridos para la construcción es una de esas industrias feas y grises que nadie quiere cerca de casa. Las canteras se convirtieron en plantas de explotación para las cementeras a principios del siglo XX y, a pesar de haber evolucionado mucho en su modelo de gestión y relación con el medio, siguen siendo una actividad que se come el terreno como pura razón de ser. En el interior de Alicante, a unos seis kilómetros del casco urbano emergen tres de las cuatro sierras que tiene la ciudad. Todas son ricas en los áridos que sirven de base para el hormigón y otros derivados. La de Fontcalent es una de las más conocidas y da nombre a una partida rural en la que viven un millar de vecinos. 

La zona es una de las áreas que mayor presión paisajística y ambiental sufre en el municipio de Alicante. La ficha municipal la considera como «hito paisajístico de primer orden», además de área de cría para el águila perdicera y águila real. «Tiene una gran riqueza arqueológica y etnológica». Sus más de 400 metros de altura se ven habitualmente amenazos en verano y, no porque acuda una horda de turistas, sino porque las administraciones y empresas publican modificaciones o nuevas solicitudes de alto impacto. Ocurre lo mismo para los otros dos pequeñas montañas.

Este año ha tocado de nuevo y, en menos de dos meses, los habitantes de esta partida rural han tenido que buscar el amparo de las asociaciones ecologistas y de Esquerra Unida para batallar con la «declaración de impacto ambiental para la modificación de la explotación en la calle Sierra Mediana», publicada el 28 de agosto en el DOGV y la petición de la empresa dependiente de Pavasal para ampliar en 30 años la explotación de la cantera de Fontcalent, según advierten desde Ecologistas en Acción. El plazo para presentar alegaciones concluirá este próximo lunes 4 de septiembre y las olas de calor se han capeado con modelos que van en contra de dar un nuevo periodo extra. «Ya se le dio uno de 15 años que llega hasta 2027, apunta Carlos Arribas, miembro del colectivo verde. En cualquier caso, los vecinos indican que no son expertos. «Le dedico horas y esfuerzo», comenta Cayetano González, presidente de la asociación de Fontcalent en referencia al apoyo que prestan a personas como Arribas. 

«La gente se hace mayor, pero más o menos somos los mismos», señala. «Desde la pandemia, además se valora más lo de vivir a las afueras y, aunque tenemos cosas en contra, creo que somos un grupo estable (en cuanto a residentes)», dice González que vive allí desde hace casi 20 años. El presidente es una de esas personas que entiende que en alguna parte tienen que acabar los servicios de la ciudad y lo hace pensando en la planta de basuras que fue ampliada hace poco. Él y las otras cinco asociaciones del entorno han visto cómo las tres sierras próximas (Fontcalent, Mediana y Llarga) han menguado. 

Partida de Fontcalent en 2017

Partida de Fontcalent en 2017 / RAFA ARJONES

La concesión a Cemex de explotación en la Sierra Mediana data de 1993 sobre una «explotación de 28 cuadrículas (unidad minera de unas 27 hectáreas)». Según el informe de la Conselleria de Transición Ecológica, el derecho de explotación afecta a 56 hectáreas y se propone ampliar otras nueve el perímetro. La referencia es que un campo de fútbol mide media hectárea. 

Ahora la Declaración de Impacto Ambiental frena en cierta manera las pretensiones de la multinacional, aunque la decisión final está en manos de la Conselleria de Industria, tal y como explica Carlos Arribas. Desde Esquerra Unida, única formación que alegó contra la ampliación, su portavoz Manolo Copé sostiene que el paraje «se encuentra al borde del colapso ecológico. Es un paraje natural emblemático que desgraciadamente se encuentra cada vez más maltrecho». 

Imagen de la sierra de Fontcalent en 2008

Imagen de la sierra de Fontcalent en 2008 / Gregorio Bermúdez

Y es que el hito paisajístico de Fontcalent es uno de los salvavidas para los vecinos. Su protección ha minorado la petición como consta en la declaración de impacto ambiental. De hecho, el planteamiento forestal para rehabilitación queda en el aire. 

Ahora la siguiente batalla es, de nuevo, Fontcalent. Tres asociaciones vecinales como Amigos de Fontcalent, Alcoraya y Gran Vía Sur han suscrito las alegaciones dirigidas a la empresa ligada a Pavasal. «Quieren revitalizar la explotación, porque hay un repunte en el sector» de la construcción, indica Carlos Arribas. Quien lamenta junto al resto que sistemáticamente todos estos procesos «casualmente» ocurran en el periodo estival. Así mientras dos de las cuatro sierras del municipio van desapareciendo, las demandas vecinales quedan solapadas con la falta de medios y la ausencia de un apoyo institucional, «esté quien esté» como comentan desde la asociación de El Moralet, una pedanía cercana que también está en contra de que se margine a la vecina Fontcalent.

Aspecto actual del camino de Loma Blanca

Aspecto actual del camino de Loma Blanca / ALEX DOMINGUEZ

Las peticiones vecinales, vía Síndic de Greuges ante la pasividad municipal

Las peticiones vecinales, vía Síndic de Greuges ante la pasividad municipal 

Nadie espera las comodidades del centro de la ciudad, pero sí un mínimo de servicios. Los vecinos de Fontcalent se sienten abandonados, también el de otras partidas rurales, pero los que conviven con el polvo y el paso de los camiones han aprendido a convivir con la pasividad del Ayuntamiento de Alicante. 

El presidente de la asociación de Fontcalent, Cayetano González, explica que cualquier petición se convierte en un vía crucis administrativo. «Envías cualquier petición y no te contestan», comenta, «así que dejamos pasar unos meses y acudimos al Síndic de Greuges para que nos contesten. Este abre diligencias y para cuando nos dicen algo o el Síndic les saca los colores, han pasado diez meses». 

Este es el procedimiento empleado para pedir algún punto de luz en el camino de la Loma Blanca, un larga recta que recuerda a las películas americanas con palos de luz. González denuncia que es una vía de paso para los camiones, pero también de vehículos que van desde San Vicente hacia la zona industrial de Alicante cercana a la carretera de Madrid.

El presidente recuerda que han pedido desbrozar el camino o que, en reiteradas ocasiones, han advertido de la «charquera que se forma en el paso que hay que cruzar para salvar las vías del AVE, una cuestión que les preocupa porque se acercan las lluvias. 

Los vecinos no entran a valorar si la lista es larga o corta, lo que lamentan es que nadie les contesta. Su queja es compartida por colectivos de la zona y rehúsan señalar a un partido u otro, simplemente al que esté. En la cartera, citas de reuniones pedidas que no se atienden. 

Cayetano González lamenta también que esa misma actitud la tengan ahora responsables de Cemex, a quienes pidieron una cita antes de la declaración de impacto ambiental. La respuesta, que la ha habido, es que ahora eran fiestas, luego verano y otras excusas, según su opinión. En el fondo, el sentimiento es de abandono y, a medida que pasa el tiempo, esa sensación se eterniza.