El Mercado Central exige al Ayuntamiento de Alicante regular el turismo masivo para no "estorbar" a los clientes

Turoperadores reconocen que hay quejas por parte de algunos puestos

Los comerciantes señalan que, aunque es positivo que el edificio se dé a conocer, hay que establecer una normativa para no molestar a quienes acuden a comprar

Los comerciantes del Mercado Central de Alicante proponen regular el trasiego de turistas para evitar un impacto negativo en las ventas.

Jose Navarro

Alberto Losa

Alberto Losa

El turismo, en especial el de cruceros, ha puesto su ojo en el Mercado Central. Uno de los edificios centenarios de la ciudad, proyectada por el arquitecto Francisco Fajardo Guardiola y culminada por Juan Vidal Ramos, que cada vez atrae más atención. Un interés que deja una sensación agridulce en los puestos. Para unos, es positivo que el edificio despierte más curiosidad, pero para otros es "un estorbo" que molesta a los clientes que quieren comprar. Lo reconocen algunas turoperadoras e incluso el presidente de la Asociación de Mercados, Paco Alemañ, quien considera que es necesario establecer unas normas a modo de código de conducta.

Los más perjudicados son los puestos de carnes y pescados que, al tener producto fresco, no son el objetivo de los turistas: "Vienen a estorbar. Vienen en grupo, normalmente de los cruceros, con su número, cartel y todo. Si tú vienes con prisa y te quieres llevar medio kilo de gambas porque te hace falta y ves esto lleno de gente que solo está mareando, te vas a otro puesto y entonces yo pierdo una venta de medio kilo de gambas porque ellos no la van a comprar, solo vienen a hacer fotos. Es normal que no vengan a comprar, si están en el barco, ¿dónde lo van a cocinar? En las salazones, los frutos secos o los turrones se pueden llevar algo, pero en el pescado crudo, pues no", critica Rafi Alcaide, que regenta una pescadería.

"Hay que entender que a muchos no les gustan ni las fotos ni que les toquen el género"

Paco Alemañ

— Asociación de Mercados

Los grupos que acuden al Mercado Central son diversos. Los hay de cruceros, pero también de visitas guiadas tanto de turistas españoles como internacionales. Uno de estos guías, que solicita que no se publique su nombre ni la empresa para la que trabaja, señala que lo que se hace es un tour pactado con algunos de los puestos en los que se cuentan los beneficios de la dieta mediterránea, aunque reconoce que en los puestos "a veces se quejan de que vienen muchos 'guiris' y de los cruceros".

Un grupo de turistas sale del Mercado Central, la semana pasada.

Un grupo de turistas sale del Mercado Central, la semana pasada. / JOSE NAVARRO

Alemañ considera que la llegada del turismo es positiva, pero que es necesario establecer unas normas para que no se moleste a los clientes: "Algo que hemos hablado desde la junta directiva y que hemos trasladado al Ayuntamiento es que queremos establecer un protocolo, a modo de decálogo o código de buenas prácticas y transmitirlo a los operadores turísticos, para que haya una buena convivencia entre turistas y clientes. Sobre todo los sábados o los días de mucha afluencia ha habido veces en las que los turistas se paran en sitios por los que pasan los clientes de toda la vida con su carrito".

"Si ves esto lleno de gente que solo está mareando, te vas a otro puesto y entonces yo pierdo una venta"

Rafi Alcaide

— Comerciante

El presidente de la Asociación de Mercados añade que el turismo está al alza en el Mercado Central: "En Google somos el segundo sitio de Alicante con más reseñas, solo por detrás del Castillo de Santa Bárbara y esto va a ser una tónica. En agosto nos íbamos todos de vacaciones y cerrábamos y ahora muchos tenemos abierto y es por los turistas. Pero hay que entender que a muchos no les gustan ni las fotos ni que les toquen el género, por eso los operadores turísticos tienen que tener esta normativa".

Beneficiados y perjudicados

Entre los puestos hay opiniones enfrentadas. Los más perjudicados, los de los puestos de carne y pescado, son más críticos con la situación, mientras que los de productos en conserva o las fruterías ven positiva la llegada de los turistas: "Vienen a mirar. Desembarcan ahí a mirar y ya está. A lo mejor en la panadería se pueden llevar algo, pero esto que es fresco, no", apunta Cristina García, de un puesto de pescadería.

Cintia Carrasco, que atiende una carnicería, señala que a ella no le afecta la llegada de los tours, pero que no se ve beneficiada en cuanto a compras: "A mí no me molestan, aunque no me compran porque yo tengo un producto fresco. Entiendo que el problema es cuando se forman grupos que no dejan pasar".

"Hay que controlarlo, pero es bueno que la gente identifique el Mercado Central como un sitio importante"

Jaime Ivorra

— Comerciante

Una opinión que comparte Jaime Ivorra en su carnicería y charcutería: "Si se paran 50, te preguntan 20 y te compran 10, eso que te llevas. Es muy positivo porque yo me he fijado y no es que sea una compra habitual, pero de los 100, igual te compran 15. Sí que puede ser un impedimento a ese cliente que ve una marabunta de gente y pasa de largo. Siempre va a haber descontento para unos y contento para otros. A mí no me molesta porque no me impide mi venta más diaria. En mi opinión, hay que controlarlo porque muchas veces la gente no puede pasar, pero es bueno que la gente identifique el Mercado Central como un sitio importante de Alicante".

Un grupo de turistas, en el Mercado Central.

Un grupo de turistas, en el Mercado Central. / ALEX DOMÍNGUEZ

Paca Cantero, de una tienda de vinos y otros productos, tiene concertadas visitas con algunos de estos tours: "Vienen grupos de turistas ya organizados. Normalmente, siempre hay concertada algún tipo de picaeta de queso o algún vino. Hay veces que compran. Yo he notado que hay más volumen porque hay más barcos. Tengo mi clientela de gente extranjera que vive aquí unos meses y ellos vienen y me compran. Los del crucero, depende del día, porque hay problemas de avión con la facturación y el propio barco".

"Hay algunos que nos compran y otros que no. Hay turistas que vienen y se llevan un par de mangos, un aguacate, algún higo y te pueden hacer 20 euros, pero hay otros grupos que no compran nada. Depende. Con nosotros pueden ver algo que les gusta como las fresas y eso sí lo compran, con otros como el pescado y la carne, no", señala Marga Fernández, que atiende un puesto de frutas y verduras.

Otros negocios que se ven beneficiados son los bares y cafeterías que hay dentro del centro de abastos, como apunta Arantxa Gallup desde uno de ellos: "A veces, los turistas no vienen tampoco a comprar, pero en otras ocasiones nos beneficiamos. No llegan a molestar, pero unas veces se quedan y otras vienen de pasada solamente".