Un mural insuficiente para el barrio de San Antón en Alicante

Los vecinos del céntrico distrito reclaman inversiones para mejorar las calles y dar vida las decenas de solares abandonados

Alberto Losa

Alberto Losa

El barrio de San Antón se encuentra «abandonado». Así lo consideran sus vecinos, que aseguran que no se ha invertido «nada», a excepción de un mural estrenado el pasado mes de enero en una iniciativa impulsada por el gobierno local, la Escuela de Arte y Diseño (Easda) y los propios vecinos. La propuesta plantea la idea de que la publicidad, más allá de su función comercial convencional, pueda transmitir mensajes informativos, educativos y reivindicativos.

El mural, con unas dimensiones aproximadas de 15 metros cuadrados, se encuentra ubicado en la calle Trafalgar, en su cruce con la calle Olvido, en un espacio cedido por la compañía eléctrica Iberdrola.

La obra representa a una mujer de edad avanzada sosteniendo una escoba de paja, con diferentes tonalidades de grises, mientras observa una planta de color verde que crece a sus pies. Este mural rinde homenaje a las personas que a lo largo de su vida han luchado por mejorar el barrio de San Antón. Un mural que, pese a su simbolismo y mensaje, sigue siendo insuficiente para la mayoría de los vecinos, que consideran que es necesaria una inversión importante en el barrio para arreglar problemas estructurales.

«Aquí se sigue sin invertir nada. En el pleno del 30 de noviembre se acordó una mesa de trabajo para San Antón, pero Urbanismo nos dijo que no hay presupuesto. No hay nada contemplado de aquí a medio plazo», señala Celia Martínez, presidenta de la asociación de vecinos de San Antón. «Se va a hacer una mesa de trabajo porque salió en Pleno para ver si se pueden hacer partidas pequeñas con concejalías como Medio Ambiente para los solares o Seguridad para la señalización, pero no hay un gran proyecto», asegura la representante vecinal.

Una calle sin accesibilidad universal, junto a un solar vacío y varios cables colgando en San Antón.

Una calle sin accesibilidad universal, junto a un solar vacío y varios cables colgando en San Antón. / Rafa Arjones

La anterior Concejalía de Urbanismo, dirigida por Adrián Santos Pérez (Cs), planteó una inversión de 1,4 millones en San Antón. Puesto este medio en contacto con la concejalía, que ahora dirige Rocío Gómez (PP), no ha obtenido respuesta.

Las demandas de los vecinos son diversas: aceras más anchas, más espacios sociales como parques o zonas de juego infantil, poner remedio a los numerosos solares sin desbrozar o adecuar las vías para que los vehículos de emergencias no tengan dificultad de acceso; pero todos coinciden en la misma idea: es necesaria una actuación.

Necesidades

«Los solares están hechos una piltrafa de las casas que se han tirado. Ni los limpian ni nada. Y todo eso se podría abrir mientras tanto y hacer un parque o cualquier otra cosa. En Hogueras, esto se convierte en un aseo público», considera Alejandro Mira, vecino del barrio. El residente subraya que «hay una dejadez total» y remarca algunos de los principales problemas: «Por estas aceras, un carricoche no pasa. Es un poco desastre. Los solares, las aceras y los baldeos de limpieza son las mayores necesidades. Vivimos en el centro, pero estamos abandonados», explica Mira.

El recién estrenado mural, una de las pocas intervenciones realizadas, representa a una mujer de edad avanzada sosteniendo una escoba de paja, como homenaje a las personas que a lo largo de su vida han luchado por mejorar el barrio. Sin embargo, incluso los más veteranos de San Antón lo consideran una actuación mínima y alejada de las principales necesidades del barrio, como señala Paquita Carrasco: «El barrio de San Antón y el de Santa Cruz eran los tradicionales. Ahora no, ahora da pena. Quienes vivimos hace años como yo lo sabemos. Ahora niños pequeños no hay, somos todos personas mayores como yo».

Una persona pasa con su carro por la calzada.

Una persona pasa con su carro por la calzada. / Rafa Arjones

Una idea que comparte Pepe Campillo, también veterano de San Antón: «Pintar una vieja ahí en la fachada, eso es lo único que han hecho. Al barrio le hacen falta muchas cosas. Hacen falta mejores aceras, aparcamiento para los coches, arreglar muchos solares que están vacíos. Y falta también policía de barrio».

Pisos turísticos

Otros vecinos se muestran incluso más críticos con la falta de inversión: «Lo de la EDUSI ha sido una vergüenza, han sido solo unos murales. No han invertido nada, al contrario, lo han degradado más. Ya no se puede vivir aquí. Yo he vivido siempre encantada en San Antón, pero ahora no hay coto a los pisos turísticos», señala Elena González, residente del barrio.

Una crítica compartida por Carrasco: «Todas las calles que están viejas o las tabican o se llenan de pensiones. El barrio se está perdiendo, todo lo que hay son pensiones. En mi calle hay un hotel, no molestan, pero no es el barrio de toda la vida. Esto se ha perdido», lamenta la veterana vecina.

Desde la asociación de vecinos insisten en que es necesaria una actuación integral en el barrio: «Queremos lugar por el espacio de las calles. Hay calles por las que no pueden pasar los vehículos de emergencia. Estamos fuera de normativa en todo, aquí no cumplimos con nada. Cableado, accesibilidad, viabilidad… hace falta de todo», considera Martínez. La representante vecinal acusa a la falta de accesibilidad algunos de los principales problemas: «El chico del butano aparca en una calle y tiene que cargar con las botellas desde ahí a todas las casas. Hay vecinos que no salen porque su calle tiene escaleras o usan andador y las aceras son estrechas. Esto lleva casi toda la vida así y no se soluciona», considera.

Algo que se afecta también a las personas con movilidad reducida: «No hay nada para los mayores y no pedimos imposibles como el centro social. Pedimos rampas para las calles con escaleras, cosas pequeñas. Lo único que se ha hecho es la plaza de la Misericordia y es todo cemento».

Para recuperar el barrio de San Antón, incluso los vecinos de más edad consideran necesaria una intervención con la que convencer a familias con niños de que es un buen barrio para ellos: «Es un barrio que podría ser bueno, mis hijos han nacido aquí, yo he vivido aquí toda la vida con mi marido, pero comparas con cómo era esto antes y no tiene nada que ver», subraya Paquita Carrasco.