Una edificación abandonada convertida en amenaza para un colegio de Alicante

Padres y profesores del centro Pedro Herrero lamentan que se han lanzado ladrillos al patio y exigen una solución ante un problema que se alarga ya más de una década

Una edificación abandonada junto a un colegio tiene hartos a padres y profesores.

Pilar Cortés

Alberto Losa

Alberto Losa

Una edificación abandonada junto a un colegio tiene hartos a padres y profesores. Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.

Fuentes del profesorado señalan que la situación empeora año a año y que no solo perjudica al colegio, sino a todo el entorno: "Nos afecta directamente, porque muchas veces tiran escombros. Solo una vez los han tirado habiendo niños en el patio, pero por las tardes tiran un montón de cosas ahí. No sé de quién es propiedad, pero es que ahora vive una pareja de drogadictos", explica uno de los profesores, que prefiere que no se publique su nombre.

La parcela tiene una abertura en uno de sus muros, localizada a apenas diez metros de la entrada del centro escolar. Desde fuera, se puede apreciar la escasa edificación que llegó a realizarse. Apenas el hormigón de las cuatro plantas y las escaleras y un par de muros de ladrillo se sostienen en pie. Dentro también se acumulan sillas de plástico, colchones y restos de botellas. Los niños, de camino al colegio, pasan junto al edificio y sus cascotes: "El otro día un niño se encontró una jeringuilla. Ya no es solo cosa del colegio, sino del barrio. Nos preocupa y los padres han realizado una recogida de firmas que nosotros hemos pasado al Ayuntamiento para quejarnos por la situación. Es un problema de insalubridad", remarcan fuentes del profesorado.

El Ayuntamiento ha señalado que la obra quedó a medio construir por incumplir la normativa y que desde Conservación de Inmuebles se le abrió y expediente y se le han impuesto dos multas por no mantener la parcela en las condiciones adecuadas. Añaden que la mercantil responsable está "ilocalizable" y que se ha solicitado al técnico facultativo un informe para valorar la ejecución de medidas cautelares de limpieza y vallado a cargo del Ayuntamiento.

Quejas de padres y vecinos

Entre los padres de los alumnos y los vecinos de la zona, la preocupación es latente, como aseguran varios de ellos. Los afectados lamentan que no se pone solución a esta situación desde hace años y que preocupa la imagen que da el barrio y los peligros a los que se expone a los escolares: "Ese edificio lo tendrían que haber tirado hace mucho tiempo ya. Aquí se mete gente a la droga y a todo", asegura Petri Díaz, vecina de la zona.

Varias madres subrayan la preocupación que les acecha desde el incidente en el cual cayeron escombros al patio en horario lectivo: "La situación es muy mala. Están todos los nenes pasando por aquí cuando están en el colegio. Tiran piedras, huele muy mal, se hacen hogueras o se queman colchones y esto pasa tanto por las noches como en horario escolar. Esto ya no puede estar así más tiempo, corren peligro los niños", asegura Elena Rodríguez, madre de uno de los alumnos. Junto a ella, Mari Mar Oliver subraya que "hay gente que llega en condiciones que no tienen que ver los niños" y aunque apunta que empatiza con su situación, considera que es necesario "que le busquen una solución tanto a ellos como a los niños".

Otros padres, como José Segura, se manifiestan en el mismo sentido: "Hay sensación de insalubridad y es cada vez que bajas a tus hijos. Queremos solucionarlo porque es de muchos años. El colegio colinda directamente con la pared del edificio y hay veces que hemos visto salir humo de ahí", expresa el afectado.

José Ángel Palazón, también padre de alumno, insiste en la necesidad de una solución: "Este edificio está así desde que vivo por la zona. Está al lado de un descampado y es peligroso. El edificio tiene acceso y hay gente que entra a hacer cosas que no tiene que hacer".