Oración en el Huerto: Los jesuitas son cada vez más en la Semana Santa de Alicante

La hermandad se plantea pasar de tres a cuatro pasos o ampliar los actuales para dar cabida a todos los costaleros que quieren participar en la procesión

La Virgen de la Paz estrena saya blanca

Un instante de la procesión del pasado Domingo de Ramos.

Un instante de la procesión del pasado Domingo de Ramos. / Alex Domínguez

Alberto Losa

Alberto Losa

Hay hermandades en Alicante que no dejan de crecer, y una de ellas es la jesuita Jesús en Samaria, Oración en el Huerto y Virgen de la Paz. Conocida de manera abreviada como «Oración en el Huerto», está compuesta en su totalidad por miembros de la comunidad educativa de este colegio, ya sean alumnos, exalumnos, padres y madres, profesores o tengan cualquier otra relación. En total, cerca de 800 personas procesionan con las imágenes titulares. Una cifra importante y que hace que la hermandad se plantee ampliar sus pasos para dar cabida a todo el que quiere participar.

Miguel Ángel Díez es el capataz de Jesús en Samaria, el primero de los tres tronos:«Soy el capataz de la Samaritana, que es el trono de los antiguos alumnos. Oración en el Huerto la portan los miembros de la Ampa, mientras que la Virgen de la Paz la llevan los alumnos de último curso. Estamos pensando hacer un nuevo paso porque se nos ha quedado pequeño», subraya Díez.

En total, son tres pasos que congregan a todo el colegio: «Somos unas 700 u 800 personas entre todos, depende de los escolares más pequeños que son los que están en duda. Salen muchos niños del colegio, unos 150. Además, la salida de los tambores se consolida y están mucho más formados», explica el hermano mayor, Emilio Martínez.

El responsable principal de Oración en el Huerto subraya que es una procesión alegre: «Es muy bonita la mañana del Domingo de Ramos y se invita a que participen los niños para que vayan viendo lo que es salir en las procesiones y luego se puedan incorporar a los distintos pasos», indica el hermano mayor.

Todos los pasos de esta hermandad salen a varal, añade, siendo cada una de las imágenes muy diferente entre sí: «Oración en el Huerto es una hermandad con un componente de alegría y con distintos pasajes de la Semana Santa», añade Martínez.

La primera de las escenas es la de Jesús en Samaria y la Samaritana. Una imagen «que no tiene la tristeza de la pasión y es alegre con los niños portando las palmas», como señala el propio hermano mayor.

Los alumnos jesuitas participan en la procesión.

Los alumnos jesuitas participan en la procesión. / Alex Domínguez

La imagen que le sucede es la Oración en el Huerto, tallada por Castillo Lastrucci en 1955.

Por último, la imagen de la Virgen Paz es portada por los jesuitas del último curso y fue tallada en 1861 por Juan Ferrández Guitaví: «Están muy ilusionados porque tienen dos cuadrillas completas para poder alternar. Y nosotros estamos muy contentos», expresa el hermano mayor.

Díez subraya que la salida es uno de los momentos más especiales de la procesión, al congregar a toda la comunidad educativa: «Primero salen unos niños tocando el tambor, ensayan todas las tardes en el colegio y a nivel del propio colegio es muy bonito. También la llegada, que es cuando encaramos los tres pasos».

El capataz de la Samaritana apunta que los lazos de unión entre la comunidad educativa jesuita hace que la procesión sea especialmente emotiva: «Ayer me dieron la noticia de que ha fallecido un costalero. El primer golpe de matraca lo hacemos en honor a quienes nos han dejado. El colegio ha sido tu vida y esto es una forma de dar las gracias por lo que te ha dado. El paso está integrado por gente de 15 o 16 generaciones y es algo bonito. El alcalde, Luis Barcala, fue compañero de pupitre mío y le invitamos a que dé ese primer golpe de matraca», señala el miembro de la hermandad.

La procesión parte de la Basílica de Santa María y se dirige a la calle Muñoz, desde donde asciende a través de Labradores hasta la plaza de San Cristóbal antes de tomar la Rambla. Recoge la venia a las 13.20 horas, antes de encarar la parte final del recorrido hasta la plaza de Santa María.