Educación relega a los filólogos en las plazas de urgencia de profesor de Valenciano

Graduados en la especialidad de Catalana en Alicante critican que se pueda acceder a estos puestos desde 207 titulaciones distintas, muchas de ellas no lingüísticas, y se adjudiquen por mero sorteo

Despacho de la profesora de Filología Catalana de la UA Sandra Montserrat, que se está haciendo eco de las quejas de los titulados relegados.

Despacho de la profesora de Filología Catalana de la UA Sandra Montserrat, que se está haciendo eco de las quejas de los titulados relegados. / Jose Navarro

El sistema de adjudicación de las plazas de difícil de cobertura de profesor de Valenciano, puesto en marcha hace algún tiempo por la Conselleria de Educación con carácter de urgencia, relega en el acceso a estos puestos a los titulados en Filología Catalana, quienes a pesar de su especialidad no tienen ningún tipo de preferencia a la hora de optar a esta bolsa. Al contrario, afectados por esta situación en toda la Comunidad Valenciana denuncian que se está produciendo un "intrusismo" que repercute sobre "la calidad de la enseñanza" de la lengua autóctona, ante la posibilidad de que corra a cargo de personas "que no tienen suficiente capacidad" para impartir la materia.

Esta cuestión no viene producida por el actual ejecutivo autonómico, sino que parte del segundo gobierno del Botànic, cuando, en plena crisis del coronavirus, y ante la necesidad de contar con más profesorado por el desdoblamiento de grupos, se creó esta bolsa extraordinaria. El problema, según señalan egresados en Filología Catalana por la Universidad de Alicante (UA) y profesores del departamento correspondiente de esta institución académica, es que a una plaza de Valenciano pueden acceder titulados en 207 carreras distintas, muchas de ellas sin relación alguna con la lingüística, siempre que cuenten con un título C2 de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià, el antiguo Superior.

Bernat Garrido y Sandra Montserrat, graduado en Filología Catalana por la UA y profesora de esta titulación.

Bernat Garrido y Sandra Montserrat, graduado en Filología Catalana por la UA y profesora de esta titulación. / Jose Navarro

Además, lamentan que las plazas se adjudican por un simple sorteo, sin tener en cuenta ninguna baremación. "No tiene sentido que un C2 equivalga a todo un Grado en Filología Catalana", expresa Sandra Montserrat, docente de la UA que se ha hecho eco de las quejas de egresados y alumnos. "Se suponía que era una solución coyuntural, pero ahora se ha convertido en la única manera de trabajar", ya que no hay oposiciones y la bolsa general no está abierta. "La consecuencia de todo esto es la devaluación del título de Filología Catalana, porque los titulados no pueden acceder a la docencia, que es una de las principales motivaciones para estudiar esta carrera", asegura.

Bernat Garrido, egresado afectado por la situación, considera por su parte que "es una medida que va contra el valenciano y discrimina a los titulados en la materia, al hacer que cualquiera pueda ser profesor". A su juicio, "debería priorizarse a quienes tenemos la especialidad", y más teniendo en cuenta que entre Alicante y València no llegan a 100 graduados por promoción. También tacha de "frustrante" la situación Maria Marín, que ha podido entrar como docente en un instituto de la Vega Baja por una bolsa extraordinaria pero que antes se topó con el mismo problema que Garrido: "No nos priorizan, es un sorteo donde todo va al azar. Deberían entrar primero los formados en la materia", sentencia.

Problemas para volver atrás

Una representación de los graduados en Filología Catalana agraviados por esta situación se reunió hace algunas semanas con la Conselleria de Educación para tratar de encontrar soluciones. Jordi Tortosa, titulado por la Universitat de València que acudió a este encuentro, explica que pidieron igualar los criterios para impartir Valenciano al menos con los de Castellano, a donde se puede acceder a través de 53 carreras. "Nos admitieron que es lógica nuestra protesta, pero que ahora volver atrás supondría quitar derechos adquiridos a unos trabajadores", lo que podría crear un conflicto sindical. También solicitaron prioridad en las adjudicaciones, "pero nos dijeron que no es posible".

Tortosa insiste, al igual que sus compañeros de Alicante, en "el déficit de la enseñanza" de Valenciano que se está produciendo, así como en la paradoja de que "muchos filólogos valencianos están dando clase en Cataluña, y aquí los filólogos no entran en las aulas". "Muchos hemos estudiado esta carrera para ser profesores, esto produce una gran sensación de frustración", recalca.

Alumnos de Filología Catalana de la UA durante una clase.

Alumnos de Filología Catalana de la UA durante una clase. / Antonio Teruel

Fuentes de la Conselleria de Educación corroboran que para poder modificar la situación actual "debe llevarse a mesas de negociación con los sindicatos y llegar a un acuerdo que sea lo más justo posible, intentando no lesionar los derechos adquiridos de las personas integrantes de esta bolsa". El departamento, explican, está preparando propuestas para plantear "cambios importantes en la gestión y acceso a las bolsas tanto por procedimientos de difícil cobertura como por otras vías de acceso", como las oposiciones o las bolsas extraordinarias.

También se estudia cómo "replantear" algunos criterios para la permanencia en las bolsas, que asegure la cobertura de vacantes y al mismo tiempo priorice cuestiones como el hecho de tener la titulación más adecuada "y otros méritos que supongan una mejora de la calidad en la enseñanza". Según la Conselleria, "en breve se harán estas propuestas a los sindicatos para comenzar las negociaciones y reparar en la medida de lo posible situaciones como las que demanda este colectivo y que han sido heredadas por la actual administración".

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