Aquí puedes vivir en Alicante si cobras el salario mínimo

El Gobierno publica un sistema nacional de referencia de precios y desvela que solo en la Zona Norte es posible destinar menos de un tercio del SMI al pago de la renta

En el Centro y Playa de San Juan se alcanza un porcentaje de esfuerzo económico del 80%

Mapa que refleja el porcentaje del salario mínimo que se destina de media a pagar la renta de una vivienda por zonas.

Mapa que refleja el porcentaje del salario mínimo que se destina de media a pagar la renta de una vivienda por zonas. / INFORMACIÓN

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Alquilar un piso en la ciudad de Alicante y cobrar el Salario Mínimo Interprofesional no parecen conceptos compatibles. Es lo que se extrae del Sistema Estatal de Referencia del Precio del Alquiler de Vivienda, publicado ayer por el Gobierno central. Este indicador ofrece los datos sobre arrendamientos de vivienda habitual en todo el país, cotejando los datos tributarios de arrendadores e inquilinos, así como las fianzas depositadas para su custodia.

En el caso de la capital de la provincia, el resultado es claro: la Zona Norte es el único distrito de la ciudad donde una persona que cobre el SMI podría alquilar un inmueble por menos de un tercio de sus ingresos mensuales. En ninguna otra parte. Esa cifra, el 33%, es el «límite» que los expertos han situado como el máximo que se debe destinar a este fin para poder mantener una situación financiera sostenible. De lo contrario, de acuerdo con lo que señalan diferentes sociólogos así como los principales sindicatos, estaríamos hablando de una situación de «trabajadores empobrecidos».

Este margen deja pocas opciones a aquellas personas que están actualmente en búsqueda activa de vivienda en Alicante. Según el mapa publicado por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, las áreas más económicas fuera de la Zona Norte son la ladera del Benacantil que da a San Antón (donde el esfuerzo financiero es del 36%); varios cuadrantes de Carolinas y Altozano, en los que se sitúa en torno al 37%; y algunos puntos de La Florida que rondan el 40%.

Las zonas más caras

En cuanto a los lugares más caros para vivir de alquiler, destacan los PAU I y II, donde la renta se lleva hasta un 60% de los ingresos de un trabajador con el SMI; el Centro Tradicional, con una media del 69% y, como viene siendo habitual, Playa de San Juan y el PAU 5, donde este indicador llega a situarse por encima del 80% del sueldo mínimo, lo que las convierte en zonas «impracticables».

Aunque el indicador del Gobierno no solo revela el esfuerzo económico para acceder a una vivienda en alquiler. También pone sobre la mesa la diferencia que existe en algunas zonas entre el precio medio de los arrendamientos y el importe por el que se alquilan los pisos cuya renta se declara al Estado. Tal y como publicó este diario, al comienzo del mes de marzo los principales portales web solo ofertaban dos viviendas por debajo de 600 euros mensuales entre las más de 400 que se anunciaban en la ciudad. Mientras, el informe del Gobierno (que se ha realizado con los datos de los contribuyentes) asegura que un 75% de los alquileres en el entorno de la Escuela Oficial de Idiomas cuestan menos de 600 euros al mes. Algo parecido ocurre en La Albufereta, donde el alquiler medio es de 575 euros mensuales, así como en Gran Vía Sur y la Explanada, donde se sitúa en 600 euros al mes de media.

Pese a la evidente saturación del mercado inmobiliario en la ciudad, el Ayuntamiento de Alicante ha rechazado declarar la ciudad «zona tensionada», una herramienta que permitiría topar los precios para tratar de contener el incremento del coste de los arrendamientos. La iniciativa, presentada por Compromís, no salió adelante por los votos en contra del gobierno del PP y de los concejales de Vox.

Estos condicionantes, que prácticamente privan del acceso a una vivienda a un amplio porcentaje de trabajadores alicantinos, están obligando cada vez a más personas a compartir piso. Una «costumbre» que, hasta ahora, era tradicionalmente típica de estudiantes o de personas jóvenes que accedían a una vivienda propia por primera vez. Sin embargo, quienes comparten casa en la provincia ya tienen, de media, 39 años, una de las edades más altas de toda España.