Solidaridad en la provincia: un lugar seguro tras huir de las bombas de guerra

Una familia acoge en su casa a otro núcleo familiar de cuatro personas que viajó en coche desde el país en guerra con la abuela materna de los primeros | Otras tres madres con niños llegarán este lunes a un camping de Benidorm

La familia ucraniana que ha llegado a Alicante con sus pertenencias.

La familia ucraniana que ha llegado a Alicante con sus pertenencias. / PILAR CORTES

/A. P. F.

Más de 3.500 kilómetros los separan de sus casas; de aquellos hogares que a día de hoy ni siquiera saben si seguirán en pie por las bombas y los ataques de Rusia. Pero han encontrado un lugar seguro donde poder, al menos, dejar atrás un poco del terror y del miedo que han pasado desde que comenzaron los ataques el pasado día 24. Es la historia de una familia ucraniana que huyó de su país para ponerse a salvo y que ahora está refugiada en la casa de un compatriota y su familia en Alicante. Una unión que nació por la necesidad y que surgió en un momento en el que la abuela materna de los que residen en la capital alicantina buscaba cómo huir de la guerra.

La historia de esta familia arranca el día que la guerra comenzó. Según relata Yevgenyi, la abuela materna de su hija intentaba salir de Ucrania pero no era nada fácil. Los trenes estaban llenos y consiguió llegar a Varsovia. Fue él mismo quien movió todos los hilos que encontró para conseguir que pudiera viajar a España y estar segura. Yevgenyi habla español y recuerda a este diario cómo intentó buscar un lugar donde se pudiera quedar la abuela de su hija porque "estaba muy cansada" pero todo era muy difícil. "Miramos billetes de avión desde Varsovia pero no había, todo lleno". Así, cuenta cómo "hablé con una familia para que vinieran a España" y así pudieran traer también a la mujer. Como ya contó INFORMACIÓN, es la abuela materna de una alumna ucraniana del colegio público San Roque de Alicante.

La otra familia ucraniana, con la que no tenía ningún lazo, llegó con ella el viernes. Se conocieron en Varsovia y unieron sus caminos. Casi 40 horas de coche los separaban de Alicante, pero las fuerzas no decayeron. Ahora, comparten todos casa en la ciudad de Alicante, porque Yevgenyi, Inna y su hija no solo han recibido a su abuela sino a los cuatro miembros de esta familia: el padre, la madre y dos hijos, uno de 18 años y otro de 8.

La familia junto al propietario de la vivienda.

La familia junto al propietario de la vivienda. / PILAR CORTES

"Estamos todos en una casa que no es grande", explica. En una habitación, la familia que llegó en coche tiene las pocas pertenencias que pudieron traer de Ucrania. El niño más pequeño empieza a "chapurrear" algo de español en apenas dos días y están intentando escolarizarle. Pero la burocracia hace que algunas cosas se resistan. "Estamos buscando una casa de alquiler para que puedan estar y hay que empadronarlo y hacer más papeles", pero todo va muy lento. Aunque, por ahora, están seguros lejos de un país en guerra del que han huido con lo puesto.

Yevgenyi narra algo de lo que le han contado: "el 24 empezaron a ver aviones y cogieron lo que pudieron y huyeron en coche pero después encontraron muchas colas para poder salir del país". Dos días de terror y angustia. Él mismo está preocupado por el resto de su familia: "Mi madre sigue allí, no quiere salir de casa y no se puede mover por salud ella sola". Porque su intención sería que llegar a Varsovia. También habla de su hermano que está en el país en guerra.

Esta familia y la abuela materna son solo algunos de los refugiados que han llegado a la provincia estos días. En Benidorm, un camping, el "Villasol" del grupo Don Pancho, acogió el jueves a una madre con tres hijos que también salieron de Ucrania y llegaron tras un largo viaje. Este lunes está prevista la llegada de otras tres madres con dos hijos cada una, uno de ellos un bebé de siete meses. También están realizando un largo viaje con algunos problemas para salir y teniendo que parar en el camino con niños tan pequeños. Estas familias, según fuentes del alojamiento, se quedarán en bungalows como ya hicieron los primeros y no descartan ofrecer alojamiento a más refugiados.

Más familias en Calp

En Calp, Nastia y su hijo, Svratoslav, de 8 años, han viajado en coche durante 6 días hasta llegar al municipio. Son de Kiev y escaparon de la capital el día antes de iniciarse la invasión rusa. La familia viajó en coche hasta Zhitómir. "Mi marido se ha quedado allí. Nosotros cruzamos la frontera por Moldavia y hemos atravesado Rumanía, Hungría, Austria, Italia y Francia hasta llegar a España y Calp. He conducido 6 días sin prácticamente parar", ha explicado Nastia.

Ella y su hijo han acudido a la Casa de Cultura de Calp, donde la comunidad ucraniana está organizando los envíos de ayuda a Ucrania. También allí están acudiendo los primeros refugiados a recoger ropa y comida. Salieron de casa con lo puesto. Nastia le ha probabo ropa a Svratoslav. Unos parientes lejanos los han acogido en su casa de Calp.

Otra familia que ha acudido a la Casa de Cultura es la de Maksym y Anastasiia y sus hijos Tymotii, de 16 años, Vladyslav, de 11, y Arsen, de 9. Son de Cherkasy, una ciudad al sur de Kiev. La familia se subió al coche al iniciarse la invasión. "Nos quedamos atrapados en la frontera de Ucrania con Rumanía. Había una gran cola de coches. Estuvimos allí 4 días y dormíamos en el coche con temperaturas bajo cero", ha relatado Maksym, que lamenta que en Ucrania se han quedado tanto su madre como la de su esposa. "Tienen más de 60 años y no quieren abandonar su casa. La gente mayor no quiere irse de Ucrania".

Maksym cree que la guerra va a ser larga. Este matrimonio con sus tres hijos está residiendo con unos familiares. "Queremos inscribirnos cuanto antes en el plan de acogida para los refugiados rumanos y poder tener una vivienda. Vamos a escolarizar a nuestros hijos en Calp. De momento, no podemos confiar en volver a nuestro país. No sabemos cómo vamos a rehacer nuestras vidas".

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